La alarma sonó
-¡Maldita alarma! ¿Por qué no puedes callarte? -dije tomándola- ¡Estúpida alarma! -Insulte finalmente arrogándola contra la pared-
- hija tranquila -dijo mama entrando rápidamente al cuarto-
- ¡Tranquila!...-exclame-me compras una estúpida alarma que no sirve para nada, más que para arruinar mis hermosos sueños ¿Y me dices que me tranquilice? -le dije alterada y molesta-
Mama solo se quedó callada, no la culpo siempre era lo mismo cada mañana.
-perdón mama, no tenía que gritarte-me disculpe con voz ronca-
- no te preocupes hija -dijo acariciando mi mejilla-solo apúrate y baja a desayunar, que te prepare tu desayuno favorito- me dedico una sonrisa y salió del cuarto-
Me pare y tendí la cama mientras elegía que ponerme; al terminar de tenderla y decidir que ponerme me cambie completamente quedando vestida con unos jeans azules y una sudadera gris. Tome mi mochila y baje al comedor para desayunar, encontrándome con lo que me había dicho mi madre "Mi desayuno favorito": unos ricos waffles con café caliente y un poco de fruta picada a un lado, una enorme sonrisa se dibujó en mi rostro. Mama siempre consintiéndome, pensé. Y así comencé esa mañana, dedicándome a desayunar y disfrutar de ese delicioso desayuno. Al terminar recogí mis trastes y los puse en la tarja de la cocina, tome de nuevo mi mochila y salí tomando las llaves que se encontraban en una pequeña mesa junto a la puerta de salida, sin antes avisarle a mama con un grito que ya me iba.
Salí de la casa cerrando la puerta y camine hacia la escuela como todos los días, disfrutando del paisaje. Al llegar entre a mi salón y tome mi asiento ya asignado que se encontraba junto a la ventana. Cuando el profesor entro, voltee hacia la ventana ya que no quería poner atención.
-bien alumnos, comenzaremos con el capítulo dos de nuestro libro, página veinte, comenzamos -dijo volteando hacia la clase- señorita Wavel si no es mucha molestia, ¿Podría abrir su libro? o ¿Le cuesta mucho trabajo?- agrego de forma malhumorada-
Abrí mi libro molesta y le conteste ocultando mi enojo.
-no, ninguno
Las clases siguieron normales hasta que llegó la hora el almuerzo. Salí a la cafetería, compre un jugo y me senté en una banca; abrí mi libro, conecte a mi celular los audífonos, los coloque en mis oídos, seleccione una canción y me dedique a leer. Y bueno eso hacia todos los almuerzos: el mismo sabor de jugo, algunas palabras plasmadas en unas cuantas hojas de algún libro, la misma lista de reproducción de siempre, la misma rutina por así decirlo; seguía leyendo tranquila hasta que alguien se sentó junto a mí: era el maestro de cívica. Pero ¿Por qué a mí?, me preguntaba.
-señorita Wavel ¿Como esta? -me dedico una sonrisa-
-bien maestro ¿Y usted?-aparte mí vista un momento del libro-
-bien y ¿Por qué esta...-miro a su alrededor-... tan sola? -completo-
- porque estoy leyendo un libro -le respondí seca volviendo a mi lectura-
-pero ¿Por qué no convive con los demás? -me miro preocupado-
- porque todos siempre te están juzgando y un libro no lo hace - le respondí en un tono molesto-
-no debería de expresarse de esa manera
- y usted ¿Que va a saber? - le dije alzando la voz y cerrando el libro de golpe-
- más de lo que usted sabe -me contesto ofendido- no quiero incomodarla más, con permiso, que tenga un buen día-complemento y se retiró-
Suspire. ¿Por qué siempre soy tan grosera?, me cuestione fastidiada: pues siempre era lo mismo conmigo. Seguí leyendo mi libro, hasta que sonó la campana. ¿Por qué son tan cortos los almuerzos? , pensé y volví a entrar a clases.
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¿Llamas a esto amor?
RomansaSinopsis: Ella: Angie Wavel una chica con un trastorno bipolar que necesita ayuda médica para tratar su caso, sus padres están muy preocupados por ella, por lo que deciden meterla en una clínica especializada que le ayudara con unos tratamientos las...