IX

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#Talía

 Perdí el color cuando Gabriella anuncio la llegada de esos mal nacidos. Empezamos a correr hacia dentro del bosque todos juntos, rezábamos para que no nos hubieran visto. Al correr todo era muy confuso, veía como dejaba atrás los arboles y las ramas caídas me hacían daño en los pies, algunos hierbajos hacían que me tropezara pero no me paraba seguía corriendo. Hasta que pude divisar un gran charco de lodo. Fui subiendo la vista y vi que no era un simple charco de lodo, era un pantano. Y yo estaba en la orilla, me estaba hundiendo. Me hundía en lodo. Empecé a pedir ayuda a gritos. Cuando empezamos a correr cada uno se fue por su lado y no nos quedamos cerca por lo cual este será mi fin. Moriré en ahogada en lodo. 

-!TALIAi -Escuché de repente gritar a Mickey. 

-AYUDAA MICKEY, ME AHOGO. Supe que Mickey se situó con mis gritos puesto que al cabo de unos minutos estaba delante de mi observando con horror la situación. Se quedó atónito unos minutos hasta que comprendió que no había mucho tiempo. De repente miro al suelo de un lado a otro y yo no comprendía hasta que levanto la mano del suelo con un gran palo. Entones supe.

-Agárrate, muy fuerte, por nada del mundo lo sueltes, te prometo que no te dejaré morir. Confía en mi. -Me lo dijo con los ojos fijos en mi. Agarré el palo como pude con las dos manos y él empezó a tirar. Podía notar como las astillas de aquel palo se empezaban a hundir en la piel de la palma de mis manos, dolía bastante y un hilo de sangre empezó a correr por mi muñeca. Me dolía a morir pero no podía soltar el palo, el resultado seria pero que rasguñarme las manos, no quería morir. -No sueltes, solo un poco más peque. -Me dijo Mickey con una voz de cansancio al estar tirando. Le agradezco mucho todo no que hace por mi. 

-Suéltame Mickey, no quiero que te hundas conmigo. -Dije al ver que sus pies estaban cediendo cada vez más cerca del pantano. 

-Nunca. Por ti daría mi vida. 

-No, Sueltame. 

-Jamás. Te prometí que te cuidaría y lo cumpliré. -Lágrimas caían de mi rostro.

Y entonces de la nada Mickey soltó un grito muy ahogado y dio un fuerte tirón del palo, sacandome así del pantano, en cuanto tuve medio cuerpo fuera Mickey se acercó y tiró de mi hasta dejar completamente fuera todo mi cuerpo. Nos miramos a los ojos por un largo rato, esa mirada de preocupación en sus ojos había desaparecido, a era una totalmente tierna y llena de paz, una paz que solo él me transmitía. No sé ni como ni cuando pero su rostro estaba demasiado cerca del mío lo cual me puso bastante nerviosa y torno mis mejillas de un suave rojo, podía notarlo por lo caliente que tenia éstas. Sus labios se iban acercando y sentí el roce de estos junto con una gran descarga eléctrica en mi cuerpo y un gran escalofrío. El seguía mirando mis ojos de mientras que esto sucedía y la distancia era apenas un centímetro cuando el la acorto de inmediato. Empezó con un beso muy tierno, muy dulce, sus manos estaban en mi cara y las mías en su pecho. A medida que pasaban los segundos ese beso se fue intensificando hasta que mis manos estaban en su cuello y las suyas en mi espalda, todo era más apasionado pero una voz nos interrumpió.

-He Tortolitos hora de volver. -Dijo Gabriella.

Ambos la miramos y apartamos las miradas a cada lado, como dos enamorados descubiertos. Mis mejillas estaban completamente encendidas y podía notar los nervios en mi estomago.

#Michael

Besarla de esa manera fue increíble. Me dio una gran paz después de casi perderla. No dejaría jamás que ella muriera, si ella se iba nos iríamos juntos. Ella es mi mitad. No lo sabia pero el casi perderla ante mis ojos me ha echo darme cuenta de cuanto la amo. Sí, amor. No podía creer que estuviera sintiendo ese sentimiento tan mágico para todas las personas pero lo sentía y estaba feliz de que fuera por Talía. Dicen que no hay mayor daño que perder la persona que amas ante ti y no poder hacer nada para solucionarlo y es totalmente cierto. Por eso a todos los que me preguntaran les diría sin duda que si de verdad aman dejen todo de lado que nunca sabes cuando esa persona se puede ir para no poder regresar, que dejaran su orgullo, que disfruten de la vida que son dos días. Muy cortos. Empezamos a caminar con Gabriella. Fuimos de nuevo a la carretera después de que afirmamos que no nos vieron. Eso estaba bien. Estuvimos andando durante horas hasta que una camioneta se estacionó frente a nosotros.

Subastada.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora