MI PEQUEÑO OMEGA 2

○TE ELIJO A TI○

Su respiración era tan fuerte hasta para él mismo, sus patas comenzaban a dolerle, la cola ya no se sacudía como antes por la emoción, estaba sediento y con sus ojos pesados.
El único problema era que no sabía dónde estaba. Había corrido por horas sin una ruta fija jurandose a si mismo que estaba corriendo en círculos, su lobo le rogaba que parará por un momento pero Jimin no lo deseaba.
Por un momento bajo la velocidad y sin darse cuenta cayó por un pequeño derrumbe aterrizando en un acojedor nido de hojas.

- Por favor Jimin... Descansemos aquí por esta noche

Jm - Tengo que llegar, no puedo descansar

- No sabes no dónde estamos ¿Cómo sabes que vas en el camino correcto?

JM - Solo sigo mi instinto, se que voy en camino correcto

Trato de levantarse, pero un chillido doloroso sonó de él al poner una de su patas delanteras contra la tierra, perdiendo el equilibrio callendo de golpe en el nido.

Jm- Duele - con su lengua se lamió la pata.

Se acomodo en sus sobre sus patas restantes sin recargarse en la pata lastimada.

- Estás lastimado, tienes que parar

Jm - Pero... Pero... No quiero hacerlo, tengo que seguir - Trató de levantarse pero volvió a caer, hipeó por unos segundos y en un agudo aullido hizo sonar su desesperación.

- Tranquilo... Descansa y en la mañana seguiremos

Jm- N-No

- ¡Que terco eres!

Jm - Si lo hago... Mark me encontrará y ya no tendré una oportunidad

- Has corrido lo suficiente para que no nos encuentre

Jm - Pero...

-¡TE CALLAS! ¡YA NO PUEDES CORRER! ¡ENTIENDE ESO POR UNA BUENA VEZ!

JM- E-Esta bien... Dormiré por unas horas

El bosque era tan silencioso y sumamente tranquilo, eso le preocupaba bastante. Tenía miedo, no podía negarlo. Su lobo no le ayudaba en nada a tranquilizarlo, lo único que anhelaba era llegar a esa enorme casa, ver a sus amigos y oler aquel especial aroma que desprende del Alfa.
No quería estar solo por más tiempo quería a un compañero con quién pasar el resto de sus días, alguien en quién confiar, con quien reír, sentirse protegido, alguien a quien amar.
Y en el fondo la respuesta era muy clara, ya no podía negarse.

Jm - Quiero a Yoongi - Se encogió más quedando en bolita para ir cerrando sus ojos lentamente

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Jh- Taehyung...

La noche era sumamente fría y sus labios se ponían cada vez más morados al pasar las horas en esa habitación.
Jennie lo había puesto ahí, en la habitación más fría y sombría de todo el lugar, según ella, para que pudiera morir congelado y que ya no se interpusiera entre sus planes.

Jh- Y-Ya no... Puedo e-estar más tiempo aquí amarrado como un animal

Jaló y jaló con todas sus fuerzas para que esas cadenas pudieran safarse y que saliera corriéndo de una buena vez.

Jh- Tengo que - Jaló - Salvarlo ya no puedo dejar que me detengan

De nuevo aquel sonido tan desgarrador y desesperante volvió a llenar el cuarto.
Ya no lo soportaba ni un minuto mas. El odio y el coraje se apoderó de él, comenzó a respirar muy rápido y sus ojos se tornaron violetas y junto con un fuerte ladrido su cuerpo se transformó en uno más pequeño, con pelaje negro y algunos mechones morados.
Con toda la fuerza que tenía tiro de nuevo de la cadena logrado que está saliera de la pared, seguía atado a ésta paro con solo estar separado d ella pared era más que suficiente.
Corrió hasta la puerta y con su cuerpo logró hace que la puerta se azotara.
Levantó la cabeza olfateando lo más fuerte que podía; en esa casa habían más de mil aromas todos combinándose, lo que sería un gran problema para él encontrar a Taehyung. Puso todos sus sentidos alerta escuchando y olfateando a todos los lobos.
De golpe logró sentir el aroma a naranja del menor, era muy débil pero no había ninguna duda de que era de él, escucho con más atención en poco tiempo escucho sollozos provenientes de la plata de abajo.
Tenía que atravesar vários lobos entre ellos Jennie, pero para él ya nada era imposible. Con sigilo y con mucho cuidado de no golpear nada logró pasar al menos cinco cuarto donde estaban la mayoría, solo faltaba el último, el de la Omega. Con más calma y silencio su cuerpo logró atrevesar aquellas trampas que había en el suelo.
Pero no todo es color de rosa.
Sin que se diera cuenta bajo por las escaleras a toda velocidad si ver atrás. Sin ver que aquella cadena que llevaba arrastrando se había atascado en varias de las trampas, la parte más ancha de ésta hizo sonar la alarma alarmando a todos los lobos que J- Hope había logrado pasar sin ningún problema.