Capítulo 3.-Una faceta desconocida.

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Con un pañuelo en la nariz, Nariyuki caminaba con la profesora Kirisu afuera de la academia. Se tardarían, quizá, una media hora.

Por suerte para él, la enfermera confirmó que era por el calor...no especificando que era, más precisamente, calor corporal.

El restaurante al que irían no quedaba muy lejos de la academia, así que eso no tenía problema alguno. Iban a contrarreloj, los minutos contaban.

-Vaya susto me diste. Creo que me excedí demasiado con la carga de trabajo que te puse. Ahora me siento mal.

-No lo haga, por favor. Pero sí, por un momento pensé en volverme comunista para liberarme de su dominio explotador.

La profesora Kirisu volteó a ver a Nariyuki, haciéndolo de una manera muy fea. No se tomó para nada bien el comentario/chiste que le hizo. Al muchacho se le erizaron hasta los bellos de los brazos.

-No digas estupideces, ¿sí? Ya tengo suficiente con leer las que escriben tus compañeros.

-D-de acuerdo. –Sonrió él, nervioso. –Ouch... -Pensó.

El puesto de comida al que entraron era de Udon (ya han de saber por dónde van los tiros :v), teniendo bastante gente, algo que era regular. Ambos se sentaron en un lugar reservado, Nariyuki hizo un pequeño gesto de extrañeza, pensando en que eso estaba mal.

-Profesora, éste lugar está apartado.

-Lo sé, Yuiga. Es reservado para mí. Siempre vengo a comer a este lugar cuando el trabajo se me acumula bastante, por eso no te preocupes. Me gusta la vista al cielo que tiene este lugar.

Una chica que tendría el tamaño de Pulgarcita se acercó a los dos comensales, pero no decía nada, sólo se quedaba ahí, inerte.

-Hola Ogata. Para mí, es lo de siempre. –Dijo Kirisu, mirando a la ventana.

-¿Ogata?... –Nariyuki volteó a ver a "Pulgarcita" en efecto, era Rizu Ogata quien estaba vestida como mesera del restaurant. El muchacho se sorprendió. -¡Wow! ¡Qué sorpresa verte, Ogata!

-¿Sigues siendo esclavo, digo asistente personal de la profesora Kirisu?

El muchacho hizo un gesto de inconformidad, notándose levemente enojado. En fin, que ambos pidieron lo mismo, ya que el muchacho no sabía que más pedir.

El Udon sabían delicioso, algo que Nariyuki reconocía. Pensaba en decírselo a Ogata, pero no sabía cómo es que ella se lo tomaría, probablemente lo vería con indiferencia.

Casi no hubo charla en la mesa durante la mitad del tiempo en que Kirisu y Nariyuki comían, algo que incomodaba muchísimo al muchacho. Pensaba en hacerle plática con algún tema de moda, quizá con el resultado de algún deporte o similar.

Lo único que se lo impedía era una leve falta de valor y seguridad personal. Las palabras que la profesora le dijo aquella vez le impedían continuar.

Parecía comer en la cárcel, ya que se concentraba en su plato y nada más, encerrado en él únicamente. Tenía sed, pero no quería tomar el vaso con agua que tenía al lado por temor a ver a la profesora y que ella le fuera a reprochar algo.

-E-esto es de manera forzada...claro que ella no quiere convivir conmigo. Sigh, es un mero formalismo. –Pensó el muchacho, notándose bastante triste en su semblante.

Hubo un momento en donde, ya fuera por una mala jugada o por capricho del destino, la profesora Kirisu estornudó. Todo normal hasta este momento...pero ella estornudaba como gatito.

Nariyuki la miró, sorprendido y con un leve rubor en sus mejillas.

-Salud. –Dijo él.

-Gracias. –Respondió ella. El silencio regresó a la normalidad...hasta que Nariyuki tuvo una pequeña risa nasal. -¿De qué te ríes, Yuiga? –La pregunta fue hecha en un tono serio.

Enséñame a amarte (MafuyuxNariyuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora