Fragmentado

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¿Dónde estás?; minutos, horas, quizá días, ¿cuánto ha pasado?


No importa el tiempo que tenga que esperar, me haces falta, ¿cuánto más te puedo extrañar?; en mi mente sólo estás tú, mi corazón se aferra a ti... vuelve a mí...


Año 430 del Calendario del Imperio Humano

Palacio Imperial, Obsidia

Octubre, 31


—Quieres por favor calmarte... llevas días así — había vuelto hace unos minutos, tan solo para volver a salir a recorrer lo que le faltaba; y ante las palabras del hombre de piel tostada, frunció el ceño.


—No voy a calmarme hasta encontrarla — caminó ignorándolo, haciendo que soltara un suspiro resignado.


—Tú no eres así...


—Para poder ser yo; debo encontrarla primero, Iskahn — interrumpió con voz seca; la buscaba con desesperación, simplemente no aceptaba la idea de no verla, de que algo pudiese dañarla; en su mente resonaba el nombre de ella como mantra... Asuna, Asuna, Asuna... — Nada va a empezar o terminar si ella no está conmigo...


—Kirito... no olvides que Asuna es fuerte, esa mujer sabe cuidarse, tranquilízate — el pelinegro empuñó su mano; claro que sabía lo poderosa que era su reina; y aun así, aquella sensación de lejanía lo desesperaba, no podría acostumbrarse jamás a su ausencia.


—Esa mujer, es mi mujer... sé lo fuerte que es... — sus dientes chirriaron con la fuerza que sus mandíbulas hicieron al apretarlas, en su garganta se trabaron las palabras, negándose a salir de su boca; le dio la espalda al boxeador y siguió su camino en silencio.


Regresa a mí...


Volaba a través de los cielos rojizos; por más que tratara de concentrar su conciencia para poder sentirla, no podía, era como si hubiesen extraído del mundo a Asuna; y de manera lenta su cara se humedecía...


Siempre que te dejo solo lloras como un bebé Kirito Kun; la voz dulce de ella en aquellas palabras, se asentaban en su mente —Sigo siendo un llorón, Asuna — habló al viento; inspiró profundo, casi podía oler su perfume; cerrando sus ojos, casi podía tocar su piel grabada en sus manos; y tocando su pecho, podía sentirla completa en su corazón — ¿Dónde estás?


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Año 620 del Calendario del Imperio Humano

En las afueras de Centoria

Octubre, 26


Era imposible calmar su corazón, estaba con ella, había pasado tanto desde la última vez que la vio, que pudo tomar sus manos... que había besado sus labios... —¿tiene hambre? — trató de hablarle para tranquilizar su mente que divagaba entre sus recuerdos de ella; tenerla tan cerca y sentirla tan lejos, iba a terminar matándolo poco a poco.

Sabor a tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora