𝐛𝐞𝐬𝐢𝐭𝐨𝐬 𝐩𝐚𝐫𝐚 𝐩𝐚𝐩𝐢

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seungmin infló sus mejillas, el sueño comenzaba a vencerlo, sus ojitos comenzaban a cerrarse; se encontraba sentado en una de las sillas del comedor, intentando distraerse dibujando para no dormirse, haciendo en su mayoría garabatos coloridos con sus crayones, y algún que otro animalito de las caricaturas que usualmente veía en televisión. moviendo sus piecitos de atrás hacia adelante, balanceandolos en el aire, puesto que éstos no tocaban el piso por mucho.

irene, quien veía todo desde el otro lado de la sala, sonrió con cariño, seungmin era un híbrido muy tierno, desde el primer día que lo conoció quedó encantada con el menor.

  - seungminnie, ¿quieres ir a la cama? - preguntó acercándose a él para acariciar los suaves cabellos del pequeño, percibiendo su carita somnolienta.

  - no, quiero esperar a yuki hyung - respondió con sus ojitos medio cerrados, formando un pucherito con sus tiernos labios.

  - de acuerdo, ¿quieres más galletas? - dijo la mayor con dulzura, levantando un pequeño plato donde aún quedaban algunas migas, dispuesta a ir de regreso a la cocina. el conejito asintió, y ella fué en busca de algunas más recién salidas del horno, pero lo suficientemente tibias como para que el pequeñito pudiera comerlas sin ningún riesgo.

mientras las servía, escuchó como la puerta principal era abierta, así que dejó todo en su lugar, desde algunos implementos de cocina que quedaron afuera, hasta pequeños detalles como el recipiente de azucar, quedando todo muy pulcro a la hora en que yukhei llegaba a casa del trabajo, haciendo a seungmin olvidar todo sueño.

  - ¡papi! - seungmin corrió a los brazos del mayor, quien lo acogió entre éstos fuertemente.

  - hola, amor, ¿qué tal tu día, bebé? - abrazó a su pequeño contra su cuerpo, y aspiró el característico aroma a bebé de éste.

  - bién, papi, ¿y el suyo? - el rubiecito sonrío, mirándolo con ojitos brillantes, rebosantes de emoción luego de pasar casi un día entero sin poder ver a su mayor.

  - lleno de trabajo, amor, estoy muy cansado - wong hizo un puchero, y seungmin dejó un besito sobre éste.

irene se acercó a ellos, la hora de irse había llegado.

  - bienvenido a casa, yukhei, dejé tu comida lista en el microondas, minnie me ayudó a prepararla, yo pasaré a retirarme, seulgi debe estar esperándome en casa - la mujer se despidió de ambos gentilmente, y con una sonrisa en su rostro, tomó su bolso con sus pertenencias, y salió por la puerta, no sin antes sacudir su mano a la vez que el pequeño se despedía de ella con su manito, dejándo finalmente a la pareja sola.

yukhei caminó con seungmin aún en sus brazos hasta la cocina, donde cenó mientras seungmin le contaba felizmente todo lo que había hecho en el día; el menor movía sus manitas mientras le relataba todo a gran detalle y entusiasmo, causándole una sobredosis de ternura al castaño.

una vez terminó de cenar, junto a seungmin subió a la habitación que compartían, el híbrido corrió hasta la cama, y con ayuda del mayor subió a ésta.

  - iré a bañarme, amor, tu puedes dormir, en un momento me acostaré contigo - dijo el más alto, depositando en beso en la naricita del rubiecito.

seungmin se acomodó entre las sábanas, quedando bién cubierto y calentito, y abrazando uno de sus peluches preferidos, esperó a que wong terminara de bañarse; una vez éste terminó, salió del baño tan sólo usando la parte inferior de su pijama, dejando su abdomen sin cubrir, las mejillas del rubiecito se tiñieron de un tono rosa bebé, podrían pasar años pero el conejito no se acostumbraría a ver el cuerpo de su novio sin ruborizarse.

  - pensé que te dormirías.

  - quería esperar a papi - sonrío el pequeño.

  - bueno, papi está aquí, bebé - wong se recostó en la cama a un lado de seungmin, quien subió sobre su cuerpo, dejando sus piernitas a cada lado del torso del más alto.

  - lo amo, papi - el menor comenzó a dejar besitos en las mejillas del castaño. éste sonrío enternecido por su acción, acariciando su espaldita como muestra de gratitud hacia el conejito, tal vez había sido un día muy duro y cansador, pero llegar a casa y recibir besitos de seungmin hacía que el cansancio se desvaneciera.

  - yo te amo más, conejito - murmuró contra los labios de su menor, y besó su boquita con dulzura.


290120 | @CHERRY-POOH

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