Él omega tenía minutos de haber llegado a su hogar, era sábado y había salido juntó a Mew por la mañana para ir a mirar algunos departamentos. Pero ninguno de los que miraron convencieron mucho al alfa, buscarían en otra parte en los siguientes días.
Gulf por su parte no le importaba mucho el departamento, el solo estar con su alfa lo hacía feliz, pero Mew quería un departamento con tres habitaciones a lo mucho y los que habían mirado solo era de una, eso no le agradó.
Se encontraban subiendo las escaleras de su casa, cuando la voz de su madre lo detuvo.
— ¿Dónde estabas?— preguntó secamente.
— Con Mew.
— Pasas mucho tiempo con él, no quiero que se aproveche de ti y te embaracé.— lo miró fríamente.— Y luego te abandoné con un bastardo.
Realmente los padres de Gulf no eran como los de Mew, eran completamente lo contrario. Su madre era un omega pero el haber crecido entre alfas en su familia, provocó que su carácter parecíera de una alfa y su padre ni se diga.
La mayor parte del tiempo, o mejor nunca le demostraban una pizca de amor a Gulf. La única vez que creyó que lo hicieron fue cuando le dijeron que querían lo mejor para su futuro, pero como ya había dicho, había echó lo contrario a lo que ellos quieran.
—Mew es mi alfa, y él no haría tal cosa.— dijo enojado.
Sus padres no conocía a Mew, ni nunca se tomaron el tiempo de preguntarle por él para conocerlo. Solamente lo juzgaban sin conocerlo. Por eso nunca sabrían que Mew era todo lo contrario, un alfa encantador que todo omega o beta desearían y incluso hasta un alfa.
— Los alfas solo te quieren para un momento, Gulf. Ellos no aman.— dijo fríamente con su rostro enojado la omega.
— Tu no conoces a Mew, él no es como todos esos alfas.— dijo él omega menor entre dientes.— ¿Y-Y si sabes qué?...¡Mew si me ama.!— dijo el omega completamente enojado.
—¡Kanawut! ¡No me faltes el respeto!— exclamó la omega.— Sube a tu habitación y no saldrás de ella.
El omega se giró y subió a paso rápido a su habitación cerrando con seguro la puerta, las lágrimas no tardaron en salir de sus ojos. Si su madre se estaba comportando de esa manera ahora, ¿Qué sucedería cuando se entrará que su hijo tendría un cachorro?
Lo va odiar completamente.
Sintió miedo nuevamente, una opresión en su pecho apareció junto a un nudo en la garganta, mientras se abrazaba así mismo.
Quería los brazos de Mew rodeándolo y diciéndole que todo va a estar bien pero sabía que ahora no se podría, Gulf se trató de tranquilizar lo más que pudo, porque sabía que su alfa se quedaría a su lado sin importar que.
Pasaron las horas y el omega se tranquilizó minutos después de ese momento de pánico, realizó cada una de las tareas de la universidad, estaba por entrar a tomar una ducha cuando unos golpeteos en la puerta se hicieron presentes.
— Gulf... Escúchame bien.— era su madre y no se escucha feliz. Aunque normalmente nunca lo estaba.— Se supone que tú celo debió llegar hace dos días y aún no lo hace. Si llegas a salir en cinta Gulf Kanaw- — el omega le interrumpió antes de que terminara de hablar.
No podía aún decirle, necesitaba el apoyo de Mew para hacerlo, no era el momento ahora.
— Es un retraso.— le dijo fríamente y su madre hizo un sonido desaprobatorio.
— Solo te estoy advirtiendo, hay comida en la cocina. Saldré, no debes saber a donde, y tú padre llegará tarde.— dijo en tono alto para que su hijo escuchará hasta la ducha para luego retirarse.
Miedo era lo que sentí Gulf en ese momento.
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