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Los planes de Alastor no funcionaron.

A su pequeño Abigor se le vino una enfermedad algo fuerte para su edad.

-No va a querer estar en su cuna, necesita estar en brazos-

Les dijo la doctora para luego darles la medicina que su bebé necesitaba.

Abigor lloraba mientras extendía los brazos a su mamá.

Habían ido con su doctora para que checara a su hijo el cual estaba en una pequeña camilla siendo revisado por la otra.

-Mamama- gritaba El Niño para ser cargado y acurrucado.

Ángel no podía levantarlo de ahí, estaba siendo evaluado.

Alastor tenía en brazos a su hija la cual intentaba agarrar la oreja de su papá restándole importancia a su hermano.

Les dolía a los dos no poder atender al llamado de su hijo.

Y es que por más tiempo que los veía el niño se sentía abandonado y pedía a gritos que regresaran por el, que no lo dejaran.

-Bien ya puedes agarrarlo- habló la chica para alejarse del bebé.

Ángel corrió por su hijo y le abrazó con sus fuerzas, sintiendo como este daba hipidos y le intentaba abrazar a pesar de aun no saber hacerlo.

La chica les dio lo que necesitaban y se retiraron para ir a su casa.

Porque si, Alastor decidió que quería vivir fuera de un hotel.

A pesar de ello aún ayudaban a Charlie en el hotel, sobre todo porque ahí estaban su familia.

Aradia observaba a su hermano como si este fuera lo más interesante del mundo.

Al llegar a la habitación donde estaban las cunas y la cama matrimonial, Alastor colocó en el suelo a su niña para ver cómo está comenzaba a intentar gatear.

Abigor estaba dormido medio sentado siendo observado por su mamá.

-Mi niño, te descuidamos- Ángel se sentía tan mal por ver a su bebé de tal forma.

-Cariño, no hay que preocuparse tanto-

Ángel lo vio con una cara de asesino que le daría miedo al mismísimo Lucifer.

-Es mi hijo, un bebé, Alastor es un bebé- Ángel le hablaba entre dientes.

- O-Okay, perdón- se colocó en la cama quedando su cabeza en los pies de su bebé.

El bebé que estaba dormido abrió un poco sus ojos mirando a mamá y comenzó a hacer berrinche estirándose hacia Ángel.

El chico lo pego a su pecho y le acarició su espalda por la tos que le dio a su hijo.

-su colita- el pelirrojo vio como su hijo tenía su rabito metido entre sus piernitas.

Ángel apretó a su bebé levemente sintiéndose tan culpable de haberle descuidado.

Cuando era momento de dormirse Alastor dejó a su hija en su respectiva cuna y cuando iba directo a su cama miro la escena.

-Abigor hijo, aprovecha estar así con mamá esa es mi almohada-

Pues Abigor estaba en cama apunto de dormir sobre el pecho de Ángel.

El Niño al ver el berrinche de su padre le sonrío levemente sin fuerzas para soltar una carcajada.

Alastor se colocó en la cama junto a su novio y colocó su cabeza en el pecho peludito de tal manera que veía directamente el rostro de su bebé.

Abigor con su carita roja le miro y sonrío sacando una risita, movió su mano al rostro de su papá reconociendo todo de este, al llegar a la nariz la apretó levemente ocasionando que el pelirrojo cerrara los ojos.

El pequeño volvió a reír levemente.

-Apapa- dijo tan leve que solo ellos pudieron escucharlo.

-Si, soy papá, TU papá- agarro levemente la manita del niño y le dio besos en la palma de la mano.

-Sabes?, podemos compartir a mamá- al decir esto el de mechas el de mechas rosadas rojas bostezo buscando comodidad para dormitar en el calor de sus padre.

-Soy medio se su comercio?- Ángel medio dormitaba después de ver la escena.

Alastor soltó una risa e incorporándose miro a su amor dándole un beso en la frente asi cubriéndolos con una manta.

-Buenas noches amores- habló para apagar su lámpara y acurrucarse.

Asi se finalizaba un día pesado.

Sucesor (RadioDust)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora