Jason: 2013

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Junio.

El olor a sangre, sudor, y suciedad son lo que lo reciben cuando finalmente vuelve en si, y el pánico de la primera vez que despierta en este tipo de situación desde su pequeño baño en el pozo de lázaro ya no es nada más que un amargo sabor en su boca, después de todo Talia siempre le provee con basura de alta calidad por lo que no debería sentir culpa al librar al mundo de ellos.

Finalmente frunce el ceño cuando decide que el aroma no es de su agrado y decide terminar su supuesto entrenamiento por el día, darse un buen baño y dormir tan solo para comenzar al día siguiente con un día igual al anterior, según la mayor esto debería ayudarle, pero en dos meses el único cambio que a experimentado es normalizar el hecho de que ahora es un asesino, y no puede parar, no está seguro de que tan bueno es eso.

Al salir de la habitación donde entrena los fríos pasillos de la guarida de la liga lo reciben, y si no fuera porque Gótica también era un maldito refrigerador durante la mayor parte del año, probablemente ahora sus dientes estarían castañeando por el frío. En su camino a su habitación, huele un familiar olor que lo hace congelarse en su lugar con curiosidad.

¿Galletas? ¿En Nanda Parbat? ¿Los asesinos tenían un diente dulce?

Con algo de interés decide seguir el aroma por los pasillos hasta llegar a la cocina, duda por unos segundos de sí entrar o no, hasta que decide que si no quisieran que entrará habría un letrero o algo, (No que lo fuera a respetar de haberlo) por lo que con cautela entra a la cocina.

Sentada sobre la mesa de la cocina tarareando una canción está una chica de largo cabello castaño con las puntas de color morado, le está dando la espalda por lo que no puede ver su rostro pero sabe quien es.

Tsunange Al Ghul.

La nieta de Ras Al Ghul.

De sus años viviendo en la calle y luego como Robin, Jason aprendió a tener un oído abierto por información que podría ser valiosa aunque en el momento no fuera más que ruido blanco, y aunque en la liga no hay muchos dispuestos a hablar de sus maestros a sus espaldas, aún son humanos y lo hacen de todas formas.

Según lo que recuerda de los rumores de la chica, es al menos un par de años menor que Jason, es fiel y protectora del menor de los Al Ghul, excelente en su trabajo y tiene una loca habilidad que le permite meterse en la cabeza de las personas. Usualmente después de recordar la información sobre la castaña se habría ido, pero ha pasado mucho tiempo desde que estuvo cerca de alguien cercano a su edad... Y que tenía el permiso o la intención de cruzar una palabra con él.

— Si quieres una galleta, aún les faltan unos minutos. — Pará su sorpresa fue la joven la que rompió el silencio dándose la vuelta para verle. Parecía una muñeca, fue lo primero que pasó por su mente, al notar las delicadas facciones de la chica, pequeños labios rosados y grandes ojos marrón.

— Tengo tiempo. — Contestó entrando a la cocina totalmente para caminar hasta la contraria quedándose a una distancia razonable de ella. — Jason. — Se presenta por qué siente que es lo correcto por hacer si ella piensa darle galletas.

— Un gusto Jason, soy Ange. — Dijo con azúcar derramando se de sus palabras y sonrisa, nadie en la liga habla o sonríe de esa forma (Nadie en la liga sonríe ¿porque tendrían que hacerlo?),aquello le hace sentir más intrigado sobre la morena. — Tu eres... El proyecto de mi tía Talia ¿cierto? — No había ningun rastro de burla o desdén en su voz así que el ex Robin no se la toma personal.

— Y tu eres el perro guardián del mocoso Al Ghul. — Ante sus palabras la mirada de la más joven se afila y maldice, no quiso sonar tan rudo... Solo, mierda probablemente arruinó la conversación.

Really, Still not a hero. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora