la mano de yukhei acariciaba con total cariño y cuidado la espaldita desnuda de seunmi, sonriendo al escuchar los ronroneos bajitos que el menor iba soltando, mientras mantenía su cabecita reposada en su fuerte e igualmente desnudo pecho.
amaba esos pequeños momentos de tranquilidad luego de hacerle el amor a su novio, esos momentos donde compartían caricias más inocentes, besos empalagosos, y pequeños susurros tiernos, esos momentos donde su corazón se sentía cálido, y ambos escuchaban su palpitar ir al mismo ritmo, tan ameno y pacífico. seungmin adoraba brindarle su mucho o poco calor corporal al acurrucarse, de tal forma, que su carita sí o sí estuviese escondida en el pecho o el cálido cuello de su mayor, mientras éste le acogía en sus brazos protectores.
- papi - llamó el menor en un murmullo bajito, levantando su carita para ver a los ojos del castaño - tengo hambre.
yukhei sonrío enternecido por el tono inocente en la vocecita tímida del menor, ahora pasando sus dedos por entre las suaves y algo desordenadas hebras rubias del pequeño.
- ¿qué quieres comer, corazón? - pregunta dulcemente, murmurando cada palabra con especial tranquilidad y suavidad, únicamente para oídos de su bebé, aunque fuesen sólo ellos dos en aquélla habitación.
seungmin abultó sus mejillitas, frunciendo los labiecitos en un puchero que lucas encontró irresistible, pero reteniendo su enorme impulso de enrojecer aquéllos preciosos labiecitos a besos y mordidas, en cambio símplemente observandolo: su carita hundiéndose con timidez en su fornido pecho, sus manitas posadas con tal delicadeza sobre éste mismo que a penas percibía su toque, y sus delgadas y lechosas piernitas al rededor de su torso. seungmin era una obra de arte a sus ojos.
- fideos - dice el rubiecito decidido, asintiendo con ligereza - pero .. sólo si son del restaurante de la señora min.
el pequeño sonrió mostrando sus dientesitos, aquellos preciosos dientitos frontales que hacían al corazón del mayor derretirse por pura ternura. lucas asintió embobado, no podía decir que no a nada ahora, nunca podría negarle alguno de sus caprichos a su bebé.
- bién, vamos por ellos - asintió el mayor.
wong se levantó con sumo cuidado de la cama, asegurándose de no hacer ningún movimiento brusco que pudiera incomodar a su bebito. reposandolo suavemente entre las sabanas para irse a buscar algo de ropa para él y su pequeño, dejando a la vista del menor su desnudez.
- ¡y-yuki hyung! - chilló el conejito, cubriendo su carita ruborizada con las sábanas. a lo que yukhei sólo pudo soltar una carcajada divertido por su linda reacción, tomando una toalla cualquiera para cubrir sus partes nobles.
el mayor se dirigió al closet, seleccionando un lindo y suave conjunto azul claro para su bebé, un simple suéter de marinerito y unos jeans bastaban para vestirlo, pues anteriormente se había encargado de bañar muy bién a seunmi. así que sólo hizo falta aplicar un poco de loción y talco con olor a bebé, y vestir con toda la delicadeza del mundo a seungmin.
unos minutos después, ambos ya estaban bién vestidos, y dirigiéndose al dichoso restaurante de la señora min, yukhei sosteniendo firmemente la manito de seungmin al cruzar en cada esquina. al llegar al local, cada quien hizo su pedido, fideos thai con vegetales para seunmi, y arroz salteado con camarones para wong. eso como plato fuerte, más dos platillos adicionales, y pastel de vainilla y fresas como postre para el conejito.
luego de hacer su pedido, la pareja tomó asiento en lo que su comida estaba lista. hablaron de cualquier trivialidad que cruzara sus mentes, incluidos algunos comentarios algo subidos de tono por parte de yukhei hacia un bastante avergonzado seungmin. así menos de media hora, su pedido les fué servido, humeante, y muy delicioso a simple vista.
lucas al inicio insistió en ayudar a su pequeño a comer con los palillos de madera, pues el menor realmente era un desastre muy adorable intentado coordinar sus deditos para llevarse el bocado a la boca. seungmin dijo que podía hacerlo solo, y así fué luego de unos intentos fallidos, y migas regadas por sus mejillitas.
mientras ambos comían, seunmi dirigió su mirada hacia una pareja; la chica acercaba los palillos hacia la boca del chico, y éste tomaba en todo un bocado lo que su pareja le daba, ambos lucían muy felices y satisfechos. el rubiecito regresó su mirada hacia su mayor, quien estaba muy concentrado en terminar su comida, y no había notado como la manito inexperta de seunmi acercaba los palillos con un trozo de pastel hacia su rostro, sino hasta que llenó su nariz con la crema de vainilla.
- daddy - llamó su atención seunmi en un pucherito, frunciendo su carita y naricita. yukhei entendió al instante, sonrío enternecido por la acción de su pequeño, y comió de un bocado lo que seunmi le ofrecía, provocando en el menor una radiante sonrisita satisfecho.
wong igualmente tomó una pequeña porción de su comida y la acercó a la boquita del rubiecito, éste la aceptó visiblemente gustoso, rellenando sus cachetitos de comida, así provocando que yukhei los besara por la ternura, y lo buen niño que era su pequeño.
siguieron con su cena, ambos se daban comida mutuamente, y algún que otro beso en los labios, o mejillas. la sonrisa de seungmin estuvo en su rostro desde ese momento, hasta la hora de ir a dormir acurrucado entre los brazos de yukhei.
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