Había estado volando todo el día, por fin, encontró lo que parecía un campamento, sus brazos le dolían, no había aterrizado desde media noche y ya era medio día. Un dragón normal no habría tenido problemas en volar, pero para un guiverno, al tener las alas fusionadas con los brazos, se cansa mucho mas rápido, no por el esfuerzo de agitar las alas, una vez que consigues una gran altura, no sueles moverlas, y ese era el problema, mantener la posición extensas horas, no lo soportaba; la parte humana de dracónico le hacia pagar el ser haber nacido guiverno de forma cruel, al menos podía volar, y nunca renunciaría a eso.
Ver el campamento fue una señal de alegría, cambió su posición para aterrizar, cosa que su cuerpo le agradeció enormemente. Al posarse, un grupo de personas lo descubrieron, y casi al instante se lanzaron sobre el, derribandolo, Raçul no le había advertido de eso.
- Dejad al dragón en paz, es imposible que sea enemigo. — Una persona se dirigió al grupo de que estaba atando a Tormento como si de un soldado del ejercito se tratase. Parecía el líder, puesto que después de dar la orden, se alejaron del alado. - Disculpalos, hemos tenido varias refriegas los últimos días y estamos muy alerta, ya sabes, atacar y des pues preguntar. ¿Estas bien?
Tormento se incorporo todavía aturdido y dolorido, miró a quien le había salvado de ser atado de pies a cabeza, era una persona bastante joven y alta, vestía con ropa de marca, muy brillante y nada combinaba con nada. Una chaqueta de cuero morada, junto a unos pantalones tejanos verde chillón, y unas bambas Nike tuneadas de oro, todo cubierto de lentejuelas y brillos varios, Su pelo no se quedaba atrás, tenia un estilo extraordinario, medio pelaje con corte militar azul oscuro, y la otra mitad, un pelo largo que llegaba a los hombros, el color del pelo, era un degradado de colores, partiendo del rosa chicle hasta el amarillo. Su cara, no estaba maquillada, eso contrastaba el resto de su apariencia, sus ojos resaltaban un brillo sobrenatural. No sabia si reír al verlo, o asustarse y desear que siguieran atándolo. — Si... Gracias... — Fue lo único que pudo alcanzar a decir.
— ¿Como te llamas?
— Tormento... — Claramente, estaba nervioso, normal cuando semejante sujeto se dirigía hacia a ti
— ¿Que haces por aquí, vienes de algún campamento?
— N-No... Llegué ayer a una ciudad por un portal, y me estuvieron persiguiendo. Un lobo rojo me dijo que viniera aquí, que me podríais ayudar.
— Entonces, sabrás que esto es la resistencia. Luchamos para liberar esta dimensión del control contra nuestras razas.
— Y supongo que si me quiero quedar, he de unirme.
— Exactamente, Tormento.
— Yo solo quiero volver a casa...
— No vas a poder volver si no te deja el ejercito, no hay salidas, solo entradas que se forman por parte de errores en otras dimensiones.
— ¿Hay mas gente atrapada aquí, como yo?
— Guivernos eres el único, pero si que hay bastante gente atrapada, se nos suelen unir para volver a casa, tampoco es que tengan demasiadas opciones. Si te encuentran, te acabarán matando.
Tormento le miró pensativo unos segundos, sabia que no quería unirse, quería regresar. Raçul no le había dicho en ningún momento esa condición, quizá no la sabia. - Está bien, me uniré a ti, con tal de poder ayudaros...
— Gracias. Bien tormento, hay mucho que hacer, supongo que estarás cansado, déjame ofrecerte un chocolate mientras te explico la situación.
Mientras tanto, un avión se prepara para despegar. Cientos de soldados entran y cargan cajas de suministros y metralla, el viaje sería sencillo y el ataque también, bombardearían el campamento y después los soldados mataran a los supervivientes. La moral que hay antes de partir no era mala, todo apunta a que la misión sería un éxito. Esa estrategia la habían mantenido muchas otras ofensivas antes, y la resistencia no ha podido contra ellas, no tiene defensa antiaérea, y no hay refugios anti-bombardeos, por lo que están completamente descubiertos ante algún ataque. Después de lo que fueron unos largos minutos de carga, todo estaba listo, el avión despegó, seguido de unos más pequeños, bombarderos. La siguiente mañana toda la ira del ejercito caerá sobre la resistencia.
Mientras, Tormento y ese sujeto extraño, el cual se hace llamar Shine, porque dice que es resplandeciente. La verdad, en eso de hacerse notar no le es demasiado complicado, estaban hablando.
— Nos ha llegado un soplo de un ataque en nuestros almacenes de suministros, necesitamos que nos ayudes, ¿sabes hacer alguna cosa, como atacar?
— Puedo convertirme en un dragón... Uno de verdad, pero entonces pierdo el control de mi cuerpo...
— Es algo muy arriesgado, podrías proteger el ataque, pero quien nos protegería entonces?
— Podéis intentar controlarme, cansarme, o cualquier otra cosa.
— Es muy arriesgado... Pero necesitamos apoyo en esa zona, al menos por unos días, repeler el ataque. Se que es mucho pedir, pero necesito que vayas a los almacenes y ayudes en la defensa, necesitamos algo de defensa antiaérea, y solo te tenemos a ti.
— Acabo de llegar, pero de acuerdo, lo haré.
— Muchas gracias, si la defensa es un éxito, serás recompensado con los máximos honores que te podemos entregar en la resistencia. — La mirada de Shine se clavó en los ojos del guiverno, mostrando una sonrisa que irradiaba alegría y felicidad, tenía esperanzas puestas en Tormento. — Bienvenido a la resistencia, Tormento. Estoy seguro que serás alguien importante para la liberación de la dimensión.
Shine le indicó cómo llegar a los centros de suministro, y al rato, el alado emprendió el vuelo, posiblemente a la última batalla de su vida. Miró atrás, el joven le miraba fijamente, con confianza, pero inseguridad. No perderían esa batalla, no podían perderla.
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Dimension WAR
FantasyAño 2050, una guerra hace 50 años ha destruido todo el planeta, dejando la sociedad bajo una dictadura militar que gobierna bajo la represion y el miedo, unos desconocidos intentaran salvar la dimension. Iniciado el 24/10/2019 Se introduce la portad...