Capitulo 20

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Llegando a mi habitación arroje la bolsa de ropa al piso. ¿En realidad solo subí por mi ropa?, me pregunte confundida. Me coloque mi piyama, apague la luz y me adentre a las sabanas y cobijas de mi cama. Ya no esperaba nada de Kellin, ni siquiera de mi misma. Estaba triste y harta, en mis pensamientos ya no existía ninguna clase de esperanza. ¿Debería hablar con Kellin?… ¿Para qué? ¿Para qué te haga sentir mal con su indiferencia? Angie, no puedes ayudarlo si tu estas en las mismas condiciones; una persona que se está hundiendo no puede ayudar a otra que se encuentra dentro del mismo problema; primero tengo que ver por mi vida e intentar ya no ahogarme y luego que sea lo que la vida quiera, pensé y tome aire, pues no me había dado cuenta de que las lágrimas me estaban ahogando

  Dos días después Derek tuvo que ir por mí, ya que no me había tomado la molestia de presentarme al tratamiento o siquiera de bajar a la cafetería por algo de comida.

 Toco la puerta

 - ¿Angie? ¿Estás ahí? -pregunto con una dulce voz-

  -adelante-le indique con voz cansada, apenas audible-

 Derek entro e inmediatamente se asustó al verme tirada en la cama, enredada en las cobijas, con grandes y horribles ojeras en mi cara, pálida. Me sentía tan mal que no me importaba en lo absoluto que el pobre Derek me viera en esas fachas

  -te vez horrible-comento-

 -gracias-agradecí en un hilo de voz-

  -lo siento, es solo que…-paro- ¿Que te paso?

 -pase unos malos días

 -fueron dos ¿No? -me miro y se sentó junto a mí- lamento no haber podido venir antes, pero mira, te traje tu llave y tus dulces, aunque no creo que todavía sirvan-se paró y los dejo en el escritorio-

  -gracias

 -¿Y no has salido de aquí por dos días?-se volvió a sentar junto a mí-

  -ni siquiera por comida

 -¿¡No haz comido!?

  -no

 -¿Por qué no me lo dijiste antes?-me miro preocupado- ven, vamos por algo de comida

  Me cargo y me llevo hasta la cafetería. Al llegar Derek me acomodo en una silla y sin perder un segundo se dirigió a la barra y sirvió en una bandeja una buena porción de todo: puré de papa, carne con guisantes, un gran pedazo de pan y un jugo de uva. Comí lentamente y una vez que llegue al final de mi plato el silencio se interrumpió

 - ¿Fue por Kellin?

 -¿Que?

 -¿Qué si fue por su culpa que no saliste de tu cuarto por dos días?

 -supongo que sí, lo que pasa es que la última vez que te vi hace dos noches cuando te fuiste a dormir, subí al cuarto de Kellin, creí que había subido porque iba a dar el primer paso para solucionar las cosas pero, no fue así, recogí las cosas y me despedí de él, le dije que una relación entre él y yo nunca iba a funcionar-me pare lentamente- el no dijo nada

 -sabes, cuando Kellin me pidió que lo ayudara contigo, lo dude al principio; y sé que nada me corresponde pero creo que debo arriesgarme

 -¿Arriesgarte? -lo mire extrañada-

  -mira, hay una chica que se suicidó hace tres año más o menos, se llamaba Rebecca. Ella era muy parecida a ti ahora que lo pienso -me miro un momento y prosiguió- bueno, el punto es que ella y Kellin se querían mucho, ella vivía en el último piso en una habitación que hoy en día se encuentra con una puerta negra, no sé si ya la hayas visto-me miro con precaución-

 Lo mire uno segundos, pues apenas si captaba lo que me estaba contando

 -sí, ya la vi

  El recuerdo de Kellin sonriendo tontamente al terminar de contar la historia que se escondía dentro de esa habitación con puerta negra cruzo por mi mente. Pero a esas alturas yo me sentía tan mal que ni ganas de ponerme más triste me daban

 -bueno pues, ella se suicidó y a Kellin le afecto mucho. El casi nunca habla de eso desde que ella se fue. El trastorno de Rebecca estaba diagnosticada como Trastorno Bipolar I y con frecuencia sufría de alucinaciones; por desgracia su trastorno era hereditario, lo que significaba que siempre iba a tener que vivir bajo cuidados intensivos y mucho medicamento dentro de su cuerpo.

 -¿Kellin influyo en su suicido?

  -no, el siempre intentaba entenderla

 -¿Y me cuentas esto por qué…?

 -soy malo con las palabras, lo siento -me sonrió- a lo que quiero llegar es que Kellin y tú solo se llevan por un nivel, se parecen más por así decirlo, o sea que tienes más posibilidad de que su relación funcione

 -¿Cómo sabes que Kellin y yo solo tenemos un nivel de diferencia?

 -leí tu expediente el primer día que llegaste

 -¿Leíste mi expediente?-sonreí débilmente- sabes que eso se oyó muy acosador ¿No?

  Me miro y rio de forma nerviosa

 -Angie, me estoy preparando para ser psicoterapeuta como mi papa y el doctor Ron, para trabajar en esta clínica, así como ellos

 -¿En serio? -lo mire sorprendida-¿Eso quiere decir que podre tomar mis tratamientos contigo en un futuro?-le pregunte contenta-

  -sí y…si supongo que también- me dedico una linda sonrisa-

  -que bien -mire hacia el suelo- tú me das mucha confianza

 -¿De verdad?

 -si-lo mire y agache la mirada- sabes en estos dos días no pude dejar de pensar de forma negativa-lo mire preocupada- Derek yo no soy así ¿Que me está pasando?, tú dijiste que el trastorno bipolar podía confundirse con otras enfermedades mentales ¿Crees que puedas decirme que tengo realmente si te describo lo que siento y pienso?

  -aun me falta mucho por estudiar Angie, los campos relacionados con la mente son muy amplios por lo mismo de que la mente es muy abstracta

  La imagen de Kellin con la boca morado entro en mis pensamientos. ¿Por qué todo siempre se tiene que relacionar con él?, me queje mentalmente

  -pero si quieres, vamos con el doctor Ron

 -Derek ¿Cómo esta Kellin?

 -bien-me miro confundido- ¿Por qué la pregunta?

  Sentí un vacío dentro de mi corazón. ¿Por qué pregunte por el si ya sabía que la respuesta probablemente iba a lastimarme? ¿Cuándo voy a dejarme de torturarme yo misma? que masoquista soy, pensé y golpee con mis puños mis piernas

 -Angie tranquila, vamos con el doctor Ron ¿Te parece? -me repitió angustiado- porque al parecer, te encontraste o sigues dentro de una depresión aguda y en ese caso es necesario que te mediquen para que no se haga más fuerte

  ¿Medicamento? no, no quiero estar drogada; aunque pensándolo bien es mejor que estar sintiendo este horrible sentimiento que no se va, recapacite y salí junto a Derek de la cafetería

 -¡Angie!-grito Kellin-

 No voltees, no voltees, me repetí mentalmente. Pero no sirvió de nada porque aun así voltee. 

¿Llamas a esto amor?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora