Hagrid, presunto culpable de los ataques de hacía cincuenta años, fue enviado a Azkaban, y Dumbledore fue destituido como director, lo cual no hizo más que aumentar la inquietud de los alumnos, que pensaban que aquellas medidas solamente perjudicarían al colegio. De hecho, Hogwarts tendría que cerrar si los ataques no terminaban.
—No pueden cerrar el colegio —comentaban los alumnos, nerviosos—. No pueden hacerlo...
Pero nadie sabía lo que sucedería.
Las sospechas se alejaron de Harry, dado que nadie creía que pudiese hacer daño a Hermione, y se centraron en Orión, aunque no tenían prueba alguna, y en Draco, dado que parecía alegrarse por los ataques. Eran cada vez más los que trataban de mantenerse alejados de ambos.
—Aún no entiendo por qué no buscamos al culpable —comentó Eira—. Debe ser alguien de nuestra casa.
—Bueno... Potter habló pársel, y todos saben que Slytherin lo hablaba —le recordó Nott.
—No puede haber sido Potter —replicó alguien, un alumno con el que Eira no había hablado antes.
Se encontraban en la sala común, y todos parecían un poco inquietos ante la idea de verse obligados a dejar el colegio.
—Black, ¿no sabes nada?
—Él no ha sido... lo controlan mucho, y está en todo momento rodeado de gente. No habría tenido oportunidad de hacer nada.
Orión asintió con la cabeza en dirección a quien había salido en su defensa, uno de los alumnos que tanto tiempo pasaban con él.
Nadie en Slytherin sabía quién podía estar detrás de los ataques, puesto que al contrario de lo que el resto de los alumnos pensaban, ellos sabían que Draco nada tenía que ver con lo que estaba ocurriendo, a pesar de su actitud.
Harry y Ron, tras lo ocurrido con Hermione, estaban desesperados por descubrir la verdad de lo que ocurría. El primero, además, temía que cerrasen el colegio y tener que regresar a casa con sus tíos, que no lo trataban demasiado bien.
—Hagrid dijo que debíamos seguir a las arañas —le dijo Harry a Eira cuando logró quedarse a solas con ella—. Estábamos en su cabaña, con la capa invisible, cuando se lo llevaron.
Eira lo miró. Le habría gustado poder ir con ellos, pero por desgracia, parecía que sería demasiado difícil.
—No podré acompañaros —dijo en tono de disculpa—. No me dejan sola ni un momento... Aunque a decir verdad, no comprendo por qué se preocupan tanto, teniendo en cuenta que pertenezco a Slytherin.
—Pero tú no odias a los hijos de muggles —comentó Harry—. Tal vez por eso piensen que puedes estar en peligro.
Eira asintió. Luke había tratado de tranquilizarla, pero lo cierto era que podía estar en peligro igual que cualquier alumno de otra casa, dado que no era ningún secreto su buena relación con los hijos de muggles y con aquellos a los que consideraban traidores a la sangre.
—Y puede que lo esté —admitió—. Pero dudo que lo esté tanto como tú o como Ron, o como todos los hijos de muggles.
—En cualquier caso, no te dejarán sola, de modo que iremos Ron y yo y te contaremos lo que descubramos —comentó Harry—. No te preocupes.
Eira asintió. Lamentaba no poder acompañarlos y hacer algo por ayudar, pero no tenían otra opción. Además, el tiempo era crucial; si tardaban demasiado, alguien podría morir. Y era lo que deseaban evitar a toda costa.
De modo que, aquella noche, Eira se mantuvo despierta, preocupada por lo que Harry y Ron pudiesen estar haciendo. Las arañas parecían conducir al Bosque Prohibido, lleno de peligros para todos los que osaban entrar en él. La bruja no sabía qué era lo que sus amigos encontrarían allí pero, fuera lo que fuese, lo más probable era que corriesen algún peligro. Solamente esperaba que pudiesen librarse y quedar a salvo, como siempre habían hecho.
No imaginaba la joven que sus amigos pudiesen estar en aquellos momentos tratando de huir de arañas que trataban de devorarlos.
Fue a la mañana siguiente cuando Eira pudo conocer los detalles de lo sucedido la noche anterior, cuando supo que los dos Gryffindor habían conocido al presunto monstruo que Hagrid había liberado cincuenta años atrás, Aragog, y que sus hijos, arañas, habían tratado de comerlos. Sin embargo, habían descubierto algo que podía ser crucial.
—Creemos conocer a quien murió la última vez —dijo Ron—. Pensamos... que se trata de Myrtle la Llorona. Murió en el baño, y tal vez nunca lo haya abandonado.
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Eira y la cámara secreta ✔️
Fiksi Penggemar[EeH #2] Eira Sayre no es una bruja común. Pertenece a la casa de Slytherin, aunque mantiene amistad con Harry Potter, Ron Weasley y Hermione Granger. Durante su segundo curso en Hogwarts, descubrirá que Orión Black, hijo de Voldemort y que tiene u...