Subastada.©

II

#NarraTalía

No me podía creer lo que acaba de escuchar, ¿Me iba a violar? ¿Qué diablos?

Decidí escapar del coche, pero cuando salí este me vio y yo empecé a correr, corrí como si de ello dependiera todo, y básicamente dependía de ello, pero hasta ahora no me había dado cuenta de que tuviera esa velocidad, aunque él no quedaba atrás me pisaba los talones y yo apenas podía más. No sé cuanto hace que no comí o no descanse en condiciones.

-Te tengo. -Dijo al atraparme. Estaba casi asfixiado pero no tanto como yo.

-De-jame en paz. -Me costaba hablar debido a la falta de aire.

-¿Por qué te fuiste así? -Me miraba sin comprender.

-T-Te escuche hablando por teléfono. -Su mirada era como se duda, parece que no comprendió lo que dijo así que lo ayude a recordar. -No me harás tuya. -Confirmé.

-Ah, era eso. Jajaja -No sé por qué se reía pero no era una risa malévola. -No pensaba violarte, perdón no sabía que escuchabas, eso se lo dije para que no nos buscara, si no eres virgen no te venderá a un alto precio por lo cual le dejarías de interesar. 

-¿Qué quieres decir? -Me asuste.

-Veras, creo que sé lo que estás pensando y sí, ese tipo solo buscas chicas jóvenes y vírgenes, normalmente las vende a cabrones que las convertirás en esclavas sexuales, o cosas así, las vende a muy alto precio, pero nunca había conseguido el millón hasta que llegaste tú, aunque sigue sin conseguirlo, la cuestión es que quería que pensara que ya no ibas a ser virgen por lo cual te dejará.

-¿Y tú que harás conmigo?

Se quedo pensando unos minutos, probablemente no esperaba que le hiciera esa pregunta tan pronto.

-De momento te ayudaré, ya es noche así que te prestare algo mio para que duermas después de darte una ducha caliente y mañana iré a comprarte ropa.

-Pero.. -Me quedé pensando en que no le podía pagar. -No tengo con qué pagarle y si está pensando en que le pague sexualmente no quiero.. -No me dejó terminar.

-No por supuesto que no. Solo te ayudo porque quiero, no tienes que acostarte conmigo si no quieres, sólo no quiero que vuelvas a vivir en la calle ante el peligro. 

-¿Pero por qué? No soy nada de usted. Y no tengo nada que ofrecerle.

-Con tu compañía me basta.

Dicho esto no dije nada más, no sabia que decir, no sabia que seria de mi a partir de ese momento, he sido secuestrada y subastada, no tengo familia pues fui abandona he comido basura y restos de la gente durante un montón de tiempo y no sé por qué este hombre está intentando ayudarme. Subimos al coche, y puso una suave música para relajarnos, estuvimos al rededor de media hora en el coche, hasta que aparcó en un garaje. Cuando salió del auto lo rodeo para abrirme la puerta del copiloto. Que educado.