Capítulo 10

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La luz mañanera se infiltró traviesamente por el ventanal de ese cuarto en el que estaba encerrado, no se dio cuenta en el momento en que cedió ante el sueño y abrió los ojos con incomodidad, no poder estrujarse los ojos debido a estar esposado era molesto. Giró su cabeza en ambas direcciones, no había sido un sueño.

El cerrojo de la puerta sonó, indicando que estaba siendo abierta. Su mirada se posó en la puerta y vio a quién menos quería.

—Buenos días, Yoongi. —Apareció Hope tras la puerta con alegría como siempre, si lo veías por la calle, no pensarías para nada que era un tipo que vendía personas. Yoongi no respondió el buenos días. —Espero hayas dormido cómodo, aún con las esposas. —Rió, Yoongi hizo una mueca con su boca. —Vamos a lavarte los dientes, hice un desayuno especial para ti.

Tomó a Yoongi del brazo levantándolo. —¿Vas a lavarme los dientes? No soy un puto bebé.

—No voy a quitarte las esposas Yoongi. —Lo llevó al baño y lavó sus dientes a pesar de las quejas del pálido, Yoongi estaba obviamente incómodo y molesto. Hope lo guió a un comedor grande, pero no como el otro que tomaba el espacio de toda una habitación, parecía ser el de visitas o eventos especiales. Este era más pequeño, pero seguía siendo nada humilde.

Sobre esta, se encontraban manjares que Yoongi solo había visto en películas o en capítulos de Master Chef que veía cuando no había nada bueno en la tv.

—Por favor, toma asiento. —Hope señaló una silla, Yoongi no tuvo más remedio que hacerlo, pero se mantenía mirando a su alrededor, tal vez había algo que usar. Hope soltó sus esposas de los pies y las ató a las patas de la silla, Yoongi maldijo internamente, y Hope soltó sus manos por fin. —Come lo que desees. —Y se sentó.

Yoongi no sabía qué pensar, no imaginó ser la obsesión de Hope, no pasó ni un momento por su mente y estaba totalmente descolocado. Necesitaba explorar más la mansión, conocerla mejor, así escaparía o tendría ventaja, pero algo le decía que Hope no se despegaría de su lado el tiempo que lo mantuviera cautivo allí. Tomó un bocado de su comida, estaba malditamente bueno, pero no se dejaría caer por simplemente su estómago lleno. El desayuno terminó en un incómodo silencio que a Hope no parecía importarle, Yoongi lo miró.

—Quiero hablar con Jimin. —Dijo en medio del silencio sepulcral que solo era intervenido por el sonido de los cubiertos chocar con los platos. Hope levanto la mirada, tan vacía y un rostro inexpresivo, a pesar de siempre llevar una sonrisa tatuada aterradoramente.

—No tienes ningún asunto pendiente con él. —Respondió, notablemente molesto por el comentario de Yoongi.

—Si lo tengo, imbécil. Por su culpa estoy aquí contigo, necesito aclarar algunas cosas. —Escupió con frialdad, Hope no reaccionó. Yoongi realmente esperaba una respuesta, pero una batalla de miradas se desarrolló en aquel lapso de tiempo. Hope finalmente se levantó y quitó las esposas de la silla para acomodarlas en sus pies como estaban. Lo agarró del brazo y lo paró. Yoongi no tenía las esposas en sus manos, pero decidió no hacer nada sin un plan.

Hope ajustó bien las esposas de sus manos tras su espalda y caminó sujetando su brazo. Yoongi supo a dónde se dirigía. Sus sospechas fueron más que acertadas al estar parado frente al cuarto de rehenes, miró a Hope de reojo quién mantenía un semblante serio. Con un conjunto exagerado de llaves, buscó la correcta para abrir la puerta. Yoongi analizó con cuidado aquello, si tenía aquellas llaves podía ser capaz de abrir muchas o todas las puertas de la mansión, debía obtenerla.

Hope abrió la puerta y chillidos asustados se oyeron dentro cuando la puerta fue abierta. Las miradas llenas de miedo apuñalaron a Yoongi, su sangre hirvió, pero no podía hacer nada.

Maldita sea, no podía hacer ni mierda.

Buscó con la mirada la desordenada cabellera rubia, quién con facilidad se perdía entre los inocentes atrapados. Al ubicarla se encaminó a él con seguridad, el pequeño que con cabeza gacha mientras jugaba con sus pies se encaró a él, palideció.

—Hablemos, Jimin. —Dijo Yoongi, directo, sin rodeos. El rubio observó a Hope, mirándolos desde la puerta, su mirada decía todo: cuidado con lo que es mío. Lo tendría. Volvió su mirada al mayor quién se sentó frente a él, su expresión exigía explicaciones, pero sobre todo mostraba su decepción.

—Yoongi hyung yo...—Jimin no acabó su frase al ser interrumpido por la voz rasposa contraria.

—¿Cómo planearon esto? Digo, maldición Park...—Su ceño se frunció en total decepción, Jimin no quería ver esos ojos.

—Es obvio que vino aquí por esas explicaciones, así que se las daré. —Miró a Hope asegurándose de que no los estuviese oyendo. —Todo fue idea de Hope, yo no quería hacerlo. Él quería una manera de traerte, y yo era esa manera. La subasta fue la oportunidad perfecta para el plan. Así que cuando la alarma sonó me liberó, el objetivo era justamente ir hacia usted. —Jugaba con sus manos mientras Yoongi escuchaba atentamente. —Así que eso hice, corrí hacia usted mientras los invitados huían y me llevó con usted, le mentí diciéndole que era mejor entrar en cubierto para que así Hope pueda atraparlo. Luego de eso...Yo...

—¿Tú?

—...Fui regresado aquí por un amigo de Hope.

—¿Un amigo de Hope? ¿Quién?

Jimin no respondió, se veía notablemente nervioso.

—¿Quién Jimin? ¡Dime quién es! —Casi se abalanza sobre él, pero las fuertes manos de Hope lo sujetaron y alejaron del frágil cuerpo de Park, quién casi colapsa cuando Yoongi casi le vuela encima.

—Suficiente. —Hope lo jaló hasta afuera, Yoongi se mantenía gritando por respuestas.

—¡Jimin! ¡Dime ahora mismo quién es! ¡Park Jimin! —Hope cerró la puerta y Yoongi jadeaba. Iba a explotar, Hope puso una mano en su hombro la cual Yoongi quitó con brusquedad sacudiéndose. Odiaba su tacto.

—Yoongi, quiero pasar el día contigo, pero no puedo si sigues comportándote...

—¡Cierra el puto hocico! ¡Mierda! ¡Joder! —Yoongi gritaba como un demente, se iba a quebrar y sabía que no debía, tenía que mantenerse. La mirada que le dio Hope, lo hizo sentir algo que en mucho tiempo no sintió. Le heló la sangre. Tan fría, tan oscura...

Tan cínica.

Hope lo tomó del brazo con brusquedad que Yoongi gimió, fue arrastrado sin tacto alguno a la habitación donde estaba antes, o más bien en aquella suit presidencial. Al ser arrojado ahí volteó a ver a Hope quién seguía con aquella mirada.

—Te quedarás aquí, hasta que te calmes de una puta vez. —Cerró la puerta tan fuerte que Yoongi se sorprendió de que no se rompiera. Gruñó en frustración y se sentó en la cama, se sentía tan incómodo con las esposas, ajustadas y lastimando su piel. Olvidando el dolor, empezó a pensar en lo que le dijo Jimin. Algo llegó a su cabeza.

Alto.

Algo estaba realmente mal.

Cynical [HopeGa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora