Giotto 2018

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Estaba revisando algunos papeles para mañana cuando sintió una presencia familiar detrás de él, una sonrisa surco sus labios y se giro en su silla para ver a su hermana... Solo que estaba su niebla solo tenía los ojos marrones de su hermana en lugar de haber adoptado su figura en su totalidad.

— Se me acabó el tiempo. — Fue lo único que dijo, con una leve sonrisa melancólica en sus labios. No tuvo que decir nada más para que el rubio supiera el significado de sus palabras.

Pronto el azul y rojo volvieron a brillar en los ojos de su niebla, a diferencia de otras oportunidades en que una sonrisa burlona adornaria su rostro, esta vez una mueca llena de preocupación se dejó ver en sus facciones.

— No puedo... No puedo sentirla... — Murmuró como si la sola idea de aquello le pareciera un crimen contra la humanidad, uno que hacía su sangre hervir.

— Lo sé, nos hemos preparado para esto. — Con elegancia se levantó de su lugar. — Contacta a Bermuda, yo preparare las cosas para un pequeño viaje. — Anunció viendo a su niebla intentando volver a su mascara de indiferencia, cosa que podía ver le estaba costando, no lo culpaba, no esperaba que su plan tuviera que ponerse en marcha tan pronto.

— ¿A dónde iremos? — Pregunto su guardián sacando su tridente listo para desatar el caos en el lugar que su jefe decidiera fuera merecedora de su ira.

— Ciudad Gótica. — Contestó tomando un anillo del cajón de su escritorio, un precioso anillo con forma de serviente que devoraba su propia cola con ojos de color onix adornado con joyas preciosas.

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Giotto vio las grandes puertas de la iglesia donde su hermana estaba siendo velada, gracias a la distracción que sus nieblas estaban proveyendo para él.

— Quizás no funcionó. — Dijo Bermuda a su lado, pero el no le tomó atención tan sólo abriendo las puertas de la iglesia.

— Pará obtener las llamas de la noche, se necesita una resolución sin lugar a dudas. — Comentó mientras caminaba por el amplio pasillo de la iglesia.

— Incluso entonces algunos las rechazan. — Respondió siguiéndole mientras a su alrededor las sombras parecían cobrar vida y comenzar a moverse a su alrededor. —Si esta aquí en lugar del hospital significa que su cuerpo no pudo asimilarlas.

— Como descubrirás mi amigo. — Comenzó a decir hasta que finalmente llegó al altar donde en un ataud café, rodeada por flores blancas estaba el cuerpo de su hermana. — Tanto los Vongola como los Al Ghul tenemos un gusto por lo dramático, por lo que era de esperarse que nosotros, heredarámos tal cualidad. — Sonrió acariciando su mejilla suavemente tomando una de las rosas a su alrededor. — Es tiempo de despertar querida. — Susurro besando los pétalos de la flor en su mano.

Con gusto y algo de sorpresa pudo sentir la tierra estremecerse a sus pies. Pronto el cabello castaño de su hermana comenzó a tornarse de color negro comenzando desde la raíz hasta las puntas. Sus labios se tornaron de color negro como la noche, y su piel pasó de estar de un suave tostado a blanca cual porcelana.

Algo divertido noto que las rosas blancas a su alrededor también se tornaron de color negro, muriendo rápidamente.

Suavemente los ojos de su Ange se abrieron dejando ver pupilas de color azul grisáceo, algo brillantes, como nota mental recordó asegurarse de que esto no le trajera problemas con la luz solar.

Tomando los bordes del ataud la joven se inclino hacia adelante, sonriendo al ver la mano extendida de su hermano, enseguida tomándola para poder salir del ataud sentándose en la orilla del altar tomando una de las rosas negras en su camino observando esta al igual que su mano, viendo su nuevo tono de piel junto a sus uñas de color negro... Interesante.

— Larga vida a la próxima soberana de la liga de las sombras. — Exclamó una de las sombras y ambos hermanos vieron con gusto como estas procedían a postrarse ante ellos.

— Es tiempo de hacer el mundo arder. — Dijo Ange con una voz suave y dulce como la miel.

— De dejar a los pecadores arder con él. — Se sumó Bermuda parándose de su lugar caminando hasta los más jóvenes.

— Y de reconstruir un nuevo mundo de las cenizas. — Finalizó Giotto con sus ojos brillando de un color naranjo metálico, este era el comienzo del fin para todos ellos que trajeron nada más que dolor y desgracia a su familia, hoy el mundo se arrodillaria a sus pies.

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Giotto estaba disfrutando de su pequeña reunión con su hermana cuando su niebla hizo acto aparición o al menos una de ellas.

— Los murciélagos están de camino, Mukuro-sama los está retrasando pero... — Informó Nagi mordiendo su labio inferior.

— Gracias Nagi. — Acarició su cabello y luego miró a la ahora pelinegra... Originalmente no se mostrarían hasta después de asegurar su posición pero con Tsu tan involucrada con los héroes no estaba seguro si el plan cambió o no.

— Me despedire de Damián Y Jason en su debido tiempo... Ahora es mejor retirarnos. — Contestó a sus pensamientos la menor y el levantó su mano ordenando a su niebla informarle de esto a Mukuro. — Nos vamos. — chasqueo los dedos y las sombras a sus pies se dispersaron.

— ¿Debo abrir el camino o prefieres intentarlo? — Pregunto Bermuda y vio la duda en los brillante ojos de su hermana.

— Por el momento creo que deberías ser tu quien abra el camino. — Respondió apretando sus puños un poco, Giotto asumió que en cuanto llegarán a un lugar seguro lo primera que Ange sería aprender a controlar su nuevo poder.

— Como gustes. — Dijo Abriendo un portal igual de negro que las alas de un cuervo o ahora el cabello de su hermana.

— Mhmm... — Murmuró tomando uno de los mechones azabache entre sus dedos.

— ¿no te gusta? — Cuestionó elevando una ceja.

— Al contrario, creo que te queda maravilloso. — Dijo besando suavemente El mechón haciéndola reír.

— Guarda tus encantos para nuestros enemigos.

— Siempre. — Sonrió de forma maliciosa y ambos entraron al portal dejando una ciudad en llamas detrás de ellos.

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Giotto estaba disfrutando de una taza de chocolate caliente cuándo las cortinas de su balcón flotaron de una forma unusual, ja, al parecer tendría compañía.

— ¿Que hacía la cabeza de Vongola hace dos meses en Gótica? — Interrogó el sujeto vestido como murciélago.

— Buenas noches a ustedes también. — Dijo tomando algo de su taza con gracia y elegancia en cada movimiento, no parecíendo para nada afectado por la repentina visita.

—Contesta. — Gruñó el mayor y Giotto bajo su taza dejándola sobre el pequeño plato.

—Mis guardianes quisieran tomar unas vacaciones y yo fui por ellos antes de que causarán muchos problemas para los locales, ustedes entienden como son las cosas cuando una niebla se emociona demasiado. — Contestó levantando finalmente la mirada encontrándose con la mirada del murciélago, y con otro... Héroe que parecía recordar de la información que su hermana le dio.

Una sonrisa llena de dulzura se extendió por su rostro mientras apoyaba su cabeza en una de sus manos, con sus ojos brillando suavemente de un naranjo parecido al cielo durante un atardecer.

— Ahora, caballeros. — Azúcar derramando se de sus labios con cada palabra que salia de estas. — ¿En qué puedo ayudarlos? — Al igual que un cerdo en el matadero, con una sonrisa y amabilidad lograría que nadie viera el cuchillo en su espalda, oh bueno... Ninguno lo vería hasta que su hermana decidiera que eran una amenaza, hasta entonces se divertirá a sus expensas.

Notas: el dibujo de arriba lo hizo una amiga! Y es más o menos como me imagino a Ange! Gracias por leer y hoy subire aquí el segundo capitulo de mi nuevo proyecto de Fanfic con Femhibari! Si no han leído el primero pueden encontrarlo en love Love What if!

Ah y feliz día de los enamorados para ustedes!

Really, Still not a hero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora