Robin Hood y sus hombres habían partido un poco antes de lo previsto viéndose obligados a devolverse por dónde venían.
Henry, llevado por las emociones, no imaginaba que clase de beneficios tendría para Robin ayudarle a una búsqueda que no tendría por qué incumbirle.
La mayoría de los hombres, también un poco sorprendidos por la acción de socorro que su líder había prestado, nada más ni nada menos que aún príncipe aparentemente caprichoso, creían que Hood estaba engañando al niño o que al menos cobraría una recompensa al finalizar el viaje. Sin embargo, la verdadera razón estaba lejos de acercarse a las suposiciones. Él sabía que el niño ocultaba cosas, pero para gracia del oyente, éste no se había dado cuenta de todas los datos importantes que había desvelado y que aquellas que intentaba omitir sólo eran cabos sueltos inconexos, que no merecían mayor atención. Lo que importaba era la estrategia que al parecer las ladronas habían ocupado; una que él conocía demasiado bien.
El príncipe jugaba con Roland, su hijo, justo delante de sus ojos.
–Eh, Henry, acercad un poco, hay algunas cosas que quiero preguntarte –indicó Robin con su mano–. Dime, ¿Cómo eran aquellas intrépidas que entraron a vuestra morada?
A penas la última mula de la caravana desapareció de la vista de ambas, sacaron la brújula y continuaron con su camino en dirección opuesta. La peculiaridad del artefacto era que siempre encontraba lo que necesitabas, Will le había contado aquello a Emma hacía varios años, cuando él se había unido a Los Hombres Valientes. La brújula había desaparecido en varias ocasiones, extraviada en viajes, o luchas, robada, o simplemente por descuidos de su portador. Sin embargo Will decía: «Siempre busca a su dueño y su dueño siempre la encuentra. Esta viva y se protege, así que nunca se debe soltar una vez que se porta», de modo que tarde o temprano, a veces en las circunstancias más extrañas, hombre y objeto se encontraban. Ahora indicaba hacia el suroeste, dónde se encontraba el puerto, un lugar que al que necesitaban llegar desesperadamente para poder escapar y formar una nueva vida. Desgraciadamente, los obstáculos a los que se tuvieron que enfrentar aparecieron por sorpresa y devolverse no era una opción que pudieran meditar demasiado, ya que corrían el riesgo que los caballeros de la Reina estuvieran tras sus pasos. El bosque se volvía denso y el día acababa, la magia oscura se movía por el ambiente consumiendo las pocas fuerzas que le quedaban por completo y de forma rápida.
–¿Tenéis alguna idea de que podemos consumir? –Bella, aunque tenía resistencia, siempre era la más afectada por la falta de alimento en las expediciones largas, debido a que a diferencia de Emma, no dedicaba horas de su vida a entrenar con espadas y luchas cuerpo a cuerpo, ella prefería leerle a los más pequeños y aprender cosas útiles, como hacer nudos, prender fuego y otras habilidades necesarias para la supervivencia.
De todas formas, les venía de maravilla, pues Emma solía dejar de lado aquello para concentrarse en la defensa.
–Tengo algo de pan en el saco y...
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Perdida | Once Upon a Time
FanfictionEmma y Belle son fugitivas del pasado. Diferentes como dos copos de nieve. Sin embargo, allí, donde sus ojos se pierden buscando el mismo amanecer, ellas son iguales. Ambas huyen de algo incierto intentando encontrarse a si mismas, sin tener noción...