Día 37

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Cuando llegué a mi hogar lo primero que me recibió fue mi tía llorando, estaba histérica y junto a ella John. Se me fue encima, me abrazó y lloró... y no era para menos, no sabiendo lo que había intentado cometer en el pasado. Le pedí perdón a mi tía cientos de veces, pero ella dijo que no importaba, que el hecho de que estuviera con ella lo compensaba todo. Subí a mi habitación y encontré una libreta en mi escritorio, la portada era amarilla y pensé que mi tía me lo había obsequiado, sonreí al creer que ella había pensado tanto en mí a pesar de los problemas que le causé. Y no tenía palabras para agradecer tal gesto, solo sabía que de aquí en adelante yo debía remendar mis errores y trabajar en equipo con ella por lo que siguiera en nuestro camino. Sin embargo, en la parte de atrás estaba escrito un nombre...

"Yadiel"

Mis ojos se volvieron llorosos al leerlo. Quizá él era la razón de esa tristeza... la parte que se fue. Mi corazón se entumeció, decirle adiós a la persona que amas siempre es difícil. Especialmente cuando sabes que no lo volverás a ver, fue en un accidente automovilístico, pero no recuerdo más. Tan solo a Cassie, han pasado meses desde que él murió, pero ¿qué sentirá ella?

A veces pienso en todo lo que no vi en el pasado por culpa de mis sentimientos melancólicos, arruiné tantas cosas por estar triste, que cada que lo pienso solo puedo lamentarme. Sin embargo, dentro de mí me siento tranquila, esperanzada porque no volveré a cometer esos errores, porque sé que saldré adelante y que los malos días no duran para siempre. Es bastante difícil creerlo cuando no logras ver más allá de la oscuridad... pero, una vez que sales ya no eres la misma persona. Has crecido, has seguido adelante y te conviertes en un nuevo pilar para ayudar a los que están perdidos. A los que, al igual que tú, atraviesan momentos difíciles. Nunca pensé en eso, en que yo podría ser símbolo de superación para alguien, no lo hubiera creído de no ser por Cassie, quien llegó semanas después a mi hogar y quiso hablar conmigo.

Dijo que había soñado a su hermano, después de tanto tiempo por fin pudo ver su rostro y él la había abrazado en su sueño, diciéndole "Pequeña tonta, ¿cuánto tiempo ha pasado? Siempre eres tan necia, pero no me importa, porque también amo eso de ti... amo todo de ti y lo siento por todo. Pero siéntete tranquila que al fin puedo descansar en paz. Y es gracias a ti, por tu amor y perdón... siempre viviré contigo, querida hermanita."

Cassie me dijo cabizbaja que haberlo visto y abrazado por última vez era todo lo que necesitaba, que hacía tiempo debía escucharlo. Y lloró, lloró más de lo que habría imaginado, pidiendo disculpas que ya no me debía. Tomé su hombro, admitiendo también mis errores, admitiendo que también fallé como amiga. Pero luego sonreí para apaciguar sus lamentos y le dije "¡Ah! Yadiel es tan travieso que ni en sueños te deja en paz ¿no?"

Y empezó a reír. Había olvidado su risa, lo hermosa que se oía. Me causaba muchas emociones el verla reír a pesar de que sus ojos se hundían en lágrimas, en lo fuerte que era por hacerlo. La admiré en silencio, realmente es valiente. Recordamos anécdotas de ellos cuando niños y reía, a pesar de tener el corazón destrozado.

Al final, aunque esa persona ya no esté aquí lo importante es siempre quedarnos con los recuerdos felices que vivimos con ella. Son un tesoro que siempre prevalecerá, algo que ni el tiempo podrá borrar. Y eso es lo importante... no importa la distancia, ni el lugar en donde esa persona se haya ido, porque queda en el corazón y nada ni nadie puede cambiar eso.

Los meses siguientes Cassie y yo pasábamos la mayor parte del tiempo juntas, a mi tía le causó algo de tensión al principio, pues ambas habían discutido debido al accidente de Yadiel, en donde Cassie me había echado la culpa. Pero eso ya era pasado, y ahora era parte de mí familia, la recibía en mi hogar y la aceptaba sin importar las diferencias del ayer. Incluso pasó algunos meses viviendo en mi casa, después de todo, debe ser tortuoso vivir en el mismo lugar donde compartiste memorias con un ser querido. Se necesita un respiro de vez en cuando. Y eso le ayudó mucho, tanto que por fin se armó de valor para regresar los cuadros de su familia en toda su casa, arreglar el jardín y pintar las paredes. Incluso retiró la maceta de ramas secas, lo cual fue un gran avance para ella.

No negaré que varias veces entristecimos, pero siempre pensábamos en "A Yadiel no le gustaría vernos tristes, seguro nos haría reír... o seguro pondría a los Rolling Stones" y de regreso a casa, en el auto poníamos sus canciones favoritas y cantábamos. Pasamos tiempo con Annette, Chloe, Dean y Adrien, riendo a montones, recordando momentos especiales junto a Yadiel. Dean se hizo más cercano a Cassie, el cariño que él tenía hacia ella era cada vez más evidente y solíamos molestarlos. Además, yo apoyaba totalmente esa relación, en el pasado Cassie era solo querida por chicos que amaban su cuerpo, pero ninguno de ellos se tomó la molestia de conocer su corazón. Y Dean había sido paciente, a pesar de todo siempre estuvo junto a ella.

Y creo, en el fondo de mi corazón... que Yadiel también hubiera querido lo mismo para ella.

Puede que él ya no esté aquí, pero sigue impartiendo amor en aquellos que lo conocieron.

35 días contigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora