Henry escuchaba atentamente las indicaciones que su madre daba a los guardias, y no sonaban nada agradables.
Torturas, cabezas, corazones, y muerte, muchísima muerte.
Graham había dado la orden de volver de la persecución, pues no habían salido lo suficientemente preparados y las mujeres posiblemente ya les llevaban varios kilómetros de ventaja. Sin embargo cuando la reina recibió al cazador en el salón, no se mostraba para nada contenta con el regreso de los hombres.
Al parecer las ladronas más que simplemente haber robado joyas al azar, habían tomado algo de sumo valor para la reina y según parecía, aquello era lo que las había sentenciado.
El príncipe se preocupó.
Aun sintiéndose dolido por la traición de Bella y Emma, su corazón era demasiado puro como para desearles un destino tan cruel como ese, sin embargo sabía que hablar con su madre sería en vano, pues, aunque ella le prometiera no hacer tal atrocidad, se las ingeniaría para hacerlas pagar aunque no fuera con sus propias manos, y Henry no estaba dispuesto a ser engañado de nuevo.
No podía evitar sentir cierto aprecio por las mujeres o al menos un poco de admiración por su coraje y tampoco podía dejar de preguntarse porqué habían hecho aquello, porqué él mismo había confiado en ellas, en Bella sobre todo, que de ninguna manera había demostrado ser una mala persona.
No podía evitar nada.
–¡Que comience la búsqueda! –ordenó entonces su madre– dos chicas lo suficientemente desesperadas como para atreverse a robarle a la reina deberían tener motivos igualmente desesperados. No llegarán lejos.
O tal vez sí, pensó Henry.
Tal vez podría evitarlo.
La carrera comenzó nuevamente y aunque seguían sin un rumbo preciso, tenían consigo un artefacto que las guiaría hasta su destino sin importar dónde estuvieran.
–¡Un escondite seguro! –gritó Emma.
La aguja de la brújula que tenía en la mano dio una vuelta hacia la derecha y luego hacia la izquierda, para finalmente detenerse en un punto hacia el sur.
Ambas corrieron en aquella dirección y pronto encontraron una minúscula cueva oculta tras la maleza en la que se refugiaron.
La Busca y Encuentra era una posesión mágica que habían tomado prestada de entre las cosas de Will Scarlett. Ninguna sabía de qué lugar la había sacado el hombre, pero dado que él era casi un ladrón independiente lo mejor era no preguntarse cosas como esas, pues la mayoría de las veces las respuestas no eran para nada agradables.
Respiraron aliviadas creyéndose a salvo, intentando imaginar cómo fue que los hombres de la reina habían las habían alcanzado tan rápido, y dónde estaba la lógica en que ellos vinieran en dirección contraria de la que ellas habían huido. Ni una palabra alcanzó a cruzar sus labios porque entonces pasaron frente a sus ojos la tropa de caballeros que creyeron sus persecutores, y grande fue la sorpresa al comprobar la magnitud de su error.
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Perdida | Once Upon a Time
FanfictionEmma y Belle son fugitivas del pasado. Diferentes como dos copos de nieve. Sin embargo, allí, donde sus ojos se pierden buscando el mismo amanecer, ellas son iguales. Ambas huyen de algo incierto intentando encontrarse a si mismas, sin tener noción...