Capítulo 1

4 0 0
                                    

Parte 1

Capítulo 1

Año desconocido. Zarina, 12 años.

-¿Por qué tenemos que ser sacerdotisas? –mi pregunta hizo que Dianora, la sacerdotisa que nos había criado a mis hermanas y a mí, me mirara con desaprobación. Según ella era nuestro deber servirle a Elena, la hija del guardián Eleazar; una mujer que nunca había venido a este templo ni siquiera para saludar.

-Ustedes ahora son doncellas, fueron criadas en este templo y por ello deben hacerlo –respondió la mujer con voz autoritaria.

-Eso simplemente porque nuestra madre nos dejó abandonadas en este templo. De todas formas no estoy interesada en ser sacerdotisa, he pasado 12 años de mi vida encerrada en este templo, no quiero pasar el resto aquí –mi comentario solo hizo que la mujer se enojara y mis hermanas, las cuales estaban presentes, me miraran como si me hubiera crecido otra cabeza. Normalmente no solía replicar, era muy obediente pero estaba cansada, no podía salir del templo, ni siquiera podía hablar con las mujeres que venían de afuera, no entendía porque nos limitaban tanto.

-Su madre no las abandono, Zarina. Se los he dicho muchas veces, ella simplemente no podía tenerlas con ella porque no podía darles lo que necesitaban, su madre las ama... -había escuchado eso un montón de veces pero cada una de esas veces no me lo creía, apenas habíamos nacido nuestra madre nos habían entregado a Dianora y nunca había vuelto, por mucho que ella se esforzara en decir que nuestra madre nos quería... nunca lo creería.

-Esas son palabras vacías. Si realmente nos quisiera, a estas alturas hubiera venido para vernos, ya no somos unas niñas que necesita mantener, y podemos entender sus razones pero ¿Acaso ha venido a vernos? No necesito que respondas, porque la respuesta es muy clara, ¡es un rotundo no!

Eso dejo sin palabras a Dianora, ella sabía que tenía razón sobre eso, nuestra madre nos había dejado con ella y nunca volvió.

-Zarina, ya veo que no te puedo convencer de ello –con eso me di cuenta de que abandonaría sus esfuerzos para convencerme- De todas formas, ustedes deben aprender todo sobre el trabajo de una sacerdotisa, no importa de dónde provengan, es un deber –finalizo ella, luego se giró y se marchó, suspire y lleve mis manos a mi cabeza echando hacia atrás mi cabello, un esfuerzo inútil.

-No puedo creer que le hayas hablado de esa forma a Dianora –comenzó a decir Zipher con una expresión de disgusto- Nunca habías hecho algo así ¿Qué sucedió?

-Simplemente estoy cansada de este lugar, cuando Dianora dijo que debíamos ser sacerdotisas, no pude evitar no dar mi opinión sobre ello.

-Fuiste muy atrevida al hablarle así, ni siquiera yo lo haría y sabes como soy –esta vez quien hablo fue Zaira, ella tenía una sonrisa divertida en su cara.

-Aun así, Zarina tiene razón, nunca hemos salido, todos estos años hemos permanecido en este templo. Si llegamos a ser sacerdotisas es muy probable que eso nos retenga en este lugar –aporto Zuri, su rostro no mostraba ninguna expresión en particular, me sorprendía lo fría que podía ser a veces.

-Puede ser, por los momentos solo hagamos lo que Dianora nos diga. Si sigues con esa aptitud Zarina, es probable que te castigue –me advirtió Zipher.

Tal vez debería de hacerle caso, Dianora siempre ha sido dulce y paciente, pero se decía que cuando se enojaba era aterrador. Si eso era cierto estaba tentando a mi suerte siendo una chica imprudente e irrespetuosa, intentaría hacer las cosas de otra forma, puede que ella comprendiera el hecho de que mantenernos aquí no era lo indicado pero sería una tarea difícil, Dianora no es de las personas que ceden tan fácilmente, tantos años con ella me habían enseñado cuando rendirme en ciertos asuntos.

Los Anhelos de una DiosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora