C8: Milagros navideños.

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Danna Francis dejó escapar un largo suspiro sin despegar sus ojos de la pared de su habitación

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Danna Francis dejó escapar un largo suspiro sin despegar sus ojos de la pared de su habitación. No entendía realmente que era lo que estaba pasando con ella pero desde la noche anterior que había hablado con Zabdiel vía mensajes de texto –y de casi dormir con una gran sonrisa instalada en los labios- no había sido capaz de dejar de pensar en él.

Quizás era por su forma de ser tan amable, su sonrisa bonita, los hoyuelos que se asomaban en sus mejillas cuando le sonreía o sus ojos chocolate que le parecían completamente lindos; no lo sabía. Lo que si sabía era que Zabdiel De Jesús le gustaba y no estaba haciendo nada para evitarlo.

Danna siempre se había mostrado reacia a aceptar que le gustaba un chico, no es que fuese malo o algo que se le pareciera pero prefería mantener esos temas en modo privado: lo cual con Zabdiel había sido completamente imposible tomando en cuenta que absolutamente toda su familia era consciente que él chico había irrumpido en su vida de una manera abrumadora. Inclusive Sebastián le hacía bromas con ello todo el tiempo.

Dos suaves golpes en la puerta de su habitación la hicieron salir de golpe de sus pensamientos, Danna se puso de pie para ir a abrir y cuando lo hizo se encontró con la mirada de su hermano mayor y su sonrisa cómplice.

—¿Qué haces aquí, Dan?—cuestionó el muchacho siguiéndola. La chica se sentó sobre el colchón de su cama y Sebastián se sentó frente a ella sin dejar de mirarla a los ojos.—El tío Louis está bailando raro y la tía Marie intenta hacerlo entrar en razón, te lo estás perdiendo Dan...Shelby ha estado preguntando por ti...

—¿Shelby salió de su habitación?—cuestionó en voz baja.

—Si.—asintió y luego hizo una pausa.—¿Hablabas con Zabdiel...?

La chica dejó escapar un pequeño suspiro.—No...

—¿Entonces estás triste porque no has hablado con él?—Danna rio en voz baja.

—Sebas; mi vida y mi estado de ánimo no dependen de si hablé con Zabdiel o no. ¿Sabes?—le recordó.—Es sólo que estoy un poco cansada y ya...

—¿Por qué no lo invitas?—cuestionó de repente.

—¿Estás bromeando, verdad?—replicó de inmediato.—Se supone que navidad es para estar con tu familia, disfrutar con tu familia y ser feliz con tu familia, no voy a ser tan egoísta como para llamarlo el día de hoy...

—La verdad es que no creo que a Zabdiel le moleste en absoluto...—respondió encogiéndose de hombros.

—No voy a hacer eso.—decidí sin dejar de mirarlo.—¿Podemos cambiar de tema, por favor?—se quejó.

—Claro...—alargó.—¿Podemos hablar de las caras de papá mientras el tío Louis bailaba sobre la mesa...?—preguntó con una risita divertida escapando de sus labios.

—Creo que...creo que si...

(...)

La castaña dejó escapar un pequeño suspiro, se sentó cuidadosamente porque caerse desde la azotea de su casa en las primeras horas de navidad claramente no estaba en sus planes, llevó sus ojos al cielo y solo por un segundo deseó que Zabdiel estuviese con ella.

K E Y || Zabdiel De Jesús|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora