Troisième: El sujeto de la capucha…
Liz estaba recostada sobre mí mirando la película, la cual no estaba tan mal, o al menos tenía buena historia y demás, era bastante romántica y contenía bastante suspenso. Era la típica historia en la cual un hombre tatuado, de vida sexual activa, pandillero y musculoso se enamora de una chica buena y estudiosa, la cual le hace cambiar su actitud… Luego terminan siendo pareja y siendo felices, entonces algo bastante remoto los separa y el tipo se olvida de ella y sigue con su vida anterior, de repente comienza a extrañarla y a buscarla, al final de ella se da cuenta de que ella está con otra persona, quedó en “continuará”.
— ¿Qué te pasa? ¿No que no te gustaban las cosas cursis? Al parecer te gustó más que a mí, Ellie, si quieres podemos venir a ver la segunda parte —Dijo, riéndose de mí.
— Lo admito, Liz, estuvo buena, pero no del todo.
— ¡Claro, se notaba que no estabas satisfecho viéndola! —Esta vez usaba un tono sarcástico, mientras reía, era bastante simpática y agradable, me hacía sonreír de vez en cuando, no importaba qué tan inexpresivo estuviese.
— Está bien, me gustó mucho, ¿Estás contenta? —Dije, refunfuñando.
— ¿Te puedo dar un abrazo? Pareces un niño pequeño —Rio—. ¿Quién es un niño pequeño? ¿Quién?
— Deja de actuar así, Liz… —No sabía qué decir—. Está bien, dame un abrazo, solo porque hace frío.
— Idiota, ven acá —Dijo, mientras me abrazaba y reía. La verdad, sus abrazos eran bastante cómodos.
— Ay, Liz, dices no ser cursi… Vamos a casa, ya es tarde —Dije, un poco sonrojado y apenado, pero fingiendo no estarlo.
Salimos del teatro, estaba haciendo bastante frío, era de noche y estaba solo el lugar, se veían perfectamente las estrellas, eran hermosas. A pesar de que muchas de ellas dejaron de vivir hace miles de años, podemos seguir observándolas, su luz sigue viva, a veces su resplandor es paupérrimo, a veces inmortal… Si una estrella puede vivir más allá de la muerte, ¿Por qué no el ser humano? Quizá no en forma de luz, como las estrellas, pero sí de alguna manera. Eso pensaba mi abuela Serafina, que, por cierto, era una mujer muy noble, me inculcó demasiados de mis valores, ella era uno de mis ejemplos a seguir, siempre sonriente y llena de vida, quizá siga viva después de morir, por lo menos en mí.
Estábamos a unas cuantas cuadras del teatro, ya casi por llegar al apartamento de mi tío, no teníamos prisa, de todas maneras mi tío no regañaría a Liz, además, estábamos mirando una película bastante buena.
De repente un sujeto aparece de la nada, era un muchacho con una chaqueta, tenía en su cabeza una capucha que no dejaba ver su cara, me eché para atrás del susto, Liz dio un grito y cayó sobre su trasero, bastante asustada, se levantó y me agarró de la espalda para esconderse del sujeto.
— ¡¿Quién eres?! —Dije en voz alta, el hombre se quita la capucha.
— Le… ¿Leonard? —Dijo Liz, algo sorprendida, mientras mi expresión se tornaba algo confundida, al igual que yo.
— Así es, Liz, no era necesario saltar y caer sobre tu trasero de nuevo… ¿Acaso no me reconociste? —Rio.
— Imposible, te vi en un sueño, me diste este collar extraño, ¿Cómo lo hiciste?
— ¿Hacer qué, Liz? —Dije el hombre, riendo un poco.
— Darme el collar, aparecer en mi sueño… Todo eso, Leonard, ¿Qué o quién eres?
— Esperen, esperen, ¿Ustedes se conocen? —Dije, preparando una serie de innumerables preguntas en mi mente para hacer a Liz cuando lleguemos a casa, me parecía curioso que él haya aparecido “en un sueño” de Liz y le haya dejado ese collar—. Mi nombre es Elliott Atenton, ¿Cómo te llamas?
— Qué maleducado soy, mi nombre es Leonard, Leonard Notneta, solo te diré que no soy de este espacio ni de este tiempo, te lo podría contar después, otro día quizá.
— Leonard… Tienes mucho qué explicarme —Dijo Liz—. Por ahora, debemos llegar a casa, te veremos mañana al mediodía en el parque, ¿Está bien?
— Como quieras Liz, ¿Podrías señalarme dónde queda el parque? Ya sabes, no conozco casi nada de tu mundo. —Dijo Leonard, mientras Liz voltea y señala la calle por la cual se llega al parque, yo estaba distraído pensando en nada.
— Vas por esa calle y giras en el tercer callejo… ¿Leonard? ¿Acaso desapareció? —Dijo Liz, bastante sorprendida.
— Qué bien, el chico raro y misterioso ahora desapareció, tú tienes mucho qué explicarme, Liz, por ahora dame la mano y vamos a casa, ya es tarde.
— ¡Tienes razón!, Michael debe estar preocupado, vamos.
Liz y yo comenzamos a caminar apresuradamente para llegar un poco rápido, el tiempo no fue nuestro amigo, esperaba un regaño o algo por el estilo, pero eso no era lo importante, lo importante era… ¿Quién era ese que se hacía llamar “Leonard”?, Se me hacía bastante extraño, el hecho de que conociera a Liz, dijese “no ser de este mundo”, aparecer en sueños, tener la habilidad de aparecer y desaparecer, además, noté que era muy parecido a mi padre, excepto porque sus ojos eran azules y su cabello era largo.
Leonard, Cassena, Liz, ¿Quién seguía? La situación se tornaba bastante extraña, no solo bastante, demasiado, desmesuradamente extraña, no siempre te topas con una chica linda que no recuerda nada, cuya madre es una especie de bruja loca adivina y su amigo es un ser de otro mundo que le regala artilugios “en sus sueños”, entonces me vino una idea a la cabeza. Notneta… Atentone… mi abuela me había hablado de nuestros ascendientes, de apellido Enotneta, que es igual que Atentone Pero escrito al contrario, sin embargo, solo era una leyenda. Es casi igual al apellido de ese hombre, ¿Tendría algo que ver? O simplemente me estaba formando una idea absurda en mi cabeza… Intenté de pensar en ello y seguí caminando con Liz hasta llegar a casa, no podía sacar la de mi mente la idea de que algo pasaba, algo en lo cual yo estaba involucrado de alguna extraña manera.
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Liz
RomantizmSinopsis: "...No se puede cambiar quién eres, por más amnesia que se tenga, tu esencia sigue, los accidentes son pasajeros, pero seguirás siendo tú, sin embargo... ¿Ella sigue siendo Ella? Esta es la historia de Elliott, un chico común y corriente q...