La madre de Mew, junto a Mild y Gun, fueron quienes organizaron el Baby Shower. No había sido realmente algo muy grande pero fue realmente hermoso.
Habían asistido sus amigos y unas cuantas amigas, que había escuchó en la universidad. Cuando terminó la pequeña reunión, su ahora suegro y Mew se encargaron de subir los presentes, que le habían regalado al omega, al auto mientras que Gulf terminaba de ayudar a Lawan a limpiar su hogar antes de marcharse.
— ¿Fue de tu agrado?— preguntó la omega limpiando una mesa.
— Claro que lo fue, gracias. — le sonrió tomando unos vasos sucios para llevarlos al fregadero.
— Me alegra mucho, pequeño. — sonrió con felicidad abrazando a Gulf, provocando un hermoso sentimiento en el omega.
El amor maternal que no sintió.
— Gulf... Bebé es hora de ir a casa.— esucho la voz de Mew desde la sala.
— Gracias por todo.— agradeció el omega abrazando nuevamente a la omega.
— No fue nada. Cada vez falta menos para conocer al pequeño.— dijo acariciando el bultito del omega.— Vayan con cuidado.
— Lo se, me hace muy feliz, hasta luego.—
Se despidió de los padres de Mew para después emprender caminó hacia su hogar. En el transcurso hablaron sobre los momentos divertidos que hubo en la fiesta, y Gulf se encontraba demasiado energético.
Mew sabía que pronto comenzaría a decir que estaba muy cansado, ya que no había tomado su siesta por la tarde.
— Boo, cuando lleguemos a nuestra casa podemos abrir unos cuantos regalos, ¿Sí?— preguntó con tono dulce el menor haciendo ojitos.
El alfa sonrió grande, su omega estaba radiante.
— No debés pedirme permiso para ello, mi omega. Pero estas cansado puedes hacerlo mañana.— dijo estacionado el auto.
— No lo estoy, vamos te ayudo a llevar unos cuantos regalos al departamento.—
El omega tomó en sus manos varías bolsas, pero obviamente que no pasaran casi nada, llevandolas hasta la sala dejándolas la mesa de centro. Se recostó un momento en el sofá mientras esperaba al alfa para abrir juntos los presentes, pero sus ojos están cerrando lentamente sin previo aviso.
Cuando Mew entró a la sala con los demás regalos, encontró a un Gulf durmiendo profundamente. Dejó las cosas que traía en sus manos para acercarse al menor, y posar sus manos en la pansita de Gulf dejándolas descansar allí.
— Sabía que pronto te sentirás cansado.— hablo mirando a Gulf, segundos después sintió un pequeño movimiento en el bultito donde se encontraban sus manos.— ¿Cachorro aún no duermes?— preguntó dulcemente.— Duerme es muy tarde para ti, bebé.— levantó la camiseta de su pareja dejando un beso en la pansita.
Tomó entre sus brazos a su pareja para llevarlo hacia su recamara y Gulf pudiera descansar cómodamente.
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