C12: Promesa de amor.

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—Supongo que esta sonrisa de felicidad no se debe precisamente a que te sacaste la lotería… ¿o sí?—preguntó Sebastián sin despegar sus ojos de la muchacha

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—Supongo que esta sonrisa de felicidad no se debe precisamente a que te sacaste la lotería… ¿o sí?—preguntó Sebastián sin despegar sus ojos de la muchacha.

—No realmente.

—¿Y me vas a contar que es lo que te pasa el día de hoy?—Danna lo miró un segundo y sintió sus mejillas sonrojarse de inmediato.—¿Danna?—la llamó de nuevo.

—Zabdiel y yo somos novios.—anunció.

Sebastián se quedó en silencio un momento procesando las palabras que acababan de salir de los labios de su hermana, soltó un prolongado suspiro y luego le ofreció una pequeña sonrisa.

—Guau.

—¿Eso es todo lo que vas a decir?—preguntó la muchacha.

—Yo tenía razón.—respondió con una sonrisa victoriosa en el rostro.—Tenía razón cuando dije que ustedes iban a terminar siendo novios.—hizo una pausa—Shelby me debe veinte dólares…

—¿Qué? ¿Apostaste con Shelby?

El muchacho dejó escapar una risita y se encogió de hombros.—Realmente no lo hubiese hecho sino tenía la seguridad de que ganaría…y lo hice así que…—Danna negó débilmente y luego se unió a la risa de su hermano.—Supongo que tendré que hablar con Zabdiel.

—¿Disculpa? ¿Cómo por qué tendrías tú que hablar con Zabdiel?—le exigió.

—Porque tengo que decirle que más le vale que te cuide y que no te haga sufrir porque si lo hace tendré que tomar un vuelo desde Alemania para venir y patearle las…la zona donde un hombre puede llegar a sentir un inmenso dolor si lo patean y de paso perder la capacidad de seguir extendiendo su descendencia…—le explicó.

Danna frunció sus labios y negó un poco.—Eres un salvaje.—decidió.

—Pero no te preocupes porque no tendré que usar la violencia con tu novio siempre y cuando él no me dé motivos para usarla.—agregó encogiéndose de hombros de manera despreocupada.

—¡Sebastián!

—Es sólo una broma, Dan.—se echó a reír de inmediato.—Con lo poco que sé de Zabdiel me es más que suficiente para saber que él no haría absolutamente nada para lastimarte o algo que se le parezca así que despreocúpate…—Danna suspiró.—Así que estoy muy seguro que vas   a ser muy feliz con él…

—Espero lo mismo…—murmuró.

—Hola, chicos.—saludó Shelby entrando en la sala de la casa. Los dos la miraron un momento y luego les sonrió.—¿Qué hacían, eh?

—Estábamos hablando sobre el nuevo novio de Danna…—respondió Sebastián y automáticamente las mejillas de la muchacha se sonrojaron.

—¿Nuevo novio de Danna?—cuestionó la mujer.—¿Se puede saber de qué me perdí…?—Danna rio en voz baja.

K E Y || Zabdiel De Jesús|Terminada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora