Paseo

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Mercedes se levanta temprano a prepararse para su "paseo" con Sylvain, así que se baña, se viste, se peina, y se maquilla un poco, el corazón estaba que se le salía, no comprendía porque le ocurría eso, simplemente lo omitía y seguía haciendo sus cosas.

Mercedes: Debo estar lista lo más pronto posible, ya que puede que Sylvain llegue cualquier momento, Sylvain, no te demores mucho.

15 minutos después...

Se oye que tocan la puerta de Mercedes.

Mercedes: ¿Quién es?

Sylvain: Mercedes, soy yo, Sylvain, ¿si podrás salir conmigo?

Mercedes: Claro, ya voy.

Sylvain se prepara para cuando Mercedes abra la puerta, puesto que llevaba cierto regalo con él.

Mercedes: Oh, hola Sylvain, ¿cómo estás? Luces muy bien hoy, diría yo.

Sylvain: (Se sonroja) Gracias Mercedes, tú luces muy bonita, pareces un hada cuya belleza sigue a flor de piel.

Mercedes: Muchas gracias, si no te incomoda ¿por qué estás tan nervioso?

Sylvain: Ahh... no es nada, solo te traje un pequeño obsequio (le entrega un ramo de rosas de tono carmesí que lo escondía detrás de su espalda).

Mercedes: ¡Qué bonitas rosas me trajiste! Son, tan lindas...

Sylvain: (Tiene un sonrojo intenso en su rostro) ¡Qué bueno... que... que te agraden! Yo mismo las seleccioné.

Mercedes: Oh, vamos Sylvain, no te avergüences, puedes confiar en mí (le agarra la mano en señal de amistad y confianza).

Sylvain: ¿Quieres irte ya?

Mercedes: Como tú quieras.

Sylvain: (Piensa) No aguanto más, ella es tan inocente, tan solidaria... y tierna. (Dice) Entonces, ¡vayámonos!

Mercedes: ¡Así es, Sylvain!

Entonces Sylvain y Mercedes iban de salida al monasterio y de camino al pueblo, iban conversando y riendo, él y ella parecían pareja de novios, aún sin serlo, se veía una conexión especial entre ellos, algo singular...

Sylvain: Ya por fin llegamos, Mercedes, ¿a donde quieres ir primero?

Mercedes: Quiero ir a aquella dulcería.

Sylvain: Acompañame.

Iban riéndose, e incluso en algunas ocasiones se llegaron a tomar de la mano sin darse cuenta, lo que daba pie a algún que otro coqueteo de parte de Sylvain, lo cual es normal en él, pero Mercedes parecía recibirlos con total agrado, he ahí que no es algo común en ella, ellos continuaron paseando y aventurándose en el pueblo, fueron a la dulcería, a una panadería, a un teatro, a una ópera, y a un estanque muy bello que Sylvain ya conocía...

En el estanque...

Mercedes: Sylvain, ha sido un día muy agotador, pero a la vez ha sido uno de los mejores días de mi vida, me gusta todo lo que me has llevado a conocer.

Sylvain: Mercedes, ¿es en serio lo que dices?

Mercedes: ¿Por qué no habría de serlo?

Sylvain: Significa que... ¿podemos salir más seguido?

Mercedes: Me haría muy feliz si así fuera.

Sylvain: Sí... sí, ¡gracias por aceptar!, ¡estoy tan feliz de hayas aceptado!

Mercedes: Por nada, se me ocurre una idea.

Sylvain: ¿Cuál?

Mercedes: Deberíamos seguir saliendo pero 3 veces por semana.

Sylvain: ¡Por supuesto! ¡Esto me emociona mucho más que solo un paseo! Quiero pasear contigo todos los días que se puedan.

Mercedes: Yo también, Sylvain, me agrada mucho tu compañía, eres mi mejor amigo, junto con Annie, obviamente.

Sylvain: Me alegra escuchar tus palabras, quiero ser alguien especial para ti.

Y así continuó el resto de la luna actual y la siguiente, siguieron saliendo al pueblo 3 veces por semana, de verdad que no se aburrían de hacerlo, era una necesidad para ambos, hasta que terminó la luna...

Continuará...

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