Capítulo 3

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Bostezos.

Eran lo único que salían de la boca de Yoongi. Anoche fue una tortura para sus preciadas horas de sueño y su taza desbordándose de café no hacía ni el esfuerzo por mantenerlo despierto. En su mente seguía rondando el hecho de que era altamente sospechoso que la camioneta no se presentase, Yoongi no creía en las consecuencias.

Vio a Namjoon entrar y colgar su abrigo de colores tierra en el perchero algo viejo, mientras en su mano desfilaba un vaso de Starbucks. Namjoon lo miró y con aire de típico compañero de trabajo de ánimos hasta el tope caminó hacia su dirección. Yoongi lo miraba de forma que sus ojeras eran lo único llamativo para Namjoon en ese momento.

—Hyung ¿no durmió correctamente anoche?—Se preocupó el menor de ambos al verlo en tal estado.

Yoongi chasqueó sonoramente su lengua ubicando su taza con poco cuidado sobre su mesa repleta de papeles que ahora mismo quería ignorar.—No, la mal parida camioneta no apareció, y estuve como idiota esperando la muy desgraciada.—Gruñó.

Namjoon abrió sus ojos de par en par.

—Cielos, cálmese hyung. Tengo buenas noticias para usted.

Yoongi lo miró con una ceja alzada, aún así no podía descifrarlo por más que quisiera. O simplemente el sueño no dejaba que su cerebro trabajase correctamente.

—Escuche, anoche estuve investigando y haciendo varias llamadas. Existe un grupo de jóvenes delincuentes por la ciudad conocidos como "The Rats".—Yoongi rió internamente por el ridículo nombre.—No son muy peligrosos, nada de lo que la policía local no pueda encargarse. Pero, tienen contactos con Hope. Hay que tratar de comunicarnos con el líder de ellos.

Yoongi casi se va hacia atrás en su silla, miró a Namjoon tanto asombrado como incrédulo.

—Me estás jodiendo Kim.

—No lo hago hyung. Tal vez y podamos sacarles algo de información.

—¡Tal vez, no! ¡Claro que les sacaremos información!—El sueño en Yoongi se volvió nulo por la reciente información.—Hay que buscarlos ¿Ninguna ubicación específica?

—Normalmente se les ven en callejones cerca de la cafetería por el centro. Pero no es probable que estén ahí. Aún así la policía no se interesa mucho ya que no le hacen daño a nadie. Bueno, que se sepa.

—No lo sabremos hasta revisar.—Yoongi con decisión se levantó de su silla y se dirigió a ubicarse su suave abrigo, Namjoon lo volteó a ver sin dejar de seguirlo con su confundida mirada.

—¿Irá ahora?

—No puedo creer que en serio me preguntes eso a mi.—Rió dejando la base.—Bien, la cafetería cerca del centro.—Con rapidez se introdujo en su auto y condujo veloz pero a una velocidad en la que no lo multarían. Se estacionó cerca del lugar y aseguró su arma en su bolsillo del cinturón por si las cosas se ponían feas y caminó un buen rato. Sus pies se detuvieron frente a un callejón, oía voces. Sin la más mínima pizca de miedo se adentró al sucio callejón, oscuro de no ser por el sol de aquella mañana.

—Busco al líder de The Rats.—Volvió a reír internamente, ese nombre no dejaba de parecerle ridículo. Las voces en el callejón cesaron y pudo sentir varias miradas sobre el. Agudizó su oído oyendo pasos cercanos, y un cuerpo frente a él. Pudo ver un niño, o eso parecía debido a su estatura, con el pelo teñido de un anaranjado/rosado y una sonrisa ladina en sus delgados labios.

—Me buscas a mi entonces.—Hablo el muchacho con el cuál Yoongi debía agachar su cabeza para hablar. Quería reírse a gritos, pero la situación ameritaba seriedad.

—Quita esa sonrisa, muchachito.—El más bajo ladeó la cabeza por la forma en la que le habló.—Sé que conoces Hope, o al menos tienes contactos con el.

El chico abrió sus oscuros ojos, y Yoongi pudo ver el miedo presente en ellos. Pudo darse cuenta más que nunca que Hope era un hombre que tenía a muchos temerosos. A muchos menos a él.

—¿Y bien?—Agregó Yoongi al no recibir respuesta.

—...Vete al diablo.—El muchacho retrocedió y volteó dispuesto a irse y desaparecer en la penumbra del callejón. Pero Yoongi fue más rápido y lo sostuvo de un brazo llevándolo detrás de su espalda. El chico se quejó de dolor y Yoongi tomó su otro brazo inmovilizándolo completamente.

Las personas anteriormente ocultas en la oscuridad caminaron hacia Yoongi en alerta. Ante esto Yoongi sacó su arma y la apuntó a la cabeza de él joven atrapado.

—Si se acercan un paso más, le vuelo los sesos a su líder de pacotilla.—Gruñó Yoongi viéndolos profundamente. Las personas ante la advertencia detuvieron su caminar.—Bien hecho. Y tú, mocoso, vienes conmigo.—Jaló al chico a su auto para luego estrellarlo contra este pegando su mejilla del caliente metal debido al sol tan potente de esa mañana y lo esposó.

—¿Esposas? ¿En serio? ¿Entonces eres policía?—Dijo el chico sin dejar su aire descarado.

—Agente de la CIA. Y tal vez homicida si no cierras esa boca.—Lo metió bruscamente al auto y luego de entrar el mismo, condujo con autoridad a la base. El chico se mantenía murmurando cosas entre dientes. Tal vez insultos, tal vez maldiciones, daba igual. Yoongi solo las ignoraba.

Las rejas frías e impenetrables separaban la cara dura de Yoongi de aquel joven el cual arrastró hasta la celda en la que ahora se encontraba cautivo. El chico miraba al suelo mientras de la furia contenida mordía dentro de su mejilla, Yoongi esperaba pacientemente una palabra que saliese de los delegados labios contrarios. Pero no pasó.

Así que sin más remedio, dió el la palabra.

—Escucha niño, no tengo todo el día. Hablarás quieras o no.—Dijo Yoongi con las manos dentro de sus bolsillos, pero su pedido no fue oído o al menos fue tomado en importancia por el joven.—Niño.—Llamó.

—Maldición.—Gruñó el de cabellos anaranjados dando un pisotón.—Deja de llamarme niño ¿Quieres? Tengo 27.

—Entonces somos de la misma edad.—Yoongi sonrió, pero sin tener un rastro amistoso.—¿Entonces debería llamarte Jinho-ah?—Yoongi sonrió más ampliamente al ver los ojos sorprendidos del peli naranja.—Si, sé tu nombre, Cho Jinho. Y sé muchas cosas sobre ti las cuales puedo usar en tu contra.—Se apoyó sobre las rejas con ambos brazos.—Claro que, esas no podrían ser las únicas consecuencias por tu silencio. Así que te conviene hablar.

Se miraron unos instantes y Jinho solo le sacó ingratamente el dedo del medio.

—Jó-de-te.—Separó en sílabas aquel insulto. Y Yoongi ya harto de su actitud poco cooperativa dejo el lugar y fue a sentarse a su escritorio.

Jin se encontraba tomando alguna batida que seguro fue a comprar y el muy desgraciado no compró una para él.

—¿Cómo te fue?—Preguntó con un sorbo largo de su bebida.

—No hablará.—Pasó su mano por su cara jalándola hacia abajo queriendo sacarse la tensión que aquel enano le provocó.

—Mm.—Dijo con la boca de llena de bebida y tragó.—Manipúlalo. En cualquier momento debe hablar o sabe que se quedará en esa caja con barrotes un buen tiempo.—Yoongi asintió.

¿Manipularlo? El chico parecía fuerte, un dulce difícil de roer, un rompe muelas. A este paso, su incesante avance se vería frenado por culpa de un Hobbit gruñón.

Cynical [HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora