Epilogo. Perdóname

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Los vientos del otoño ya estaban haciéndose presentes junto a la caída de las hojas de los arboles viejos y no tan viejos. Así era como las personas que estaban inconscientes de su propio tiempo daban presencia de que otro año estaba a unos meses de finalizar.

Sin embargo, también existían personas que no querían que el tiempo avanzara, o quizá simplemente no querían darse cuenta de que pese a todo este sigue su curso sin perdonar a nadie ni nada. Así mismo pensaba Mean, quien caminaba por las calles con un ligero suéter negro y las manos guardadas en los bolsillos de este, y en compañía de Saint tras finalizar una pequeña reunión con sus compañeros de la universidad.

 Así mismo pensaba Mean, quien caminaba por las calles con un ligero suéter negro y las manos guardadas en los bolsillos de este, y en compañía de Saint tras finalizar una pequeña reunión con sus compañeros de la universidad

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Ambos amigos conversaban tranquilamente mientras andaban a pasos lentos por el área restaurantera, soltando leves risas en ratos y uno que otro berrido en cuanto Saint se molestaba por algo, en pocas palabras era una tranquila tarde entre amigos. Sin embargo, todos sus pensamientos aún se encontraban en aquel morocho que se había ido ya hace un año, y como si su mente lo estuviera traicionando la figura del muchacho se hizo presente.

 Sin embargo, todos sus pensamientos aún se encontraban en aquel morocho que se había ido ya hace un año, y como si su mente lo estuviera traicionando la figura del muchacho se hizo presente

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—¿Aun crees que sea un tonto por seguir amándolo? — Pregunto el castaño en una sonrisa nostálgica hacia su amigo.

—No. Las personas amadas jamás se olvidan— Respondió Saint devolviéndole la sonrisa a Mean, tratando de subirle el ánimo—Puedes recordarlo las veces que quieras.

—Aunque creo que ya enloquecí— Dijo Mean señalando hacia la entrada de una cafetería en donde yacía un muchacho de suéter verde, sujetando un vaso de café con una mano y el celular con la otra.

—Esta vez no es un producto de tu imaginación— Comento Saint girándose para ver a su amigo— Yo también lo veo— Mean frunció el entrecejo ante esa respuesta.

¿Plan había regresado?

Y dispuesto a averiguarlo Mean corrió hacia el muchacho- que miraba distraídamente hacia la pantalla del celular-tocando su hombro de manera lenta, haciendo que el joven desviara la mirada hacia la persona frente a él, encontrándose con unos ojos brillosos y una enorme sorpresa.

¡Hasta que los fantasmas nos separen!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora