Mew junto Lawan habían preparado una hermosa cena para el aniversario de la pareja, la madre del alfa se fue a su hogar una vez que terminó de preparar la comida. Unos minutos después Mild trajo de regreso a su omega quien le había ayudado a mantener fuera a Gulf la mayor parte del día.
Al entrar Gulf encontró una hermosa cena romántica, era hermosa. La comida ni se diga, la madre de Mew tenia un increíble sazón, comieron hablando poco las palabras no hacían falta.
Al finalizar la cena, se quedaron donde mismo, bebiendo una copa de vino tinto, aunque solamente Mew, y Gulf alguna otra bebida sin alcohol, mientras hablaban entre risas y alguno que otro tema delicado, sin embargo no arruinaba su hermoso momento juntos.
El alfa se puso de pie estirando su mano para que Gulf la tomara, tomados de la mano de encaminaron al balcón de su departamento mirado hacía las estrellas. Los ojos de ambos brillaban y los latidos de su corazón al mismo ritmo, como las almas gemelas que eran.
Mew sin despegar la mirada del cielo suspiró sonriendo mientras soltaba la mano del omega para caminar detrás del menor y recargar su menton el hombro del omega, y sus manos en el abdomen del mismo.
—Feliz quinto aniversario, Bii.— le susurro en oído y Gulf sonrió.
— Feliz aniversario, Boo.— poso el omega sus manos sobre las de Mew.
— Omega, gracias por ser mi alma gemela.— dijo el alfa mirando las estrellas de la misma manera que Gulf.— Hemos cambiado con los años, pero el brillo de tus ojos es más brillante que nunca, y mi amor por ti es incluso más fuerte.— dijo lentamente y el corazón del omega sentía completa calidez junto al alfa.
— En todo momento veo la verdad en tus ojos, pienso en ti cada segundo de todos los días: eres mi pasado, mi presente y mi futuro.— dijo ahora el omega.— Es muy cursi pero así lo siento.— se giro envolviendo sus manos en el cuello del alfa y este sonreía felizmente.
— Te amo.— dijo para besarlo y después sonreirle.
— Tambien te amo.— oculto su rostro en el cuello del alfa haciendolo reír.
Regresaron hacia dentro cerrando la puerta del balcón, un Mew tomo por sorpresa al omega cargandolo hasta llevarlo su habitacion.
— Yo puedo caminar, Boo~.— dijo riendose, sus mejillas estaban sonrojadas mientras se quejaba.
— Lo sé pero te quiero consentir.— sonrió, dejandolo delicadamente en la cama, mientras le llenaba de besos su rotro.
— Yo también.— dijo juguetonamente mientras besaba los labios del alfa y apresaba el cuello de su pareja, impidiéndole que se alejara. — Juntos.
Entre caricias llenas de amor y tiernos besos, Mew y Gulf se sumergieron en una cálida habitación. Muchas sonrisas, besos en los cuales ninguno se quería separar quedándose sin aire, provocando risas entre ambos, prendas que comenzaban a sobrar sobre sus cuerpos.
Todo lo que habían estado esperando ambos para sentirse completos había llegado, y apenas comenzaba.
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