21.

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Hero

Puse el teléfono a un lado de la mesa. Acaba de llamar a Kein, según lo que me había dicho la muñeca estaba en el primer piso.

Esa niña malagradecida y malcriada, nisiquera un pequeño e insignificante gracias podía decir.

Me levanté del asiento, ya habíamos llegado al país, justó en la próxima hora mi padre y yo tendríamos una reunión con uno de los posibles socios para extender el negocio en París.

Esta oficina tenía una vista privilegiada al frente de la torre Eiffel.

¿Que podría estar haciendo esa niña en estos momentos?

—Señor —me salí de mis pensamientos dando medía vuelta, ahí estaba Meldey con una bandeja entre las manos.

Regresé al asiento, para después ordenar los papeles a un lado.

Sus manos bajaron hasta dejar ver la comida sobre mi escritorio —aquí tiene señor Hero, pollo frito, con papas fritas, arroz y un poco de refresco —no era la comida más saludable del planeta pero no tenía tiempo para comer más que un poco de comida rápida.

Asenti mientras tomaba con rapidez la comida.

Meldey por último sirvió el jugo de mango y cuándo estaba por irse tuve la necesidad de preguntarle —Meldey... —ella se giró enseguida volviendo a su posición con una sonrisa en la cara.

—¿Si señor?

Estuve dudoso entre si preguntar o no pero finalmente me animé —¿viste a la muñeca?

—¿La señorita Selena? —asenti mientras bebía un poco del jugo —si claro...

—¿Y como estaba?

—Perfectamente señor —aseguró. Me removi un poco de la silla.

—¿Y Kein? —tomé uno de los pedazos de pollo frito.

—¡Oh! Es un hombre maravilloso.

—¿Maravilloso? —ella sonrió aún más uniendo sus manos como si estuviera emocionada por contarme. Asi era esta señora.

—¡Si! Muy respetuoso y dedicado, también es muy inteligente y admirable—asenti y sonreí.

—¿Porque la pregunta tan repentina señor? —pregunto desubicada. Yo deje de mirarle para limpiar un poco mis manos de la grasa de la comida.

—No, solo no he hablado mucho con ninguno de los dos...

—Ahhh ya veo —dijo divertida —señor —me volvió a llamar, miré el reloj, aún tenia media hora más de tiempo —¿puedo hacerle una pregunta? —ladee la cabeza y asenti lentamente. —¿Porqué teniendo una casa tan grande para ella, deja que los profesores le den clases en su cuarto? —me miró nerviosa, parecía arrepentida por atreverse a preguntarme algo —es que es tan grande que hay una biblioteca entera, y ella simplemente se queda en su habitación.

Le señalé —ahí tienes tu respuesta Meldey —entre abrió la puerta aún mas confundida —ella se queda en su cuarto. Se que si la obligó a permanecer fuera de su habitación esa fiera diría que quiero controlarle, y quiero ahorrarme ese estrés. Para eso contraté a profesores de mi entera confianza, sobre todo Kein, lo conozco desde que éramos unos niños.

Ella sonrió —tiene toda la razón. Además no debe preocuparse por la señorita  Selena, ella es una niña muy centrada.

—Además si alguno de esos profesores tan solo se atreven siquiera de pensamiento a propasarse con ella... —al terminar el jugo, Meldey con el ceño fruncido recogió el vaso.

Juguete Del MillonarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora