7

34 3 0
                                    


Era extraño estar sentado en un auto cual no es de tu pertenencia. Pero no podía hacer de otra cuando tu único deseo es alardear y quedar como un macho ante toda ley, dejar de lado aquel estereotipo que ponen para que uno sea pasivo o activo.
Una actitud, un gesto o simplemente un movimiento pueden llegar a tachar como pasivo o activo. ¿tienes grandes músculos? Eres activo.
¿Eres delgado y pequeño de hombros? Eres pasivo.
¿Quién puso aquellas normas? Nadie puede responder aquello. Pero está claro que alguien las puso y simplemente la sociedad hizo otro de sus trabajos de «copiar y pegar». No es que tampoco esté mal, pero calar a una persona por ser pequeño de hombros, delgado y no tenga «gestos» de un macho alfa no te marca como pasivo.
En una relación de amor y, en su defecto, sexo sin compromiso no hay rol que cumplir. Porque esté arriba enterrándose en el interior del otro o haciendo maravillas con su lengua no lo declara el activo o el pasivo.
Las relaciones son versátiles, aunque hasta para su ser era difícil aceptarlo. “Pasivo” entraba en su sistema haciendo pequeños cortos circuitos y obligó a su cerebro encontrarle un enorme rechazo, tachando aquella palabra con una enorme cruz roja donde ni siquiera permite entender bien el significado de aquella palabra.
Es que, tan sólo que lo apunten denominándolo «pasivo» no lo llena de felicidad. Pero el enojo tampoco cala en su ser, mostrándose sereno y de un rostro inexpresivo. ¿Qué tan difícil puede ser para Jackson esto? Por su mirada brillante, no expresaba más que confusión y terror mezclado con algo de inseguridad y decisión de no ceder a ser sometido y gemir debajo de otro cuerpo que se entierra en su parte más sensible y delicada.

A Mark tampoco se le hacía fantástica la idea de estar debajo del chino recibiendo y escucharlo gruñir de satisfacción ante encontrarse con la estrechez de su interior. Tan sólo pensar aquello un escalofrío recorría gran parte de su espalda haciéndolo sentir incómodo y sacudir sus hombros en aquellos asientos oscuros de ese Chevrolet Cruze SW.
Un suspiro abandonó los labios del americano mientras este se recargaba y dejaba que su cabeza se apoye en aquel cómodo asiento. La puerta del acompañante hizo el típico ruido de abrirse, haciendo que el americano guíe toda su atención en aquello que lo hizo traer a la realidad y demostrar que aún faltaba horas para el encuentro. Su agenda no era la más ligera para tomarse el tiempo pensando en estereotipos. Si se dejaba o no someter por las fuertes manos de Wang o simplemente huía de todo aquello que abrumaba su mente y no dejaba pensar con claridad y dejarlo en paz en sus momentos que debían ser de calma.

El sonido de la puerta del auto cerrarse, hizo sobresaltar en el lugar al americano y miró a Yugyeom, que estaba sentado con su mochila de cuero sintético negro entre sus manos. La mirada del acompañante no era más que de curiosidad, ¿tan mala era la cara de Mark? ¿tan afligido estaba por este tema del sexo? Para qué mentir, a veces los americanos se dejan guiar por su orgullo masculino. Aunque saben con exactitud qué pueden lamer un glande sin hacer del asco, tus gustos no quitan como hayas nacido. Mark aclaró la garganta y se acomodó mejor en el auto de su mánager para guiar su mano en el arranque, donde estaba la llave intacta esperando por las manos de Mark… y que se digne girar y que el motor haga su función y salgan del frente del edificio de Bambam.

—Y ahora, ¿dónde? -La pregunta no sonaba con gran interés, pues Mark estaba totalmente ido y sólo podía pensar en Jackson y lo ridículo que sería esta noche.

—Al aeropuerto, debo recoger a mi hermano. -respondió el castaño abrazando como un peluche su mochila, buscando calor, paz y tranquilidad. Pues la extraña llamada de Corea no lo dejaba tranquilo. Su hermano no venía jamás para Japón y siempre se negaba ante una invitación. Era totalmente extraño para el chico. – Mark. -susurró el joven, que en respuesta recibió un suave sonido de afirmación, dándole el pie a que continúe con su charla. - Me iré a mi casa está noche, mi hermano viene de Corea y debe quedarse conmigo.

Las apariencias engañan[ PAUSADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora