Vísperas de cambio

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M- Si madre, ahí estaré, cuenta conmigo- Maura colgó el teléfono y una gran sonrisa se dibujo en su pálido rostro, su primera reacción inmediatamente después fue correr a donde estaba Jane para avisarle.

El ascensor se abrió y la pelirroja salio de el meciendo sus caderas con delicadeza y esbozando una gran sonrisa. El tintinear de sus tacones hacían eco por todo el pasillo y Jane no pudo mas que sonreír al verla llegar.

M- He venido a hacerte una propuesta indecente- dijo pícaramente mientras la morena arqueaba las cejas.

J- mmm doctora ¿no cree que deberíamos buscar un lugar más privado?- exclamo con su característica voz ronca.

F- Por favor chicas, no hagan eso, ponen incómodos a todos aquí- dijo Frankie tratando de borrar las imágenes que Maura y su hermana ponían despiadadamente a diario en su cabeza.

Las dos mujeres rieron al unísono mientras disfrutaban su eterno juego del coqueteo y la reacción que producía en sus colegas. Hacía años que habían descubierto lo fácil que podían hacer que sus amigos se sonrojaran, los mismos años que llevaban con ese juego inocente mientras todo el mundo estaba deseoso de que pasara algo más que cambiara de una vez y para siempre asa amistad, ahora perversa, que las unía.

J- ¿Qué sucede Maura?

M- Mi madre nos ha invitado a su exposición de arte.

J- ¿Y esa es tu propuesta indecente?, sabes que odio las galas Maura, - exclamo con un puchero en su boca- no quiero volver a tener que ponerme un vestido en lo que me resta del año.

M- Mejor para mi- dijo una Maura triunfante- la gala es el primero de año

J- Touché- exclamo bebiendo un sorbo de café.

M- ¿Sabes Frances?- pregunto arqueando una ceja y sorprendida por la respuesta de su amiga.

J- Claro que no, pero se usar google- rió irónicamente y prosiguió- aún no me has dicho cual es la parte indecente de la propuesta.

M- Es en París- una amplia sonrisa volvió a posarse en su rostro mostrando sus perlados dientes.

J- ¿Estas jugando verdad?, no sólo quieres que me ponga un vestido sino que además tengo que viajar cinco mil kilómetros a una ciudad cuyo idioma no entiendo- respondió sin evaluar siquiera la oferta de la forense- no gracias Maura, yo paso.

M- ¡ooh Jane!, por favor será divertido y cae justo en nuestras vacaciones.

J- Nada de lo que digas va a convencerme Maura

M- Iremos en un avión privado- acoto la pelirroja tratando de persuadir a su amiga.

F- Ey Jane si no quiere ir tú podemos ir nosotros- Frankie reía al tiempo que Korsac y Frost asentían con la cabeza.

J- Que no, y ya no me fastidien

Todos se quedaron callados y justo cuando la morena daba su victoria por sentada una mueca de tristeza y un puchero se dibujaron en el rostro de la pelirroja.

J- No hagas eso Maura, no se vale- exclamo sintiéndose extorsionada.

Los ojos verdes de la forense brillaban como un diamante y Jane no pudo sostener más su postura, sucumbió una vez más ante los encantos de su amiga y suspiro resignada.

J- De acuerdo iré- bajo su cabeza y acomodó sus rulos tratando de disimular su debilidad ante aquella mujer.

M- ¡Si!- salto alegre la pelirroja y le dio un fuerte abrazo.

J- Bien, tranquila Maura, no te emociones tanto o empezaras a hiperventilar.

M- Te veo a la salida para ultimar detalle- y radiante de alegría desapareció de la oficina.

La ciudad del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora