Nada como una buena situación de incomodidad para terminar una cena en parís, si algo le faltaba a su estado de confusión era que todo el mundo creyera que Maura y ella eran pareja. Para zafarse de su grado crónico de acaloramiento no pudo hacer mejor cosa que beberse el caro vino de manera compulsiva para apenas llegar al hotel caer dormida sin tener que tocar el tema. Y así lo hizo, arribaron al hotel casi una hora después, Jane había hablado muchas tonterías pero no había dicho nada serio en lo que restaba de la noche para que la conversación no surcara terrenos escabrosos. Una vez en la habitación Maura entro al baño para ponerse su pijama mientras el vestido negro de Jane volaba por los aires hasta caer en una silla, su remera de Boston police contrastaba mucho con el lujoso cuarto pero no se detuvo a pensar en ello, estaba tan cansada que ni bien entro en la cama se quedó tan dormida que ni se entero cuando la pelirroja salió del cuarto de baño y se recostó a su lado. Maura peinaba su brilloso cabello y miraba a la morena como respiraba con la boca abierta y no pudo evitar sonreír de ternura, dejo el cepillo sobre la mesa de noche, apago la luz y se recostó acercándose lo más que pudo hasta abrazar a Jane con timidez para luego dejarse vencer por el cansancio.
El sol asomo por los grandes ventanales y lentamente llegó hasta los ojos de Jane quien se estiro dándose cuenta que Maura una vez más dormía rodeando su cintura con el brazo. Una fuerza magnética tan potente que la morena simplemente no pudo resistir la atrajo hasta su rostro, estaba tan cerca, tenía tantas ganas de probar esos labios, sentía su respiración cálida en su rostro y cuando estaba a punto de cumplir su más grande fantasía alguien toco a la puerta, Jane pego un salto y se sentó en la cama.
J-¡Demonios!- exclamo en un susurro. Se levanto de la cama y camino hasta la puerta.
Al abrirla se encontró con un hombre vestido de rojo que le extendió una bandeja -Bonjour, j'ai apporté le petit déjeuner- le dijo sonriente el sujeto. Jane abrió los ojos y sonrió tratando de disimular que no entendía nada de lo que le había dicho, articulo un simple gracias y tomo la bandeja cerrando a puerta tras ella. Coloco la bandeja sobre la pequeña mesa que estaba junto al ventanal y se volteo para despertar a su compañera.
J- Maura despierta- le susurro mientras se apoyaba sobre su brazo en la cama,- ey, tierra llamando a Maura.
La pelirroja se giró quedando boca arriba y le sonrió con los ojos aún cerrados.
M- ¿Qué hora es?
J- Las nueve, ¿Por qué? ¿tenías planeado algo para más temprano?- sonrió pícaramente.
M- Es bueno despertar bromeando, tenemos toda la mañana para ir de compras y luego te llevare a recorrer la ciudad.
J- ¿No podemos omitir las compras?
M- Ya lo habíamos hablado Jane, necesitas un vestido para la gala de mi madre.
J- ¿Y porque no uso el vestido que ya tengo?
M- Porque ese es un vestido de cóctel y necesitamos un vestido de noche, además yo también necesito uno, no he traído que ponerme para esa noche.
J- ¿Es broma verdad?, ¿te has traído una valija llena y no has metido un vestido de gala?
M- No he traído uno apropiado para la ocasión, y deja de discutir, ya habíamos acordado ir de compras.
J- De acuerdo, – refunfuño - vamos a desayunar antes de que se enfrié.
Se sentaron las dos mirando la televisión ya que Maura quería ver como sería el clima durante el día, aparentemente continuaría el frío pero estaría soleado, perfecto para recorrer la ciudad. Para las diez de la mañana ya estaban en las calles por comenzar su euforia consumista.
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La ciudad del amor
FanfictionUn paseo por una de las ciudades más románticas del mundo acabará por revelarles mucho más que historia.