Caminaba por el centro de la ciudad y observó una vidriera, y por el reflejo puede identificar una persona que estaba caminando hacia algo caído en el suelo: una billetera.
No se si habrá sido suya, puede que si, puede que no. En absoluto voy a saber por mi cuenta si era suya o no. Puedo llegar a una conclusión, pero no dejará de ser una hipótesis.
Pienso al rato: ¿Será un ladron este hombre?
Al fin y al cabo nunca lo voy a saber, sino lo que importa verdaderamente es lo que él "es para mi".
Esto me recordó a Kant y a su famoso "giro copernicano"
Antes del surgimiento de Kant, en la filosofía griega, la realidad se conocía en sí misma, la "verdad" de algo se encontraba inmanente en este y nosotros no podíamos hacer nada más que adaptarnos a ello, lo verdadero era en sí mismo y no había discusión sobre ello. Pero esto genera un problema.
"Un árbol es marrón" , creo que podríamos decir que eso es verdadero (podríamos). Ahora bien, de este supuesto ladrón mencionado anteriormente ¿Podríamos decir lo mismo? No, no podríamos decir lo mismo. Solo podríamos dar una perspectiva ,una mera opinión. Ahora, imaginemos esto a gran escala : un mar de opiniones que no hacen más que pugnar entre sí y de la cual surge una que será la vencedora y se nos impone. Luego, una vez que una mirada ya está impuesta, la gente la toma como cotidiana, o aún peor como la única forma de ver las cosas, utilizando un término de Foucault, la sociedad la "normaliza" a esta opinión y se convierte en algo obvio. ¿Como negar lo obvio?
Etimológicamente la palabra "Obvio" deriva del latín compuesto por 2 partes: "Ob" = delate de, frente a; y por "Vía"= Camino. Es decír, el camino que tenemos frente a nosotros. Pero hay un problema, lo tenemos tan enfrente a este camino, que no nos deja ver los demás recorridos. Y si, muchas veces debemos negar a lo Obvio.
La perspectiva con mayor poder es la que pasa ser en cierto punto "la verdad".
Este chico que encontré en la calle, no sabemos si es un ladron solo es una interpretación.
Kant planteaba que no hay cosas en sí, sino lo opuesto, que las cosas son para el sujeto. Hay objetos para el sujeto.
Ahora nadie podría en nombre de ser el portador de la verdad, como tantas veces se ha hecho en la historia, quemar gente en la hoguera por no ser católica, por dar un ejemplo.
Pero esta nueva lectura nos plantea un nuevo problema. Anteriormente dijimos "el árbol es marrón" eso no admite lugar a discusión, estarán pensando. Pero yo te comento ¿Quien dice que lo que ve el hombre es verdadero? ¿Y si un elefante observa el árbol y lo ve violeta? ¿Quien y por que el elefante está equivocado? ¿Por no ser humano, por ser animal?
Tal es el lugar que nos dimos los humanos de creernos soberanos de la verdad. El árbol "es" según lo que nosotros interpretemos.
Esto es algo que puede liberarnos de tal manera, que nos hace perder. Kierkegaard, un crítico de Hegel, decía que la angustia es el resultado de nuestra libertad, no deprimimos ante la libertad. Es verdad, siempre observamos a la libertad como algo bello pero podemos verlo de otra manera. Al no tener una verdad que sea parámetro para nuestras vidas, un proyecto ya diseñado que sea cierto, no tener nada fijo, nos sentimos aislados. Como quien en un mareo busca de que sostenerse, pero no lo logra. El existencialismo se hace presente.
Aquellos que hablaban en nombre de la verdad daban a las personas un modelo de vida , aunque autoritario, pero modelo al fin; una estructura para seguir y que organizaba nuestra vidas. En las grandes grisis económicas ( la gran depresión) o en las revoluciones (la revolución francesa) los hombres ven desestabilizado su sistema de vida, no le encuentran sentido a la vida y recurren al suicidio esto es grave y mucho.No solo la filosofía plantea esto, si nos ponemos a debatir con la sociología nos encontraremos con Durkheim, quien al observar una gran cantidad de suicidios realiza una investigación muy interesante sobre dicho tema y postula cerios tipos, donde destacan el Anómico y el Egoista.
Ahora somos libres elegimos. Kant habre la posibilidad de escuchar todas las voces, pero ninguna tiene la razón. Ahora el problema es la imposibilidad de conocer "sustancialmente" a los objetos.
El señor que supuestamente era ladrón no podemos saberlo. Si el mismo se preguntara ¿Soy ladrón? En un punto él tampoco lo sabría aplicando este razonamiento. Conocerse a uno mismo o decir quien es uno mismo no deja de ser un mero acto interpretativo que con nuestra mirada definimos algo que somos nosotros, pero que nunca lo sabremos. ¿Era ratero? Ni él mismo lo sabía.
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¿Filosofía de vida?
No FicciónMiremos las cosas de otra manera. Todo puede ser diferente.