un pequeño rubio se remueve cómodamente en su cama, estirandose aún con sus ojitos cerrados, acomodandose para seguir durmiendo; abrazó la almohada a su lado, aspirando su aroma tan familiar, y es en ese momento que sus ojitos se abren, a la vez que se sentaba en la cama frotando con su pequeño puñito sus párpados, escaneando la habitación con su mirada, algo aturdido por recién despertar, buscándolo, descubriendo que se encontraba solito entre las amplias y suaves sábanas, y al no encontrarlo, sus ojitos comenzaron a llenarse de lagrimitas. pero antes de que éstas puedan resbalarse por sus mejillas, un castaño entra a la habitación, sonriendole al pequeño híbrido quien abre sus bracitos para ser sacado de la cama y refugiarse en los brazos de yukhei.
- buenos días, conejito - la voz del hombre hace que el corazón de seungmin salte.
- buenos días, papi - el rubiecito frota su cabecita contra el cuello del mayor, intentando dejar su olor para que nadie se robe a su novio.
- vamos a desayunar, la comida está lista para este pequeño príncipe - yukhei tocó cariñosamente la naricita de seungmin.
☆
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
