CAPÍTULO 47

516 63 7
                                    


En cuanto amanece estoy en pie. Apenas he podido dormir, pues la incertidumbre planeaba sobre mí desde la tarde de ayer. A mi intensa conversación con Neo, se sumó el regreso de Eren, anunciando que hoy, Orlena y su consejo nos recibirían. Uno de los requisitos para esa reunión era, que solo dos de nosotros podrían bajar a la ciudad. Después de valorar pros y contras, se decidió que fuéramos Caleb y yo.

Me visto con prisa, dispuesta a iniciar cuanto antes nuestro viaje y cuando salgo del cuarto, aún se están comenzando a despertar mis compañeras. Para mi sorpresa, cuando llego al piso de abajo, me encuentro a Caleb sentado a la mesa desayunando y algo me dice que ha pasado tan buena noche como yo.

—Vaya ¡tan pronto y ya levantado!

Me mira de soslayo con cara de pocos amigos, mientras da un bocado a su tostada.

—No he pegado ojo —refunfuña—. ¿Por qué no rechacé la opción de ir? No creo que sea la mejor persona para acudir a esa reunión...

Tomo asiento frente a él y analizo su actitud. Caleb siempre se ha comportado como alguien muy seguro de sí mismo y esta reacción no es habitual en él.

—Tú no sueles preocuparte... ¿qué te pasa?

Deja la tostada y sujeta su cabeza con ambas manos, en actitud de derrota.

—No sé... es solo que no hago más que pensar... que nos estamos jugando mucho. Si esto sale mal, volveremos a casa con las manos vacías. Y no sé si estoy preparado para tanta responsabilidad.

Suspiro al entender que no se trata más que de los mismos miedos que tengo yo.

—Caleb, yo me siento igual. ¡Es normal! Pero tú eres genial convenciendo a la gente. Tienes carisma y temple, eres mucho más calmado en estas situaciones que el resto del grupo... no quiero que otro me acompañe. Quiero que seas tú.

Levanta la vista y me mira por un instante, antes de esbozar esa sonrisa pícara tan característica en él.

—Yo también te prefiero a ti —Se da cuenta de lo mal que ha sonado y se apresura a rectificar—. Para ir a la reunión. A eso me refiero.

Me río ante su apuro aunque decido no añadir nada más y comienzo a desayunar. El resto se van uniendo a nosotros de forma paulatina y para cuando Eren viene a buscarnos, ya están todos levantados.

—Tenemos que irnos. ¿Estáis listos?

Asentimos pero antes de salir, me acerco a Neo.

—¿Te encuentras bien?

—Sí, tranquila. No quiero que estés pensando en mí, ¿de acuerdo? Yo estaré perfectamente.

Me regala una radiante sonrisa y yo le doy un rápido beso. Al pasar junto a Jamie, este me dice con disimulo.

—Le vigilaré, ¿vale?

Le doy un rápido abrazo a modo de agradecimiento y después de despedirme del resto, salgo al exterior donde ya me están esperando Eren y Caleb.

—Si todo sale bien, vuestros compañeros podrán visitar la ciudad en los próximos días. Orlena es muy celosa respecto a la comunidad. Traiciones de otros tiempos, nos llevaron a ser más cautos y protectores con lo que tenemos. Seguro que os parecemos desconfiados pero cuando veáis el lugar, lo entenderéis todo.

Seguimos a Eren hasta la pared de piedra y caminamos en paralelo a ella hasta que hemos dejado el poblado atrás. Caleb y yo vamos varios pasos por detrás y de pronto, el hombre desaparece ante nuestros ojos.

Árboles de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora