El heredero de Slytherin
Nos hallábamos en el extremo de una sala muy grande, apenas iluminada. Altísimas columnas de piedra talladas con serpientes enlazadas se elevaban para sostener un techo que se perdía en la oscuridad, proyectando largas sombras negras sobre la extraña penumbra verdosa que reinaba en la estancia.
El corazón me latía muy rápido.
Avanzamos por entre las columnas decoradas con serpientes. Los pasos resonaban en los muros sombríos. Me parecía que las serpientes de piedra nos vigilaban desde las cuencas vacías de sus ojos. Al llegar al último par de columnas, vi una estatua, tan alta como la misma cámara, que surgía imponente, adosada al muro del fondo.
Tuve que echar atrás la cabeza para poder ver el rostro gigantesco que la coronaba: era un rostro antiguo y simiesco, con una barba larga y fina que le llegaba casi hasta el final de la amplia túnica de mago, donde unos enormes pies de color gris se asentaban sobre el liso suelo.
-Impresionante... -no pude evitar decir.
Ginny se puso en medio de la sala, dejó el diario en el suelo y buscó en una de las decenas y decenas de paginas en blanco hasta hallar una en concreto. Puso una mano en el centro, abarcando las dos páginas, y una neblina blanca se formó delante de ella hasta que se delineó poco a poco.
En su lugar, un muchacho alto, de pelo negro, estaba apoyado contra la columna más cercana, mirándome. Tenía los contornos borrosos, como si lo estuviera mirando a través de un cristal empañado. Tendría al rededor de quince años. Apuesto, a decir verdad.
-Buenos días -saludó.
Ginny estaba arrodillada aún en el suelo, con los ojos idos, otra vez azules.
-Ginny -me agaché-. Ginny, mírame.
Tuve que zarandearla, y cuando por fin entendió lo que pasaba, me pasó los brazos por el cuello y empezó a llorar escondiendo su cara de mi vista.
- Intenté decírtelo -sollozaba en mi cuello mientras le acariciaba la cabeza- Era yo, Lily, pero te juro que no quería... Ryddle me obligaba a hacerlo, se apoderó de mí y...
-Shhh... Ya está -por encima de su cabellera naranja, yo tenía mis ojos fijos en Tom-. Tu ya estas aquí, ya esta.
-Perdóname -hipo-, perdóname. Por todo, yo no quería y ahora tu...
-No has hecho malo.
-En eso tienes razón -Ginny miró de dónde provenía esa voz, y se agazapó aún más detrás de mi-. Solo has sido una víctima, déjame explicártelo. Es sobre mi diario. La pequeña Ginny ha estado escribiendo en él durante muchos meses, contándome todas sus penas y congojas: que sus hermanos se burlaban de ella, que tenía que venir al colegio con túnica y libros de segunda mano, que... -A Ryddle le brillaron los ojos-... pensaba que el famoso, el bueno, el gran Harry Potter no llegaría nunca a quererla...
Estaba hablando como si no estuviera la pelirroja. Me levanté, para encararle, y Ginny lo hizo para poder esconderse bien.
-Es una lata tener que oír las tonterías de una niña de once años -siguió-. Pero me armé de paciencia. Le contesté por escrito. Fui comprensivo, fui bondadoso. Ginny simplemente me adoraba: Nadie me ha comprendido nunca como tú, Tom... Estoy tan contenta de poder confiar en este diario... Es como tener un amigo que se puede llevar en el bolsillo...
-Utilizar los miedos de una niña -dije con una sonrisa ladina-. Que malvado Tom, debiste ser todo un roba caramelos a los niños.
Me sonrió de vuelta.
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Lilianne y la Cámara de los Secretos
FanficEntiendo de que puedo ser sospechosa por lo de ser la heredera y todo eso. ¿Pero hacía falta que me jodierais la existencia para comprobarlo? .-.-.-.-.-.-.-.-.-.-. Bienvenidos al segundo año en Hogwarts, la escuela de Magia y Hechizaría, d...