Capítulo 13.-Los días a tu lado se han ido acumulando.

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Nariyuki se encontraba en su futón, dando vueltas como loco en el mismo, no logrando conciliar el sueño al tener insomnio por una cuestión que le daba muchísima ansiedad.

El día de mañana se cumplirían ya tres mes meses de que él y Mafuyu eran novios secretos, por lo que era seguro que ella le diera un regalo.

Cuando cumplieron un mes, él le regaló una rosa roja para celebrar que ahora sí eran novios, ya no de color rosa. Ella le dio una caja de chocolates.

Para el segundo mes, él regalo dos rosas rojas, simbolizando los dos meses de unión de noviazgo que llevaban. Mafuyu obsequió una fotografía suya enmarcada.

No llevaba su ropa de academia, sino algo que usaría más normalmente. Se notaba que Fumino había tomado la foto, puesto que era en una calle llena de cerezos con sus hojas de color rosa claro.

Ella sonreía de forma tan esplendida como lo hacía en esa foto donde todavía era patinadora, notándose los cambios de la edad, pero siendo la misma belleza de cualquier modo.

Ahora las cosas eran diferentes, su situación proletaria se había puesto un poco peor, lo que le pegó en sus de por sí muy malas finanzas. En palabras más resumidas, no tenía dinero para un regalo.

Le había escrito una carta a Mafuyu para compensar cualquier cosa, y Fumino le ayudaría con un corazón de chocolate que se lo podría pagar después. Éste tenía la palabra Mafuyu escrito dentro de sí. Claro que tendría que guardarlo con mucho cuidado para que nadie, absolutamente nadie lo descubriera. En el caso contrario, las cosas se pondrían muy feas para él.

La causa de su ansiedad se debía, principalmente, a que su regalo pudiera ser malo en comparación del de Mafuyu, y con esos problemas de inseguridad que se cargaba al tratar de ser el mejor novio posible, las cosas sólo empeoraban para sus nervios.

El insomnio fue tan jodido que apenas le permitió dormir dos horas y media, así que, al día siguiente, el muchacho andaba todo "podrido" en su caminar a la academia.

Se notaba despierto a las sinco: a las sinco-mer, sin dormir, sin bañarse. Un día tan especial como ese empezaba terriblemente mal.

Uruka llegó golpeándolo en el hombro, pero él ni siquiera reaccionó al golpe al sentirse tan cansado, tan desvelado.

-¡Wha! ¡Nariyuki, ¿estás bien?! –Exclamó ella, preocupada.

-Para nada...siento como si me hubiera pasado tres veces por encima un camión de carga.

-¿Te desvelaste estudiando? Eres un ñoño. –Se burló ella, llevándose una mano a la boca.

-No tengo energía para regañarte, así que me abstendré de cualquier comentario. Tengo que entregar un documento importante a la oficina de la profesora Kirisu, así que ya regreso.

-Te acompaño, no te vayas a caer de aquí a allá.

-No, gracias...no me agrada la idea de que me vengas molestando. –Nariyuki enchinó los ojos.

-¡Oye! Te ofrecí mi amistad... ¡y me escupiste en la cara! –La muchacha le dio un jalón de mejilla a Nariyuki, quien comenzó a quejarse.

-¡Basta, Takemoto! ¡Si prefiero ir solo es porque se trata de un asunto sin importancia, nada más voy a dejar el documento y ya!

-Hum. Igual eres un cruel conmigo.

-Lo siento...pero hoy estoy muy mal, de verdad. Le pediré a la profesora a ver si me puede regalar una taza de café...no hay café en mi casa.

-Siempre igual. –Uruka levantó sus hombros, como que diciendo ¿Qué más puedo hacer? Así que dejó ir a su camarada.

El muchacho, conforme se acercaba a la oficina de su enamorada, empezaba a ponerse nervioso y a respirar rápidamente. Deseaba que no fueran a encontrarse en los pasillos o en la misma oficina. Le daba pena verla a la cara con detalles así de "simplones" desde su punto de vista, claro está. No serían súper regalos, aunque no eran terribles.

Enséñame a amarte (MafuyuxNariyuki)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora