CAPÍTULO 17

1.6K 134 53
                                    



Cuando el tercer día nos levantamos con intención de comenzar nuestro viaje, me doy cuenta de lo rápidas que han pasado las últimas cuarenta y ocho horas. Neo se sorprendió cuando le conté sobre Jess y permaneció un buen rato en silencio, creo que intentando recordar si había notado algo sospechoso en ella. Después de repasar el tiempo que había estado con la muchacha, seguía pensando que su tapadera era perfecta, pues no se había dado cuenta de nada. Lo de Jamie le resultó de lo más divertido, que realmente se diera cuenta de que yo le llamaba Neo, y toda mi explicación sobre el apodo, facilitaba las cosas, pues, con contarle lo mismo a Jess, una vez fuera de la ciudad, todos podríamos llamarle así y no habría necesidad de utilizar su nombre real, ese que tan poco le gusta. Al fin y al cabo, David y Caleb ya se referían a él así, excepto cuando estábamos con el profesor.

Dedicamos nuestro tiempo libre a organizar lo que estaba en nuestras manos, conseguir las armas gracias a Wei Jun y algunas cosas más de contrabando a las que Martin no podía acceder. El último día, hablamos con Jochen, para contarle que no podíamos seguir trabajando para él. Su asombro fue mayor al saber que Jamie también nos acompañaría y no pude evitar sentirme mal por él, ya que iba a perder a dos de sus empleados de la noche a la mañana. Neo le dio las gracias por haberle ayudado tanto y Jochen le abrazó emocionado.

Hannah no se lo tomó tan bien. Sabía que estábamos preparando nuestra marcha, pero creo que no quería hacerse a la idea de que el momento se acercaba. Nos miró con el ceño fruncido, los labios apretados y los ojos encharcados de lágrimas. No dijo nada y nos esquivó el resto del día.

Y aquí estoy, sentada en el borde de la cama, mirando mis desgastadas botas mientras pienso si estoy preparada para afrontar lo que pueda haber ahí fuera.

—¿Estás bien?

Neo se acerca a mí y me abraza. Apoyo la cabeza contra su pecho mientras rodeo su cintura y suspiro sonoramente.

—No.

Me conoce. Sabe lo mal que llevo estas cosas. Sobre todo, en el primer momento. Por eso no insiste y se dedica a apretarme fuerte contra él durante unos minutos. Cuando se separa, pienso en lo corto que se me ha hecho. Preferiría poder quedarme toda la eternidad en esta habitación. En este momento soy consciente de lo poco que necesito. Solo un lugar en el que estar y él a mi lado. Nada más.

—Vamos —dice tirando de mí.

Remoloneo un poco antes de ponerme en pie y coger mi mochila. Antes de cerrar la puerta tras nosotros, echo un último vistazo a su interior. Quiero grabar la imagen en mi retina, aunque haya pasado apenas unos pocos días en ese cuarto, hay momentos que siempre estarán unidos a este lugar...

Bajamos al salón y para nuestra sorpresa, no solo están Jamie y Jess esperándonos. También Jochen y Hannah. Al parecer no querían perder la oportunidad de una última despedida.

Dejamos un momento nuestro escaso equipaje en el suelo y Hannah es la primera en acercarse. Me da un fuerte abrazo.

—Sabéis que me gustaría ir con vosotros —su voz suena afectada y sé que está intentando no llorar.

—Lo sé —respondo—. Pero Jochen nos perseguiría por todo el planeta, si nos lleváramos a la mitad de sus trabajadores así por las buenas. Tienes que cuidar de él y ¡del negocio!

Todos soltamos una carcajada con la que intentar rebajar la tensión del momento. Se acerca a Neo y le abraza también.

—No dejéis que os maten.

—Eso intentaremos —promete mientras le devuelve el abrazo.

Al soltarse, se dirige a toda prisa a las escaleras.

Árboles de vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora