Capítulo 5

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Durante los días siguientes, Eira apenas habló con Harry, Ron y Hermione, debido a sus horarios

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Durante los días siguientes, Eira apenas habló con Harry, Ron y Hermione, debido a sus horarios. Los veía en contadas ocasiones, y apenas podía intercambiar un par de palabras. Además, Orión parecía especialmente interesado en que pasase tiempo con Daphne, Blaise y Theodore en lugar de con los de Gryffindor.

Draco Malfoy entró en el equipo de quidditch de Slytherin como buscador, entregando su padre una escoba Nimbus 2001 a cada miembro del equipo. Eira no pensaba que aquella fuese la forma adecuada de entrar en un equipo, pero no dijo nada al respecto.

—Tenemos entrenamiento —comentó Luke una mañana.

—Creí que serían los de Gryffindor los que lo tendrían —dijo ella—. Harry lo comentó.

Luke negó con la cabeza.

—Flint ha conseguido que Snape nos dé permiso para entrenar por el nuevo jugador —explicó. Eira notó que la idea no le gustaba demasiado.

Se reunieron con el equipo en la sala común y bajaron todos juntos al campo. Eira era la única chica del grupo, algo que no le importaba, dado que los Montague y Draco la apoyaban. Cuando bajaron al campo, el equipo de Gryffindor fue de inmediato a su encuentro, aterrizando Oliver Wood en primer lugar.

—Flint —dijo el capitán de Gryffindor—, es nuestro turno de entrenamiento. Nos hemos levantado antes a propósito. ¡Así que ya podéis largaros!

—Hay bastante sitio para todos, Wood —replicó Marcus Flint.

Eira intercambió una mirada con Harry, haciéndole saber que ella no apoyaba aquello, pero que formaba parte del equipo de su casa. No le gustaba que sus compañeros actuasen de aquella manera pero, para su desgracia, no podría hacerles cambiar.

Para entonces ya había llegado todo el equipo de Gryffindor.

—¡Pero yo he reservado el campo! —dijo Wood, escupiendo la rabia—. ¡Lo he reservado!

—¡Ah! —dijo Flint—, pero nosotros traemos una hoja firmada por el profesor Snape. «Yo, el profesor S. Snape, concedo permiso al equipo de Slytherin para entrenar hoy en el campo de quidditch debido a su necesidad de dar entrenamiento al nuevo buscador.»

—¿Tenéis un buscador nuevo? —preguntó Wood, preocupado—. ¿Quién es?

Entonces Draco avanzó hasta quedar frente a su equipo, de manera que todos pudiesen verlo. Eira miró entonces a Luke, un tanto preocupada. El chico le hizo una señal para que se tranquilizase, puesto que ella temía que algo sucediese y comenzasen a pelear.

Mientras tanto, discutían acerca de las escobas que el padre de Draco había comprado para todo el equipo. Eran realmente las mejores del mercado, por lo que Eira comprendió las expresiones de preocupación de los de Gryffindor. Las escobas de Slytherin eran muy superiores.

Hermione se acercó junto a Ron para saber qué estaba ocurriendo. Habían estado viendo el entrenamiento desde las gradas. Eira intercambio con ellos un gesto con la cabeza a modo de saludo, dado que no era momento de hablar.

Fue cuando Draco se burló de las escobas de los Weasley cuando Hermione hizo una aguda observación:

—Pero en el equipo de Gryffindor nadie ha tenido que comprar su acceso. Todos entraron por su valía.

—Nadie ha pedido tu opinión, asquerosa sangre sucia —soltó Draco.

Flint se colocó de inmediato frente al chico para evitar que los gemelos Weasley saltasen sobre él, y Eira se colocó junto a su capitán instintivamente, con la varita en la mano, protegiendo al rubio que consideraba un primo. Luke la sujetó del brazo y la obligó a retroceder hasta quedar tras él mientras veía cómo todo se descontrolaba.

Ron trató de lanzar un hechizo a Malfoy, pero su varita estaba rota y el hechizo salió hacia él, derribándolo. De pronto, soltó un eructo y varias babosas salieron de su boca. Los miembros del equipo de Slytherin comenzaron a reírse con fuerza, incluso Luke no pudo evitar sonreír.

Los de Gryffindor rodearon a Ron, y Harry y Hermione lo sostuvieron para poder ir hacia la cabaña de Hagrid‍, que estaba cerca. Antes de que se marchasen, Eira se acercó a ellos.

—Siento lo ocurrido —dijo.

—No es culpa tuya —aseguró Harry—. Malfoy es idiota.

—Espero que se recupere —comentó la joven refiriéndose a Ron, quien no tenía muy buena cara.

Entonces el trío de Gryffindor se marchó a la cabaña, y Eira regresó junto a sus compañeros.

—La ha llamado sangre sucia —dijo a Luke, sin dar crédito al insulto de Draco—. Ha sido demasiado incluso para él.

Eira no pensaba que el hecho de ser hijo de muggles fuese algo realmente relevante. Al fin y al cabo, Hermione era hija de muggles y era muy buena bruja, mejor que muchos que eran de sangre pura.

—Sabes cómo son muchos en Slytherin —dijo el chico—. Les enseñan en casa que la sangre es lo más importantes, que ellos son mejores que los demás... Tú tienes suerte de que tu madre sea diferente.

Eira asintió. Reconocía que Draco era como era debido a lo que le habían enseñado sus padres en casa, al igual que a la mayor parte de sus compañeros.

—Tú crees en la pureza de sangre, ¿verdad? —preguntó de pronto la joven—. No estarías con Orión si no lo hicieses.

—Es complicado —dijo Luke—. Mi hermano Graham lo considera un ídolo, o algo semejante, y la mayor parte de mis amigos también. Yo apoyo parte de sus ideas... aunque discrepo en otras.

La bruja miró hacia el castillo, pensativa. Al parecer, Luke no era uno de aquellos magos que seguían ciegamente a Orión sin cuestionar siquiera alguna de sus decisiones. Era capaz de pensar por sí mismo al margen de lo que sus padres le habían enseñado acerca de la sangre.

—Pero, por lo que veo, tú tienes buena relación con él, aunque no compartáis las mismas ideas —comentó el chico.

—Aún no entiendo por qué —admitió ella—. Cuando nos conocimos no era así, aunque supongo que todo ha cambiado cuando supo quién era mi madre. Me gustaría saber por qué se conocen... pero ninguno de los dos está dispuesto a decírmelo, y mi padre tampoco.

—Es extraño. Orión no muestra afecto por nadie, pero parece apreciar realmente a tu madre y, como consecuencia, también a ti...

En aquel momento, la voz de Marcus Flint interrumpió la conversación. Todos los Gryffindor se habían marchado, y era momento de comenzar el entrenamiento. Eira subió rápidamente a su escoba, y Luke también, y ascendieron lo más rápido posible tratando de superarse mutuamente.

Eira y la cámara secreta ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora