SIXTEEN

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— Lo tenía por completo bajo control. —Se quejó Jason cuando le quité al metahumano de encima de él antes de que fuera atacarlo y le colocaba las esposas especiales para que no usara sus habilidades.

— Sí, claro que lo tenías. —Respondí con ironía, haciendo que el meta caminara hacia la policía que lo esperaba. Cuando terminé, volví a donde Jason.— ¿Estás bien?

— Siempre.

— Jason, te dije que esperarás la señal. —Llegó Dick a regañarlo cuando el nuevo Robin planeaba marcharse.

La situación era esta: Había un robo en un banco con rehenes y había peligro de bomba, entonces Dick tenía un gran plan para que pudiéramos rescatar a todos y detener al malo, pero Jason no le gustó y no esperó la señal de Dick, lo cual nos llevó a improvisar y que dos personas resultaran heridas, aunque no de forma grave.

Pero no es algo que haya pasado sólo esta noche. Desde hace unos días Jason ha estado actuando extraño con todos, como si estuviera enojado a cada momento del día, y eso había empezado desde que había visto a Rose salir de su habitación.

No sé qué habrá pasado entre ambos esa noche. No quise preguntar porque no quería sonar demasiado entrometida, pero estaba afectandolo demasiado, y eso nos afectaba en las misiones como equipo.

— Ahora son solo dos personas heridas, pero alguien podría haber muerto.

— ¡Lo sé, Dick! ¡Pero si no hacíamos algo en el momento, ahora no sólo esas dos personas habrían muerto, sino todas!

— Chicos, es suficiente. —Interrumpí, metiéndome entre ambos y llamando la atención de los dos.— Jason tiene razón, había una bomba a punto de explotar que no vimos, si esperábamos más todos habrían muertos. —Le expliqué a Dick y luego miré a Jason.— Aún así, somos un equipo, Jason. No puedes interrumpir así por ti mismo.

No dijo nada, solamente frunció el ceño y se dio la vuelta, subiéndose en su moto y arrancando.

— Gracias, Lex. —Murmuró Dick.— A veces creo que eres la única a quien escucha.

— A ti también te escucha. Después de todo, eres su hermano. —De apellido, pero igual cuenta.— Y el líder de este equipo.

Me dedicó una pequeña sonrisa por debajo de su antifaz, y se dio la vuelta para acercarse a Gar que lo esperaba en el auto junto a los demás.

Suspiré pesadamente y me alejé corriendo de ese lugar, directo a la torre de Titans, aunque me detuve en el camino para comprar comida.

Eso es una de las desventajas de tener supervelocidad. Todo mi metabolismo trabaja demasiado rápido por lo que al comer, en menos de 10 minutos se siente que no hubiese comido nada, y debo manterme comiendo cada hora al día. No importa si es algo simple como un batido o una hamburguesa.

Así que prácticamente si me mantienen varios días cautiva sin comida, pues... Estaría demasiado mal.

Cuando llegué a la torre aún no habían llegado los demás, aunque a los cinco minutos entró Jason por el elevador. Ya imagino cuánto se demorarían los demás en llegar considerando que se habían ido después que yo me fuera del banco.

— Hey, Jason. —Lo detuve antes de que se fuera a encerrar a su habitación.— ¿Podemos hablar? Es importante.

— Está bien. —Respondió después de unos segundos en los cuales lo pensó.— Sólo déjame ir a ducharme y sacarme el traje.

Asentí despacio y me fui al sofá de la habitación, sentándome allí para esperar a Jason.

Mientras jugaba en el celular, Jason se sentó a mi lado con una cerveza. Alcé una ceja ante ello, pero no dije nada. Él era así.

— ¿De qué quieres hablar?

— De ti... —Bloqueé el celular y lo guardé en mi bolsillo.— Y de Rose.

Inmediatamente se tensó.

— ¿Qué pasó el otro día? Desde que hablaron has estado enojado con todos. Ya ni siquiera hablas conmigo.

— No fue nada. —Respondió.

— No puedo ayudarte si no me dejas.

— ¡Es porque no necesito tu ayuda! —Exclamó.— No necesito que me digas que todo estará bien.

— Entonces no te diré eso, pero no soporto verte así. —Respondí de igual forma.— Me importas muchísimo, y si Rose te está haciendo daño...

— ¿Qué? ¿La matarás? —Preguntó, dejando salir una risa floja. ¿Lo haría? No, claro que no. No me habían criado de esa forma, pero no podía ver que le hacían daño a alguien querido...— Dejalo, no es importante, Lexya.

— Lo es para mí.

— ¿Por qué? ¿Por qué de repente es tan importante para todos el cómo me comporto?

— ¡Porque eres mi amigo! ¡Y eres parte del equipo!

Guardó silencio y desvió la mirada a otro lugar, suspirando. Luego de unos minutos, habló.

— Me pidió disculpas por todo y me besó... Pero no puedo perdonarla. Sólo está jugando conmigo. Con todos.

— Jay, ella se pusó de nuestro lado para derrotar a Deathstroke...

— Pero me traicionó antes de eso. ¡A todos! No entiendo cómo pueden perdonar esa traición tan fácil.

— Entonces no lo hagas. —Respondí.— Si no te sientes preparado para aceptar sus disculpas, está bien. Cada persona es distinta y no todos perdonan las mismas cosas. —Tomé su mano entre las mías y la acaricié, mirándola por unos segundos antes de responder.— Pero no dejes que tu orgullo arruine las cosas a tu alrededor.

— Es difícil no hacerlo cuando la veo siempre... Aún más porque sé que no la he superado.

— Sé que no lo has hecho. —Le dediqué una pequeña sonrisa.— Y sé que es difícil, pero también sé que eres más fuerte que todas esas emociones negativas.

— ¿Cómo es que eres tan buena?

— Bueno, ya conoces a mis padres. —Sonreí divertida.— Ellos siempre han sido mi ejemplo a seguir y quiero estar a su altura.

— Han de estar orgullosos.

Ahora fue él quien sonrió. Y en toda ess atmósfera tranquila, se escuchó el ruido del elevador subiendo.

El resto del equipo había llegado.

— ¿Ya no más Robin gruñón? —Pregunté con diversión.

— Haré lo mejor que pueda.

— Con eso me conformo.

Los demás entraron minutos después, riendo entre ellos, y deteniéndose cuando nos miraron, pero sin borrar las sonrisas del todo.

— Traje comida. —Avisé, levantándome emocionada del sofá y dirigiéndome esta vez a la cocina junto a Gar que se acercó sin dudar de igual forma diciendo lo hambriento que estaba.

Jason también se levantó del sofá segundos después y esperó que Dick terminara de acercársele para luego decirle algo que no alcancé a escuchar, pero que supuse había sido algo bueno por la sonrisa que cruzó los labios de ambos.

Flashlight | Jason Todd.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora