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Andy no salía de entre las sábanas, no tocaba la comida y Oliver estaba desesperado. Tampoco le hablaba, le daba la espalda y con suerte emitía algún sonido si Oliver insistía mucho.

Cuatro días habían pasado y el chiquillo no mejoraba, lloraba por las noches hasta altas horas de la madrugada. Oliver ya no sabía que hacer, todo había intentado para verlo mejor, pero cada uno de sus intentos habían fracasado notablemente.

"Bebé, come por favor." Murmuró Oliver, con la mirada pérdida en el pequeño bulto escondido entre las sábanas.
Era la tercera vez en el día que le llevaba comida para que se alimentará, el chiquillo se enfermaría si seguía con esa actitud y Oliver no sabría que hacer.

¿Acaso existía algún hospital para chicos en miniatura?

Andy se removió más no dijo nada y mucho menos salió de la cama. Al menos daba señal de estar vivo, por suerte.
Oliver cerró los ojos y en un suspiro lastimoso agarró la sábana, levantándola.
Andy quedó expuesto, y a Oliver le dió la mala impresión de que era aún más pequeño.

Andy no quería salir, no podía comer, había llegado al punto de que no tenía lágrimas para llorar y Oliver no hacía más que insistirle. Él lo odiaba, él no quiso ir a ver a esa anciana y mucho menos quedar totalmente a la vista de ella. Se sintió humillado; tonto y a Oliver no le había importado.

O quizás sí, pero demasiado tarde.

Él solo era un estorbo para Oliver. Nada más.

Se sentó en el colchón con la vista clavada en sus piecitos.

"Come un poco, ¿Sí?" Oliver estaba aliviado de que aunque sea Andy se sentará, estar acostado todo el día también le iba a hacer daño.

El pequeño asintió en silencio, tomando el trozo de cartón en el que estaban sus cubiertos y el tazón con Spaghettis. Una sonrisa dolorida se instalo en su rostro mientras comía, quería llorar otra vez.

Oliver lo observó unos segundos antes de mirar la pantalla de su móvil, se estaba ausentando otro día más en el trabajo y sabía que a su padre no le iba a hacer ninguna gracía que uno de los trabajadores más importantes en la compañía se tomará días libres porque sí. Luego lo llamaría, Oliver tenía prioridades y una de ellas era Andy.

El pequeño finalmente término de comer, dejando el plato vacío para alivio de Oliver, y se paró con dificultad, sus piernas estaban entumecidas de tantos días estando acostado y la espalda le dolía horrores.
Oliver rápidamente lo tomo entre sus manos con sumo cuidado, notando lo delgado que estaba el pequeño.

Lo depósito sobre la mesa de luz, cuidando que Andy quedase parado, y le abrió el armario de ropa.

"Te darás un baño, ¿Sí?" La alegría de que el pequeño pareciese estar mejor lo había inundado por completo, o al menos en gran parte, y Oliver asintió, mirando la ropa que tenía a su disposición. Mientras elegía sin mucho estusiasmo, se dió cuenta de todo lo que Oliver había hecho por él y la culpa lo carcomío vivo. Ahora tenía una deuda demasiado grande con el mayor, y no podía pagarla.

Jamás podría hacerlo.

Oliver rápidamente cambio las sábanas de su cama y abrió la ventana, dejándo que el aire cambiase las energías de adentro del cuarto. Mientras, Andy tomó la camiseta más básica que encontró y agarró un pantalón suelto, no tenía ánimos para arreglarse. Él sólo quería dormir otra vez. Desaparecer por unas horas.

Oliver lo volvió a tomar entre sus manos y lo llevó al baño con una sonrisa.

"¿Te lo preparás tú?" Le preguntó mientras ponía el tapón al desagüe del lavamanos. Andy asintió, otra vez, y le hizó una seña para que lo dejará sólo.

En cuanto Oliver salió, Andy abrió las canillas de agua caliente y fría y comenzó a preparar todo. Se sentía torpe, sus manos temblaban mucho y además le costaba ver bien lo que ocurría a su alrededor, tenía los ojos hinchados y las pestañas pegoteadas. Seguramente se veía ridículo.

Le avergonzaba que Oliver lo viese en ese estado.

Nada más el agua tuvo la temperatura que quiso, se zambulló en ella y dejó que el calor de esta lo reconfortará. Tomó el jabón con una de sus manos, y su labio inferior tembló, el jabón era más grande de lo que recordaba. Se bañó con urgencia, ya sin darse el lujo de disfrutar aquello como mínimo, y al terminar de vestirse verificó con dolor que la ropa le quedaba aún más suelta que antes.

No podía ser cierto.

Tiró del tapón que tapaba la cañería y oyó a Oliver tocar la puerta antes de abrirla. No lo dejó hablar.

"Mídeme." Ordenó, por primera vez en días lo miró a los ojos y Oliver sonrió de costado. Era una pésima idea, aquellas ropas excesivamente holgadas lo indicaban.

"Andy…" Quería convencerlo de que no lo hiciera, el mayor sabía que no iba a salir bien si lo medía.

"Mídeme, Oliver." Volvió a ordenar,  y el hombre suspiró resignado, agarrándolo con cuidado.

Volvieron a la habitación y lo puso sobre la mesa de luz, mientras tomaba la misma regla que la primera vez.

"No me mientas." Espetó Andy, con un nudo en la garganta mientras se paraba lo más derecho que podía. Quizás así, inconscientemente, podría ser más alto.

Oliver asintió y apoyó la regla en su espalda.

Tragó con fuerza y vió las manos del pequeño temblar de temor. Pero no le podía mentir más, eso le haría más daño.

"11,2 centímetros." Susurró instantáneamente, Andy se dejó caer al suelo, llorando sin control frente a Oliver destruído y aterrado. En un intento de consuelo, lo tomó entre sus manos para reconfortarlo contra su pecho, sintiendo las pequeñas manos de Andy agarrarlo con fuerza.

Poco a poco estaba desapareciendo. ¿Cuál iba a ser el límite? ¿Iba a morir antes de llegar a ser diminuto? Tenía terror, él no quería morir. No todavía.

Oliver sentía el corazón partirsele en miles de pedazos, su chiquillo era cada vez más pequeño y él no podía hacer nada. El veía las lágrimas en los ojos de su bebé, y se sentía tan inútil, tan impotente.

"Bebé." Susurró, separándolo de sí. Andy refregó sus ojos aún sin dejar de sollozar y lo miró a la cara. Un ser así de dulce no se merecía tanto dolor.
Oliver se acercó y le dió un beso en la frente, secándole las lágrimas con sus dedos. "Haremos todo lo posible, ¿Sí?" Prometió.

Andy asintió, volviendo a abrazarlo con todas sus fuerzas.

Él necesitaba de Oliver.

Cuidando a un Mini Andy •‖Sysack‖・Donde viven las historias. Descúbrelo ahora