06- Entre el bien y el mal.

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  Eran alrededor de las 11:56 pm de la misma noche, lo bastante tarde e inseguro como para andar tan lejos de casa. Aunque quizá no podría ser un verdadero problema para un ninja que, pudiendo costarle menos tiempo de lo requerido, precisamente esa noche no tenía tan buenos presentimientos que digamos. Mientras más seguía dándole vueltas al asunto, la angustia lo abrumaba.

  Si, tenía miedo.

  Y desde hacía un buen rato también le fue imposible batallar con la presión que lo acorralaba. Lo sabía, tenía en cuenta que no podía meter la pata; toda su concentración debía enfocarla nada más que en su único objetivo —cosa que realmente era pan comido—. Esta era la oportunidad, su oportunidad para demostrar que podía ser de más utilidad. Una oportunidad que quizás podría cambiarlo todo.

  "Mi querido... Solo piénsalo, piensa en todo lo que te he dado y mira a tu alrededor. Tú me lo recompensas muy bien... Sé que jamás me decepcionarías...

  ...o si?"

  Tragó grueso. Sus pupilas oscuras se dilataron de pronto, el pánico comenzaba a tomar posesión de su cuerpo. Estampó fuertemente ambas manos contra sus oídos, deseando no pensar en nada. Deseando no poder mirar más allá de las graves consecuencias que acarrearía si fallaba.

  —N-no... No... Yo jamás, no... —murmuró para sí mismo repetidas veces con voz trémula, y encogió las piernas hacia su pecho. El joven sacudió la cabeza, al borde de una crisis nerviosa. Inhaló el aire y lo exhaló—. C-cóntrolate, Jungwoo. Nada pasará. Sigue... solo sigue en lo tuyo. Has llegado lejos, estás haciéndolo bien, no falles, no falles...

  Sin siquiera pensarlo, hundió una mano en los bolsillos de su pantalón, sacando con desespero un pequeño reloj de brillante cubierta dorada, y se lo apegó al oído derecho cuando cerró los ojos. Por unos segundos permitió que el tic-tac de sus engranajes le transmitiera la suficiente paz que su alma necesitaba, un hábito al que recurría cuando perdía el control de sus sentidos. El único buen recuerdo que atesoraba con su vida. Su adorado reloj.

  Se quitó la máscara, y con el dorso de su mano, escurrió las pocas lágrimas que recorrían parte de sus pómulos, una vez que sintió que volvía a entrar en razón. Definitivamente debía mantenerse calmado y recuperar su autocontrol. Si seguía actuando como un gallina, cualquiera podría descubrirlo fácilmente.

  Enfócate, puedes hacerlo.

  Kim Jungwoo no llevaba la cuenta exacta del tiempo transcurrido, pero ya había pasado un buen rato desde que decidió ocultarse entre un cúmulo de arbustos y plantas, preguntándose así mismo si se trataba del lugar correcto una, y todas las veces en las que volvía a recaer en la incertidumbre. Previo a ello, había logrado infiltrarse sin problemas en el jardín posterior de la casa del primer ministro, no sin antes desactivar unas cuantas cámaras para poder escalar el gran muro que limitaba la entrada.

 Previo a ello, había logrado infiltrarse sin problemas en el jardín posterior de la casa del primer ministro, no sin antes desactivar unas cuantas cámaras para poder escalar el gran muro que limitaba la entrada

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Blanc & Noir: espoir et ruine | YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora