Damian: 2016.

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Las pasillos de la escuela estaban llenos de mini-humanos, o niños como era el término técnico, y aunque ya llevaba unos meses en la escuela aún no podía acostumbrarse al número de personas alrededor, al ruido, los olores y a todo en general... A veces necesitaba un respiro del mundo a su alrededor pero Ange le aseguro que sería así por un tiempo y luego podría acostumbrarse, y Ange no mentía, o no lo hacía a menos que tuviera una buena razón, por lo asumía que tan solo debía esperar a que su cuerpo y mente se acostumbrara al nuevo ambiente.

La profesora seguía diciendo cosas que ya sabía y estaban muy por debajo de su nivel, pero aún así mantuvo una falsa fachada de tomar apuntes cuando en realidad estaba haciendo algunos bocetos en su cuaderno. Le encantaría intervenir en la clase para corregir a esa aburrida profesora o pedir directamente que le subieran de grado, pero se suponía que no debían destacar más de lo necesario así que al menos por el término del semestre estaría atorado en esta sala con el resto de mini-humanos.

Finalmente como respondiendo a sus plegarias el timbre anunciando el final del día se hizo presente, dando inicio al momento favorito de los niños en que podían arreglar sus cosas e ir a casa, Damián quién sabía que hoy Jason no tenía trabajo estaba especialmente ansioso de volver a casa.

Al salir paso con cuidado de chocar con sus compañeros que parecían desesperados por salir.

— ¡Mamá! — Una de sus compañeras grito lanzándose a una mujer que era prácticamente su versión adulta. — ¡hoy me saque una A en ciencias! — Dijo mostrando orgullosa su prueba.

— Oh estoy tan orgullosa de mi bebé, Mamá te ama mucho. — Sonrió besando su mejilla para tomarle en brazos y caminar a la salida.

Algo ante la escena hizo que sintiera un extraño agujero en el estómago. Estaba seguro de que no era debido a que extrañará a su madre Biológica, Talia podía ser muchas cosas pero una madre... Ocupaba más bien rol de maestra o niñera a lo más... Además con Ange tenía más que suficiente, lo que le causaba un extraño molestar eran las palabras dichas.

"Te amo"

Ange jamás le había dicho esas palabras, ni una sola vez desde que tenía uso de razón, de eso estaba seguro. Talia e incluso su abuelo en algún punto (o cuando quería manipularlo) le dijeron esas palabras pero Ange nunca se las dijo... ¿Quizás no le amaba después de todo? Es decir no es como si hubiera hecho mucho para ganarse su amor... Todo lo que hizo fue causarle problemas a la castaña desde pequeño, e incluso ahora debían vivir escondidos por su causa...

— ¿Dami? — Pestañeo al escuchar una voz familiar y se giro encontrándose de cerca con el rostro de su cuidadora que le veía con ojos llenos de preocupación. — Llevó hablándote un rato, ¿Estas bien? ¿Paso algo?

— Estoy bien. — Aseguró sacando su prueba de su mochila. — Hoy me entregaron esto, no es mucho pero pensé que te gustaría verlo antes de tirarlo. — Entrego el papel sintiéndose extrañamente nervioso.

— ¿Una A++? ¡No sabía que podían darte dos signos de mas! Estoy tan orgullosa de ti Dami. — Se agachó a su altura para abrazarle con fuerza besando su frente con cariño. — Hoy puedes tener lo que quieras.

— ¿lo que quiera? — Susurró y por un fugaz segundo pensó en pedirle que dijera las palabras que deseaba oír.

— Lo que quieras. — Repitió separándose para acariciar su cabello y luego tomar su mano. — Si quieres podemos ir a comer helados antes de la cena.

— A Jason no le gusta que comamos antes de la cena cuando el cocina. — Le recordó.

— Hoy es un día especial, podemos hacer una excepción, además, lo que Jay no sabe no le hará daño. — Le cerró un ojo de forma cómplice, logrando que una pequeña sonrisa se formará en el rostro del menor.

Really, Still not a hero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora