|Capítulo 7|

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—¿Vas a quedarte hasta tarde de nuevo Sakura? —ella examinó la pantalla de la computadora un segundo antes de responderle a Deidara quien se mantenía al pie de la puerta sujetando el pesado maletín de cuero

—Solo quiero asegurarme de que las plantillas que pedí estén bien hechas antes de mañana, no tardaré mas de cinco minutos.

—Te esperaría, pero mi esposa es algo celosa y n-

Ella soltó una risa al tiempo que retomaba su postura sobre el teclado.

—Descansa Deidara, nos vemos mañana —el rubio de larga cabellera asintió despidiéndose para después salir de la oficina

Solo dos minutos después, el malvado jefe pelirrojo ingresó al pequeño cuarto de vidrios esmerilados donde ella trabajaba. Ausente de su entorno y en completa calma, Sakura continuó deslizando el ratón con calma examinando lo que había pedido y señalando pequeños detalles antes de enviarlos de vuelta al equipo. 

Una vez satisfecha con lo que hacia, apagó el dispositivo de la oficina mientras se estiraba. Fue la pantalla apagada lo que funcionó como espejo, solo entonces se percató de la presencia de su jefe quien se mantenía expectante con los brazos cruzados.

—¿Qué mierda haces aquí?— él continuó observándola recargando el cuerpo contra el cristal, lo cual comenzó a inquietarla

Sus ojos idos en la habitación, le despegaron la vista un momento. Como si quisiera asegurarse de que estaban solos antes de avanzar hasta donde ella estaba. 

—Estas drogado —señaló retrocediendo tan pronto levanto la mirada

Su caminar pausado, su respiración pesada y las pupilas dilatadas solo eran una pequeña prueba de que no estaba en sus cinco sentidos. 

—Haruno, Haruno, Haruno. Casi no he dormido estos días, estoy tan jodidamente cansado

Ella frunció el gesto sin entender del todo sus palabras al tiempo que se ponía de pie. 

—Llevas puesto pantalón de vestir, ¿te da miedo usar faldas en el trabajo? — ella se mantuvo inexpresiva pese a la sonrisa tétrica de Sasori — Yo soy el jefe aquí Sakura ¡escuchaste! — gritó de pronto sobresaltándola — ¿Te piensas que voy a permitir que una simple asistente se burle de mi? 

Solo fueron necesarias dos zancadas hasta donde se encontraba, su rabia, su miedo y su decepción fueron interceptadas por un golpe seco contra su mejilla. Pasaron segundos antes de que pudiera percatarse del dolor, el sabor a sangre y el intenso cosquilleo sobre su mejilla.

Sasori acababa de golpearla. Demasiado duro como para devolverle el golpe, cosa que no dudaba en hacer. De no haber sido por su forma tan brusca de interceptarla contra el vidrio sujetándola del cuello con brusquedad. 

Ella intentó forcejear antes de privarse por completo del oxigeno. Sus manos temblorosas trataron de alejarlo. Fue la patada en sus testículos lo que le obligó a soltarla. 

Ambos cayeron al suelo entre quejidos de dolor, completamente rojos y llenos de ira circulando por sus venas. 

Sakura apenas tuvo tiempo de tomar una bocanada de aire antes de que su jefe la arrinconara contra el suelo despojándola de su blusa, la cual había roto a tirones mientras reía con ironía. Ella contuvo la respiración alejándolo, pero no fue necesario hacer mas

Las puertas se abrieron y aparecieron  cuatro policías con las manos armadas, entre ellos Sasuke, su esposo. 

—¡Las manos arriba!

𝑨𝒏 𝒐𝒍𝒅 𝒔𝒕𝒐𝒓𝒚 𝒊𝒏 𝑳𝒐𝒔 𝑨𝒏𝒈𝒆𝒍𝒆𝒔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora