07- Tóxico parte II

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  Detrás de él, las nubes grisáseas contrastaban la oscura silueta de su cuerpo, empapado en sangre y lágrimas de sufrimiento. La noche se hacía llamar su fiel compañera, siempre y cuando la luna se ocultaba y huía de su presencia. Llorando a cántaros como un niño sin consuelo, el cielo se convertía en cómplice de sus desastres, de un sin fin de delitos imperdonables. La naturaleza gritaba a través de sus oídos, desesperada, al borde del delirio, ¿cuándo acabaría este infierno maldito?

  Expuesto a una gran altura, los relámpagos rugieron con ferocidad, al compás de sus carcajadas. La grandeza del mundo se reducía en miseria debajo de sus pies. Se sentía como un rey. Ten era un rey; el rey de su propio mundo lóbrego y mugriento que reinaba en la profundidad de su alma.

  La maldad no tenía fin, y sus designios tampoco

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  La maldad no tenía fin, y sus designios tampoco.

  Esta vez no pudo tener la dicha de robar el pergamino de cristal, y eso que estaba a nada de lograrlo. El Gaman-yang tenía la información del supuesto código de la cápsula que lo resguardaba en su escondrijo. Sacarle la información a la fuerza era lo de menos, pero todo se vino abajo cuando otro de ellos se hizo presente en el lugar.

  Maldita sea, cada vez que en su mente se reproducía la misma jodida escena, podía jurar que la sangre le hervía las venas. De no ser por ello, ya se habría llevado el pergamino consigo. Aborrecía la idea de llegar hacia su amo con las manos vacías, lo enfurecía de solo imaginarlo; pero si había logrado escapar con vida, de algo estaba muy seguro: no fue una total perdida de tiempo.

  ¿Por qué negarlo? Se había divertido un poco. Al menos, tenía la certeza de que su mente no se iría vacía de este lugar.

  Conseguiré ese pergamino así me cueste sus malditas vidas...

  —¡Psst, hey...!

  En un movimiento brusco, el pelinegro se volvió hacia atrás, descubriendo al dueño de aquella voz familiar. Para su sorpresa y malestar, no se trataba de una sola persona. Cinco de ellos estaban allí de pie, ataviados con su típica vestimenta negra e inmóviles como gárgolas al otro extremo de la azotea. Tal vez, si solo tal vez hubiesen llegado antes, quizá estaría satisfecho de verlos. Pero ni eso podían hacer bien, los conocía.

  Gruñó por lo bajo.

  —¿Qué mierda hacen todos ustedes aquí? —sus filosas facciones se arrugaron como el papel, clavando su vista en el grupo. Ninguno de sus compañeros se animó a responder de inmediato, no hasta que Jaehyun decidió acortar distancias, y eventualmente, los demás lo siguieron detrás.

  —Orden de Shen Mei —respondió el primero al alzar una mano, plantando un codazo en el brazo izquierdo de su compañero Chenle, quien dio un salto como si hubiese recibido un choque eléctrico. Asintió rápidamente con la cabeza.

  —El jefe tuvo un mal presentimiento, así que nos envió como refuerzos en caso de... —el joven fue incapaz de terminar la frase, cuando un alarmante sonido comenzó a propagarse en el espacio. La expresión en el rostro de Ten lo decía todo.

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⏰ Última actualización: Mar 19, 2020 ⏰

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Blanc & Noir: espoir et ruine | YuTaeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora