Desesperación

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Desdicha


Últimamente existen muchas personas que dicen que mi vida parece perfecta; que les gustaría ser como yo; tener un poco de lo que yo poseo.

Y yo solo pienso lo estúpido que es desear y envidiar a esta tonta, engreída. Yo la arrogante mujer, que no sabe escuchar; con graves problemas para aceptar una crítica.

La soberbia, mamona de baja autoestima que no sabe retener a las personas que tiene a su lado. La de poco valor, la mujer invisible que nunca ves, pero existe.


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Mujer invisible

Soy; la que nunca logras ver. Tu amiga, tu cómplice, tu fiel compañía. La que se desvela jugando contigo, la que se pasa planeando un mundo mejor para los dos, la mujer que tiene la certeza de que pronto vas a lograr todos tus sueños y nadie te podrá parar. La chica de sonrisa fingida, la niña que ríe ante tus chistes malos e infantiles.

Tu mejor compañía en los días de soledad, la que te brinda una caricia sin titubear. "Soy la chica invisible". Que sueña con algún día poderte alcanzar, que te enamores de mí después de una noche de sexo casual. Yo simplemente soy la mujer postrada en tu cama, la que pasa desapercibida ante tus ojos que no se dignan a mirar con claridad.

Soy tu mujer y tú ni siquiera lo intuyes; me he entregado a ti cientos de veces. Te he mostrado mis secretos y mis más oscuros momentos. Te he sonreído aunque en realidad quería llorar. La que acaricia tu cabello cuando todo va muy mal.

Soy la que devora libros, la que pretende contarte las mejores historias que se podrían contar; la simpática, comprensible de buenos sentimientos que se quiere entregar. La noble mujer de valores intachables dictados por esta sociedad.

La chica ideal con la que sueña cualquier mamá para ser novia de su hijo desastre que no tiene planes de madurar. Soy un arquetipo de mujer perfecta dispuesta a amar. La decente, honesta, atractiva que no logras mirar al caminar. La invisible que se pone a pensar y por eso tienes miedo de conquistar.


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Siendo nada

Tengo miedo de que me olvides y darme cuenta —al final del día— que esto no significó nada para ti. Que ya no piensas en mí y dejé de ser tu último pensamiento antes de dormir; que esas llamadas tan incómodas por la madrugada no volverán a ocurrir.

Sé que otra chica ocupa mi lugar y te hace suspirar. Me da tristeza el saber que ya no existirán las tardes de primavera; llenas de locos besos, candentes abrazos y alegrías en el sofá. Entiendo que no volverán las noches repletas de magia ni las visitas clandestinas a tu casa que me invitaban a soñar con un por siempre juntos que nunca pasará.

Porqué te fuiste, como lo hacen los cobardes. Sin decir nada al alejarte y dejándome todas la dudas de tu maldito abandono. 


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57 días sin ti...    

Han pasado 57 días sin saber nada de tu incómoda presencia en mi vida. Justamente hoy, como todas las mañanas, pienso una y otra vez en ti; en nosotros —o mejor dicho— en lo que fuimos y jamás volveremos a ser. Después, de tanto pensar; sigo sin entender: ¿cómo le haces? ¿cómo vives tan feliz? ¿cómo puedes continuar tu camino sin voltear tan solo un poco hacia atrás?

Respóndeme, porque yo no entiendo. En mí solo siento que respiro. Dime: ¿desde cuándo te conseguiste esa nueva amante? —Y duele saberlo, por eso explícame: ¿qué puedo hacer para poder continuar?, —responde: ¿cuál es la mejor manera de seguir mi vida sin esas pizcas de ti?, ¿cómo le hago para vaciar mi cerebro de tus recuerdos?

Entrégame la pócima misteriosa que me diga la forma de olvidarte; haz el favor de compartir la receta secreta que ayude a sacarte de este necio corazón que no entiende de olvidos; que no quiere darse cuenta de aquella distancia que existe entre nosotros. Regálame esa fórmula que sane a mi esencia de ti, para que por fin deje de extrañarte. Enséñame como apagar ese anhelo que siento en cada momento de querer estar junto a ti. Te ruego que me digas: ¿cómo me quito esta adicción a ti? Porque ya no quiero sentir el deseo de tus manos tocándome o de tus labios sobre mi cuerpo. Dime: ¿cómo le hiciste tú? ¿cómo le hago yo?

Recétame la prescripción correcta para que otra piel me vuelva a encender con la misma locura que lo hizo tu piel; y si no existe un remedio que ayude a olvidarte, lo último que te pido es que me regales un poco de tu indiferencia quizá solo así logre aprender que no debo volver pensar en ti.


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Todo me parece injusto

Yo no entiendo la vida: das todo y no recibes nada. Vivimos en un mundo de opuestos, en el que amas y te rechazan, te entregas y solo obtienes ausencia; donde ser valiente implica perder y el que gana es quien jamás peleó la batalla.

Escritos Para Quien Dice ConocermeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora