Dicen que el primer amor nunca se olvida, que es eterno y que no se borra de tu memoria ni de tu corazón con absolutamente nada. Dicen que cuando eres chico no terminas de comprender la magnitud de lo que significa la palabra "amor" pero también dic...
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—¿Entonces…?—cuestionò Nathaly caminando al lado de Danna por el pasillo de la universidad. La castaña dejó escapar un pequeño suspiro y la miró un momento.—¿Entonces qué?
—Zab y tú…—murmuró juntando sus dedos índices un par de veces. Las mejillas de Danna se sonrojaron de inmediato, entornó sus ojos y negó firmemente.
—Por favor dime que no me estás preguntando esto…—se quejó haciéndola reír.—Dios, Nathaly…es muy incómodo pensarlo...
—Se aman, Dan—se defendió.
—Sí, bueno. Que lo ame no significa que tenga que hacerlo y eso.—replicó.—De todas maneras no tengo prisa alguna, Nathaly…
La muchacha se echó a reír de inmediato disfrutando de la incomodidad de su mejor amiga.—Solo estaba bromeando…
—¿Qué hay de ti y Richard?—cuestionó Danna cambiando de tema. La sonrisa de la chica se desvaneció de golpe, suspiró y negó un poco.
—Entre nosotros no hay nada.—respondió.
—¿Qué? Pero pensé que ustedes estaban juntos…
—No como tal.—susurró.—Es decir, lo estábamos pero lo cierto es que ahora nuestra relación está en algo así como un punto muerto…
—No entiendo. ¿Qué fue lo que pasó…?—le preguntó.
—Tenemos algunos puntos de vista diferentes y…
Danna negó.—Zabdiel y yo también los tenemos pero esa no es una razón lo suficientemente fuerte como para…distanciarnos. Es algo de pareja, Nath…
—Zabdiel y tú viven en un cuento de hadas.—anunció.—Desde que se conocieron vivieron en un cuento de hadas y ha pasado casi un año desde entonces y siguen viviendo en un cuento de hadas…
—No todo ha sido así…—respondió Danna abrazando con fuerza el libro que tenía en las manos.—De todos modos creo que deberías de darte otra oportunidad con Richard, él te quiere muchísimo y lo sabes…
—Ay, no puede ser.—se quejó Nathaly.
—¿¡Que!?
—Es que a veces te odio cuando sé que tienes razón.—Danna se echó a reír de inmediato y negó divertida.—¿Cómo va Shelby…?
Se quedó en silencio contemplándola un momento. Habían pasado casi diez meses desde la muerte de Willy. Al principio Shelby se había mantenido en completo silencio dentro de su habitación como si realmente no quisiesen que el resto de su familia notase su presencia en la casa. Como si estuviese haciendo un voto de silencio aunque en realidad lo que había estado haciendo esa semana completa era lidiando con su propio dolor, recordando las cosas buenas que había tenido con el fallecido amor de su vida y releyendo una y otra vez la carta que él había escrito para ella antes de ir a la guerra. Luego de siete días de ausencia –en presencia- había salido, los había mirado a los ojos y había anunciado que se iba de viaje otra vez.
