Capítulo 12

40 9 2
                                    

No sé ya en qué día vivo, la extraño desde el primer segundo en que ya no la veo, extraño mirarla, contemplando su hermosura.

Me fui al colegio lo más temprano que pude.

Ella pasó por mi lugar sin siquiera saludarme y aunque sentí un poco de miedo, como los otros días volví a cargar mi butaca hasta a lado de la suya y la saludé aunque veo que ninguno de los dos acostumbramos el saludo con un beso en los labios, en fin yo se lo dí dejándola sonrojada otra vez.

—¿por qué te sonrojas?— pregunté coqueto.

—es que no acostumbro a sensaciones tan bonitas como las que me causas—

—ya te acostumbrarás—

Comenzamos a trabajar, ella para todo me quiere incluír pero me da mucha pena decirle que no porque mis amigos ya me tienen incluído en todo, gracias a la mala desición de haber tomado distancia.

—oye Uriel, por cierto ¡hoy cumplimos una semana!—

La abracé lo más fuerte que pude y la besé de la misma manera que siempre.

—me haz hecho muy felíz en esta semana—

—y tú a mi, oye ¿te acuerdas de cuando nuestra compañera Samy te retó a darme un beso así y yo me cubrí la boca pero tú me lo diste en la mejilla?—

—sí me acuerdo, te pusiste color cereza, mi niña hermosa—

Lía

Ese día del reto aún no me confesaba su atracción pero sentí la suavidad de sus labios y creo que hasta mi piel se erizó.
Aún me intento escapar pero ya no tanto, día tras día esa vergüenza disminuye, ya cumplimos la semana que creí que no llegaríamos, ahora espero el mes y si cumplimos el mes, quiero que sigamos juntos para siempre a pesar de todo.

Uriel

Quise que estuviera conmigo durante todo el receso y ella aceptó.

Le daba uno que otro beso.

—¿por qué no intentamos más tipos de besos?—

—pero no sé besar—  le dije con un poco de pena

—yo tampoco, por eso será más bonito que aprender a besar con alguien que ya besó muchas bocas—

Acepté...

Lía

Había visto muchos besos en las telenovelas pero veo que solamente estampan su cara, no sé qué hacen con los labios o la lengua, o los dientes, estaba temblando, ¡tenía que ingeniarme alguna manera!
He visto que mueven los labios pero...
¡Ingenia algo! Me gritaba mi interior.

Uriel

Poco a poco me fui acercando ladeando un poco mi rostro, ella hacía lo mismo pero del lado contrario, yo cerré los ojos al primer roce que sentí de nuestros labios y la abracé de la cintura.

Ella abrió un poquito los labios, yo la seguí hasta que ambos estuvimos unidos, nuestros labios entrelazados hasta que hizo una ligera presión y besó mi labio inferior, hice lo mismo una vez más y se separó de mi.

—oye ¿no que no sabías besar?—

—solo te seguí y te copié, ¡más bien tú me mentiste!—

—tú mientes, porque se sintió demasiado bien, besas riquísimo y yo pues tenía que hacer algo de lo que veo en las telenovelas—

Lo hicimos varias veces, cada vez con un poco menos de miedo y más sentimiento hasta que acabé por completo con su labial color vino tinto.

—toma mi espejito, mírate en él—

—¡rayos! Me manché—

Reímos mucho y me limpié difícilmente porque ella se derretía con el color que gracias a los besos, tenían mis labios y los besaba de piquito hasta que me terminé de limpiar.

Lía

Me encantó al fin besarlo como se debe aunque como ninguno de los dos había besado antes, no sé si nos besamos bien solo sé que su su color natural de labios es hermoso, esta vez eran el paraíso no sé si por el labial regado o la presión que hicimos pero me encantan cada vez más.

¡Qué lindo haber sido su primer beso y que también haya sido mi primer beso!

Aunque nos detuvimos obligadamente porque empezaban a llegar más chicos al taller y después el profesor pelón nos podría casi matar si nos llega a mirar.

Poco después descubrí que en el techo hay una cámara que nos vió antes que todos, estaba asustada porque no sabía si estaba alguien en el cubículo de vigilancia.

En un rato me surgió una idea para poder salir y fuimos a pedir permiso.

profe ¿podemos ir a entregar un folder a la dirección?

sí, pero no se tarden que voy a empezar a dar mi clase

Nos salimos corriendo a la dirección, para nuestra buena suerte estaban apagadas las cámaras y el velador nos dijo que solamente funcionan en la noche, sentimos un gran alivio que hasta suspiramos.

qué hicieron jóvenes?

nada nada, don sombra— conteste un poco sonrojada y nerviosa.

mas les vale porque esas caritas me lo dicen todo, ¿son novios?

N...

sí— Uriel dijo antes de que yo lo negara.

pues cuídense porque bien saben que está prohibido

¿¡prohibido!?— dije sorprendida.

sí así que cuídense que no los vean

bueno pues gracias

Nos regresamos al taller cuando al dar la media vuelta topamos al profesor en la tiendita, íbamos a comprar una rebanada de pay que se me antojó, nos regañó y nos dejó haciendo aseo.

Acabé de barrer entre la primera y la segunda columna de butacas...

—amor ven—

—mande—

—estamos solos y en los talleres de programación de aquí en frente no hay nadie—

—no voy a fajar contigo, bueno no aún, es muy pronto—

Inmediatamente se acercó a mí, me tomó de la cintura para después robarme un beso, un beso lento y apasionado, claro, con varias veces que ya nos besamos bien, ¡qué más da una vez más!, intantaba meter mi lengua pero no me dí valor, simplemente hacía caricias por toda su espalda y después hacia la nuca, él también acariciaba mi espalda mientras me pegaba más y más a su cuerpo, ¡Amo esos momentos!

Terminamos rápidamente el aseo y nos regresamos al taller de mantenimiento, acabó de regañarnos y solté una fuerte carcajada, a causa de eso tuvimos castigo una semana.

No dejo de recordar lo hermosos que son esos momentos aunque han sido pocos, casi soy yo quien inicia a fajar, pero me limité porque no tenemos ni un mes de ser novios, al menos me valoro y me respeto lo suficiente.

Recuerdo que esa noche dormí a duras penas por tanta emoción.

Coincidencia PerfectaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora