Capítulo 23

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Carla había acordado con su padre que se reunirían el fin de semana para poder almorzar y conversar en familia. Le pediría a Samuel que llevara a su madre y así harían oficialmente el compromiso de los dos, como debería ser según los Marqueses.

Al enterarse Samuel se mostró un poco renuente, estaba molesto con su suegro por lo que había hecho de complotar contra su propia hija con tal de que trabajara para el. Pero acepto asistir a la comida con tal de llevar la fiesta en paz con los padres de su futura esposa, el que Teo y la Marquesa hubieran accedido a convivir con él y su madre ya era un avance para ambas familias.

Era sábado por la mañana, Samuel y Carla habían adoptado la costumbre de que los fines de semanas se quedarían recostados abrazados hasta tarde. El tiempo que compartían juntos era tan mágico y especial que no les importaba hacer a un lado sus obligaciones de fin de semana.

Carla tenía su cabeza sobre el pecho de su prometido aún seguía dormida, desde hace casi tres semanas se sentía decaída y con mucho malestar. Mientras Samuel acariciaba su cabello tratando de consolarla, el seguía tratando de comprender el porqué Teo no quería que Carla se apartara de ellos y necesitaba siempre tratar de protegerla y pensó que quizás cuando él fuera padre lo entendería.

Samuel no había tenido una imagen paterna que le mostrara cómo era el amor de un padre a su hijo, no sabía que era compartir tiempo con un sujeto que fuera un superhéroe para el y su ejemplo a seguir, por esa razón se le hacía difícil comprender a su suegro.

Era feliz y estaba agradecido con el amor y dedicación que su madre les había dado a él y a su hermano haciendo que nunca le hiciera falta un papá, pero se prometió que cuando se convirtiera en uno se desempeñaría de la mejor manera.

Seguía perdido en sus pensamientos cuando de repente la forma inesperada de despertar de Carla lo hizo reaccionar. La vio bajarse lo más rápido posible de la cama y correr hacia el baño mientras se cubría la boca.

— Te sientes bien? — le preguntó preocupado mientras la seguía — Carla debemos de ir a un médico — mencionó mientras se apoyaba en el marco de la puerta.

Carla solo le indico con su mano que guardara silencio y que no le dijera más, estaba tratando de reponerse del vomito matutino que llevaba presentando desde hace días.

— Me está preocupando tu salud — siguió insistiendo — pensamos que cuando pasarás el estrés de no encontrar trabajo todo se calmaría — se cruzó de brazos y frunció el ceño — pero sigues igual e incluso peor —

— Ya se me pasará — dijo Carla acercándose al tocador y abriendo el grifo — son los nervios —

— Nervios de qué? — preguntó molesto mientras la veía lavarse los dientes.

— por la comida de hoy — respondió Carla después de terminar de escupir y secarse la boca — temo que las cosas se salgan de control, aún no confío en mis padres y no quiero que le quede un mal sabor de boca a tu madre de mi familia — se acercó a Samuel y le acarició el rostro — te prometo que me pondré bien, solo que pase todo esto —

— Si después de hoy sigues así te obligaré a ir con un médico — la abrazo y la pego a él — me escuchaste bien — Carla asintió y le dio un tierno beso — quiero que siempre te sientas bien y no quiero que tu padre piense que no me importa tu salud — le acaricio el cabello y sonrió — preparare el desayuno, tu te quedas en cama y te vas a dejar consentir —

Carla sonrió e hizo caso, se recostó en la cama y solo vio salir a Samuel de la habitación. Estaba tan entretenida con su móvil mirando las ultimas actualizaciones en las redes sociales de sus amigos que por inercia colocó su mano en su vientre y una leve inflamación en la zona abdominal le llamó la atención.

Mi destino eres tú Donde viven las historias. Descúbrelo ahora