Había pasado exactamente una semana desde la fiesta de cumpleaños del pequeño Gus, el cual era un niño completamente saludable.
Ese mismo día de sus fiesta, el cachorro había sorprendió a sus padres y familiares, cuando comenzó a dar sus primeros pasos, era pequeño y contando que aún era el inicio de esa nueva etapa, por lo cual aún ocasionaba que su cuerpecito se balacera de un lado a otro llegando a caerse algunas veces.
— Gus es hora de la cena. — lo llamó Mew mientras que este terminaba de secar su cabellera, luego de una ducha.
El cachorro levantó su hermosa y encantadora mirada, hacía su padre, acompañada de una sonrisa brillante. El pequeño se levantó de donde se encontraba sentando jugando, con uno de los regalos de su abuela, trató de estabilizar su equilibrio y dió unos pasos hacia su padre.
Él cual lo esperaba en cuclillas con sus brazos abiertos, Gus sonrió aún más amplio y corrió hacia Mew, por poco callendose pero fue sosteniendo por los brazos de su papá.
— Con cuidado mi pequeño Gus.— le dijo Mew poniéndose de pie junto a Gus, el cual ocultó su carita en el cuello de su papá, ronroneando.
Se sentía completamente protegido junto a Mew.
Llegaron al comedor y él alfa colocó a su hijo en la silla especial para bebés mientras que Gulf colocaba los platos con los alimentos y el platillo especial para Gus.
Mew tomó el platillo de su hijo para luego llevar un poco del alimento a la boca del bebé.
— Deja que el coma solo.— le dijo Gulf mientras bebía agua.
— Pero Omega, quiero alimentarlo.— exclamó el alfa volviendo a lo que estaba haciendo.
— Gus puede comer por si solo, Mew.— decía Gulf con una sonrisa viendo un poco sorprendió el puchero del mayor
— Bii~ yo no tuve muchas oportunidades de alimentarlo por él trabajo, deseo realmente hacerlo ahora que estoy aquí.— dijo viendo como su cachorro abriría nuevamente su boca para comer.— ¿Verdad Gus?— preguntó mirando al cachorro y este asintió sonriéndo.
— Esta bien, hazlo pero también come o la comida se enfriara.— comento apuntando el platillo de Mew y este asintió feliz.
— Gus, aquí viene el avión.— exclamó Mew llevando hacia arriba y abajo la cuchara con la papilla, provocando risas en su hijo.
Gulf los observa con fascinación, los ojos del omega brillaban de felicidad.
— Gus, aquí viene el tren.— siguió el mayor expresando las cucharadas de alimento como transportes.— Gus, allí viene el barco.
La sonrisa y carcajadas del pequeño hacia sentir una calidez en la pareja. Gus era su mundo y su felicidad.
— Al parecer nuestro Gus viaja mucho por el mundo.— expreso con gracia él omega.
— Si, Gus es un viajero.— dijo el alfa y el menor los observó ladeando su cabecita de un lado a otro.
— G-Gus — una hermosa y tierna voz, que con un poco de dificultad salió del cachorro para tratar de pronunciar su nombre.
— Nuestro bebé acaba...— dijo Gulf sorprendido para llevar una mano a su boca.
— De decir su primera palabra.— terminó la oración el alfa sonriéndo grande.
— Guuuu — volvió a decir el cachorro jugando sin decir buen su nombre.
La pareja río al escucharlo y ambos besaron una mejilla de su pequeño hijo.
— Guu — exclamó riendo el menor.
Finalmente su cachorro había dicho su primera palabra y al parecer se volvería a su favorita hasta que aprendiera una nueva. O muchas más.
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